Juan Carlos Cal y Mayor
Parece que los asesores de la presidenta Sheinbaum, si es que los tiene, no están dimensionando lo que llevó en esta ocasión a Donald Trump al poder. Los propósitos del Trump de ahora no son los mismos que los del que gobernó por primera vez en los Estados Unidos. Les hace falta mucha literatura y mucha comprensión del fenómeno Trump y su ascenso al poder. Ni los propios demócratas vieron venir la paliza que les propinó el republicano en casi todos los estados de la unión americana. Hay que preguntarse porqué y en la respuesta está la ruta.
La amenaza que enfrenta Estados Unidos
Trump ya no aparenta; está decidido a frenar la amenaza que representa para la seguridad nacional, la identidad y el modo de vida americano un régimen, como el de Morena, que ha permitido el empoderamiento del narcotráfico, la delincuencia organizada, la inmigración completamente descontrolada y la competencia desleal en materia comercial de su principal socio: un comercio chino que solo vende pero no compra, representando la principal amenaza a la hegemonía económica de los Estados Unidos.
La vulnerabilidad en la frontera sur
Recuerdo que por ahí del 2008 visité la frontera y el puente internacional del Suchiate con Cecilia Romero, entonces directora del Instituto Nacional de Migración, y los consejeros de dicho instituto, en el cual yo participaba. Quedaron absortos al ver que, por un lado, estaba la oficina de migración, donde quienes se internaban al país mostraban sus pasaportes, mientras que, justo en ambos costados del puente, decenas de balsas hechizas con llantas transitaban de un lado a otro de la frontera, no solo con migrantes ilegales, sino con todo tipo de mercancías, incluyendo bidones de gasolina que se venden dependiendo de la variación de precios en uno y otro lado de la frontera.
La falta de control territorial
Ese mismo día hicimos un recorrido en helicóptero a lo largo de los casi 658 km de frontera para supervisar la línea fronteriza marcada con mojoneras. Observamos decenas de caminos de terracería en los que es nula la presencia de las autoridades. En pocas palabras, no tenemos frontera más que en el papel. Por ahí circula de todo: no solo drogas, sino, por ejemplo, ganado a pie que es internado al país para su venta sin la presencia o supervisión de ninguna autoridad sanitaria. Por eso el gobierno norteamericano ha suspendido la importación de carne de México, aunado al hecho de la presencia del gusano barrenador. Se recordará que varios años existió una planta en Chiapa de Corzo con ese propósito. Y si en algo son extremadamente cuidadosos en nuestro vecino país del norte, es en las medidas de inocuidad.
El caos migratorio
Por la frontera han pasado millones de personas provenientes de distintas partes, particularmente de países como Venezuela, asolados por sus gobiernos dictatoriales y hambreadores por seguir la receta del socialismo del siglo XXI. Esa a la que ahora se ha adherido México, haciendo bloque junto con otros partidos de izquierda en el continente. Tan solo en este último año se calcula que cruzaron casi un millón de personas, y por eso ya forman parte del paisaje en ciudades donde antes no era habitual verlos. Y es que, con una absoluta irresponsabilidad y so pretexto de una política humanitaria, se ha permitido que el negocio del tráfico de personas actúe a sus anchas y con jugosas ganancias, una más de las muchas actividades a las que se dedica ahora el crimen organizado, solapado por el estado mexicano.
La invasión silenciosa
Todos esos millones van con destino a los Estados Unidos en una literal invasión que Trump y la mayoría de los norteamericanos quieren frenar, mientras que nosotros no hacemos absolutamente nada al respecto. Es como si el vecino le abriera un pasillo a su casa para que se metan a la suya, saltándose su barda y sin pedir permiso para quedarse a vivir.
El narcotráfico y la negligencia gubernamental
Lo mismo está pasando con el tráfico de drogas y, particularmente, de fentanilo que presuntamente los chinos meten a México. ¿Por dónde entran? ¿Quién los deja pasar? No le extrañe que vengan incluso en contenedores de carga entre los miles que a diario se descargan en nuestras propias aduanas. ¿Si no, cómo? Lo mismo pasa con el tráfico de armas, del que nuestras autoridades también se hacen de la vista gorda como nunca antes. Es lo que ocurre cuando no hay autoridad o cuando esta no se ejerce. Peor aún, cuando hay muy probablemente complicidad. A eso nos condujo la política de los abrazos. Solo el estado tiene el monopolio de la fuerza pública, pero ha decidido abdicar a ello en perjuicio de los mexicanos.
El declive de Detroit y las oportunidades perdidas
Ciudades como Detroit, que fue la cuna de Ford y buena parte de la industria automovilística, se desarrollaron a lo largo de los años hasta que resultó más barato fabricar en China por su mano de obra barata. Hoy es de las más pobres. Esa realidad ya cambió. Ahora Trump quiere atraer de nuevo a esas industrias. El tratado de libre comercio permitió que la mayoría de las armadoras se instalaran en México. Más de un millón de empleos bien remunerados y seis millones en total, gracias a las inversiones. 80 por ciento de nuestras exportaciones. En cuestión de un año nos invadieron las marcas de autos chinos fabricados, ¿en dónde cree? Pues en China. China vende más de lo que compra. Ahora resulta que más de un ignorante de la grey gobernante dice que no necesitamos del tratado con Estados Unidos y que ahí está China. ¡Ajá!
La dependencia de México hacia Estados Unidos
No. No estamos para ponernos con Sansón a las patadas. No podemos amenazarlos con aranceles ni acusarlos por el consumo de drogas o la venta de armas. Es como tener una cantina enfrente de la casa. México necesita de Estados Unidos, pero ellos pueden vivir sin nosotros. Hay mercados emergentes que se mueren por venderles, que están dispuestos a ofrecerles mejores condiciones. Pero en la 4T no entienden nada de economía. Su cultura parasitaria no se los permite. Por eso las principales calificadoras del mundo han bajado las expectativas de crecimiento para México a apenas por encima del 1%. El panorama es gris, se avecina una tormenta y aquí siguen con la borrachera. Son como los músicos del Titanic que siguen tocando mientras el barco se hunde.