Roberto Chanona
Cuando el Centro Mexicano de Teatro tenía la Revista Teatro y como editora a Isabel Quintanar, me solicitaron un artículo sobre las artes escénicas en Chiapas. Entonces, me fui a ver al maestro Luis Alaminos Guerrero que fue uno de los pilares del teatro en el Estado.
Sería largo hablar de las 80 obras representadas en escasos 15 años por el maestro Alaminos. Obras de todo tipo como “Frontera Junto al Mar” de José Mancisidor y donde logran una mención nacional; “La Bola” de Emilio Rabasa, “La Mandrágora” de Maquiavelo, “El tiempo y el Agua” de Eraclio Zepeda, “Israel” de José Revueltas, “LaHora de Todos” de Juan José Arreola, “Sumergidos” de John Stuart y “El Joven Segundo”de Salvador Novo, son algunas que recuerdo.
Platicando con el maestro Alaminos, fue cuando escuché por primera vez el nombre de Romeo Gómez. Recuerdo que Alaminos me dijo que Romeo Gómez había sido muy buen actor y que había participado en la obra La Rebelión de los Colgados de B. Traven y con la cual, habían ganado en 1964, el Premio Nacional de Teatro.
–Maestro y dónde puedo encontrar a Romeo– le pregunté. Aquí a la vuelta tiene una peluquería que se llama PELUQUERIA ROME. Él me corta el pelo y cuando no puedo ir, viene a mi casa. Inmediatamente me apunté y al día siguiente estaba sentado en espera de pasar al sillón de corte.
Empezamos a platicar mientras me cortaba el cabello y pronto me di cuenta que estaba ante un peluquero especial. Le platiqué de la tarea que traía con la revista y si podíamos hablar del tema, y cortésmente me dijo que sí, siempre y cuando, no tuviera clientes. Mi oficina en ese entonces estaba a tres cuadras de la peluquería en la 3a norte y 3a oriente. Así empecé asistir en horarios que no tuviera clientes, a veces para platicar y otras para cortarle el pelo a mi hijo y también a su servidor.
Lo primero que me sorprendió fue cuando me platicó que había sido un protegido deSalvador Novo en la Ciudad de México. Me platicó anécdotas del peluquín de Novo y como lo iba renovando. También me aclaró algo que siempre me había hecho ruido: el rompimiento del grupo de Luis Alaminos, que terminó con la desbandada de los actores.Dicho rompimiento, según recuerdo, se debió a un problema generacional. Alaminos quería seguir montando obras de autores clásicos por decirlo así, y los jóvenes, querían obras más actuales, más modernas.
En 1966, este grupo de jóvenes formado por: Gustavo Acuña, Carlos Olmos, Romeo Gómez, Socorro Cancino, Eliécer Solís, Cristina Much, integran el teatro del INJUVE y presentan “Los Cuervos están de Luto” de Hugo Arguelles, donde actúan Romeo Gómez, Carlos Olmos y es dirigida por Gustavo Acuña.
Posteriormente, nos dice Rocío Acuña en su libro DEBUTANTES 15, nace la idea de hacer una compañía independiente de teatro. “La Danza que Sueña la Tortuga” fue la obra con la que se inaugura este grupo. “La Guerra de las Gordas” de Salvador Novo, les da en 1968 el Premio Nacional de Teatro: Javier Villaurrutia, y es dirigida por Gustavo Acuña. Esta sería la segunda ocasión en que, Romeo Gómez, alcanzara un premio nacional de teatro.
Después de tal acontecimiento, se quedarán en la ciudad de México el mismo Romeo, Carlos Olmos, Socorro Cancino, para seguir sus carreras artísticas. De este grupo, el dramaturgo Carlos Olmos, es el más conocido y recordado por la telenovela de gran éxito “Cuna de Lobos”. Pero él fue un gran actor, escritor y director de teatro. Su última obra puesta en escena fue “El Eclipse”.
Durante la época de Debutantes 15, se pusieron en escena una gran cantidad de obras, como “La danza que sueña la tortuga”, de Emilio Carballido; “El gesticulador”, de Rodolfo Usigli; “Quien teme a Virginia Wolf” y “Los Policías”. Fue el grupo encargado de inaugurar el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, en 1984, con “La guerra de las gordas” y en 1985 montaron su última pieza, una adaptación cómica de “Don Juan Tenorio”.
En una ocasión le pregunté a Romeo Gómez cual había sido el motivo de haber abandonado el teatro y dedicarse a peluquero. Recuerdo que me dijo que en los años70’sempezaron muchas restricciones para los teatros. El gobierno pensaba que la forma más directa de transmitir un mensaje social, era el teatro. Por esa razón, negaban los espaciospara obras serias, que tuvieran algún fondo social. En el cine pasó algo similar, las últimaspelículas de crítica social fueron: Canoa, Cascabel y el Apando. Luego vino una ola de películas como las ficheras y de narcos con los hermanos Almada. Todo esto llevó a Romeo a decepcionarse poco a poco del teatro, hasta que terminó abandonándolo y se regresó a Tuxtla. Entonces, su papá le había enseñado el oficio de peluquero, y se dedicó a cortar el cabello.
Llegar a la Peluquería Rome era toda una experiencia; ahí encontrabas los diarios estatales y nacionales como La Jornada, el Uno más Uno; la revista Proceso, y con seguridad algún libro. Luego llegaban sus amigos como Gustavo Acuña, Eliécer Solís y otros personajes de la cultura tuxtleca y la plática se ponía interesante. Recuerdo que en uno de los espejos de la peluquería había un gran poster de un hombre vestido de charro azul con el nombre de David Armenta. Y yo, salido como siempre, no daba crédito que Romeo tuviera un poster de un charro. Un día ya no aguanté y le dije: oye vos Rome, y ese pinchi charro ¡no mames!… él se empezó a reír a carcajadas y me contestó: es ¡Gustavo Acuña!
Para terminar, hoy fui a buscar a Romeo. Tengo casi dos años que cambié de oficina y ya no es mi rumbo. Encontré que el letrero de Peluquería Rome, ya no está… y la casa está cerrada. Pregunté y me dijeron que Romeo llega de vez en cuando. Así que no pude platicar con él. Pero nos volveremos a encontrar algún día en algún lugar. Mientras tanto,va toda mi admiración y mi cariño para este hombre tan valioso de Tuxtla que siempre me decía: mira Robe, en la vida nunca hay que tener: ¡ni médico joven, ni peluquero viejo!
Romeo Gómez al centro interpretando al rey, Emilio Serrano a la izquierda y el poeta Óscar Oliva a la derecha, en la obra La Mandrágora.