- Su presencia ha trascendido a lo largo de los siglos, convirtiéndose en un símbolo de identidad cultural en México y en diversas regiones como en el estado de Chiapas.
Noé Juan Farrera Garzón
Los tamales son uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana, con un origen que se remonta a las civilizaciones prehispánicas. La palabra “tamal” proviene del náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”, y su preparación y consumo eran fundamentales en rituales religiosos, ofrendas y celebraciones de los pueblos indígenas de Mesoamérica, con algunas variantes, pero conservando su esencia.
Su presencia ha trascendido a lo largo de los siglos, convirtiéndose en un símbolo de identidad cultural en México y en diversas regiones como en el estado de Chiapas, por ejemplo, lugar en el que existe la mayor variedad de formas de prepararlos, algunos con ingredientes endémicos.
La diversidad de tamales es vasta y rica, con variedades que cambian según las tradiciones e ingredientes de cada estado. Entre los más populares destacan los tamales de mole, tamales de frijol, tamales de dulce, tamales de chile y tamales de pollo. Otro ejemplo es Oaxaca, donde sobresalen los tamales de mole negro, mientras que en Michoacán, los de corunda y tamales de higo tienen un lugar especial.
Sin embargo, Chiapas ocupa un lugar privilegiado en la tradición tamalera del país, no solo por la riqueza de sus sabores, sino por el profundo significado cultural que representan.
En Chiapas, los tamales cuentan con una historia que también tiene raíces prehispánicas, siendo una parte esencial de ceremonias religiosas y ofrendas. Hoy en día, su preparación es una tradición que une a familias y comunidades, transmitiendo conocimientos culinarios de generación en generación.
El estado ofrece una gama de más de 100 variedades de tamales, destacando por la creatividad en el uso de ingredientes locales.
Entre las variedades más emblemáticas se encuentran:
• Tamal de chipilín, que incorpora esta planta local en la masa, acompañado de queso, pollo o camarón.
• Tamal de toropinto, una mezcla colorida de frijoles y carne de cerdo.
• Tamal de bola, con costilla de cerdo y mole preparado con chile Simojovel.
• Tamal cambray, que mezcla sabores dulces como almendras, zanahorias y pasas.
• Tamal picte, elaborado con granos de elote amarillo, ideal para los amantes del maíz dulce.
• Tamal de hierba santa, envuelto y aromatizado con esta planta tradicional.
El tamal no solo es un alimento en Chiapas; es un símbolo de identidad cultural que refleja la riqueza y diversidad de su gastronomía. Cada tamal cuenta una historia, vinculando el presente con las raíces ancestrales del estado. Además, su variedad y adaptabilidad lo convierten en un emblema de la creatividad culinaria de la región.
Chiapas preserva y celebra esta tradición con orgullo, resaltando su importancia en festividades y encuentros familiares.