* El gobernador David Monreal calificó el caso como “lleno de sospechosismo”, cuestionando la falta de seguridad en el traslado de la carga valuada en 50 millones de dólares.
Nueve góndolas cargadas con concentrado de oro, plata y otros minerales, robadas el pasado 31 de octubre en la carretera Zacatecas-Saltillo, fueron localizadas vacías en el municipio de Cuencamé, Durango. El hallazgo fue confirmado por agentes de la Guardia Nacional en un camino de terracería que conecta las comunidades de La Fe y Agua Vieja.
El robo, calificado como el “robo del siglo”, fue perpetrado por un comando armado que interceptó los camiones que transportaban aproximadamente 240 toneladas de mineral sin procesar, propiedad de la mina Peñasquito, ubicada en Mazapil, Zacatecas. A pesar de la recuperación de las góndolas, el mineral sigue desaparecido, y no se reportan detenidos hasta el momento.
El gobernador de Zacatecas, David Monreal, calificó el incidente como “lleno de sospechosismo” y cuestionó las medidas de seguridad de la mina. “Es inconcebible que una carga con un valor superior a los 50 millones de dólares se trasladara sin escoltas ni aviso a las autoridades”, declaró, señalando la posible negligencia de la empresa Newmont, propietaria de la mina.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo el caso y ya ha iniciado las investigaciones para determinar el destino del mineral robado y esclarecer cómo se perpetró el robo. Según el delegado de la FGR en Durango, aún no se sabe si el mineral fue descargado en el lugar donde se encontraron los vehículos o si fue trasladado a otro punto.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Durango, Óscar Galván Villarreal, informó que las góndolas estaban abandonadas en una zona apartada y confirmó que, tras su recuperación, serán trasladadas a la capital de Durango antes de ser entregadas a las autoridades de Zacatecas. El funcionario destacó que, debido a la operación delictiva, la zona permanece bajo resguardo de la Guardia Nacional.
El robo de la mina Peñasquito ha generado fuertes críticas hacia las medidas de seguridad implementadas por las compañías mineras y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las rutas de transporte en una región marcada por la actividad de grupos criminales.