Luis Varese
Este texto va dedicado a mis hermanas que no están y fueron precursoras de estas ideas, Diana Ávila, Vilma Mazuelos, Lucy Trapnell.
Va dedicado a los hermanos con los que hablamos y, a veces, discrepamos de estas ideas Antonio, Chango, Aragón, Avelino Mar Arias, Jorge, Ricardo, Antonio, Oscar Balbuena, Óscar Gonzáles, Máximo Gonzáles, Carlitos Urrutia.
Caminar con la Historia
El 4 de noviembre de 1780, luego de infructuosos intentos de diálogo con las autoridades españolas, José Gabriel Condorkanqui, Micaela Bastidas Puyucahua, sus familiares y algunos dirigentes de los ayllus, deciden iniciar la rebelión en contra de las autoridades españolas.
Capturar al corregidor Antonio de Arriaga y ajusticiarlo condenándolo al cadalso, les tardó poco menos de una semana.
Se inicia así el más grande levantamiento de la Abya Yala, que se extendió desde el Cuzco hasta lo que hoy es Montevideo y el sur de Colombia incluyendo Bolivia.
Fue una rebelión de explotados, no sólo comunidades andinas, sino esclavos, libertos y cimarrones, criollos, mestizos y con la participación preponderante de mujeres en la dirección del movimiento.
Micaela Bastidas Puyucahua, Tomasa Tito Condemayta, Túpac Amaru fueron capturados junto con sus familias “juzgados” y asesinados el 18 de mayo de 1782. Sus dos hijos mayores asesinados también, Micaela Bastidas y Tomasa Tito cruelmente torturadas y asesinadas con el “garrote vil”, que no funcionó y las torturaron de la manera más cruel, como hasta hoy hacen los esbirros con almas de siervos.
La Rebelión no termina y se extiende por toda Nuestramérica varios años más, varios siglos más, hasta hoy en día.
No voy hacer el relato histórico, ya está más que hecho. (Lean Buscando un Inca de Alberto, Tito Flores Galindo, entre muchos otros textos que valen la pena)
Quiero retomar dos elementos, la profecía de Inkarri (no el Mito ni la Leyenda, sino la Profecía) y el programa que hoy tiene por delante, la Rebelión de Micaela Bastidas Puyucaua y Túpac Amaru.
La Profecía de Inkarri
La muerte y decapitación de Túpac Amaru I en 1572, da origen a lo que se llama el Mito o leyenda de Inkarri. Su cabeza enterrada en Cuzco se reunirá bajo tierra, en el seno de la Pachamama, y resurgirá para gobernar con justicia expulsando al invasor. Doscientos años después resurge Túpac Amaru II, dando inicio a la más grande rebelión de América.
No es Mito ni leyenda, es profecía porque anuncia la resurrección del movimiento quechua y aymara, de los huancas, de los quitus de los montubios y de los pueblos ancestrales de la Amazonía, de los negros, de los Quilombolas y los Sin Tierra Brasileros y de Mesoamérica que surgen en sus diversas formas y que irán construyendo sus propias autonomías. Sus propias revoluciones unidas por el cordón umbilical de la serpiente emplumada mesoamericana, de la Amaru, la serpiente andina, símbolo de la unión de los pueblos.
Profecía que anuncia la lucha por la Soberanía, la dignidad, la democracia. Es una lucha anticolonial y antiimperialista.
Anunciada en la Voz de esa mujer maravillosa de piel canela, Micaela Bastidas Puyucahua, que es la lucha por la igualdad de género, por el derecho absoluto de ser tratadas con mayor dignidad que a los machos de la especie, como merecen ser las depositarias del conocimiento ancestral y la vanguardia de la lucha. Y me refiero a las mujeres revolucionarias, porque el sexo no las hace vanguardias, notar caso Dina Boluarte.
La que viene será una revolución desde las culturas y los pueblos y los mestizajes, y deberá ser muy profunda, pues debe rescatar la supervivencia de la especie en el Planeta, nuestra casa común.
Micaela Bastidas Puyucahua, Tita Condemayta, Bartolina Sisa, Túpac Amaru, Túpac Katari, su resurrección no es un mito, está abrigadas y vueltas a parir por la Pachamama que tan bien ha cobijado la memoria y las simientes.
Parece un acto de fe y lo es, porque sin fe, esperanza, confianza, solidez en nuestros pensamientos, no podemos aspirar al futuro.
Ese futuro que se inició con la legión de próceres y héroes desde Juan Santos Atahualpa en adelante en nuestro Perú, hasta llegar a los héroes y mártires del Siglo XX en Nuestramérica y las revoluciones triunfantes de Cuba y Nicaragua.
Que se anunció con las nuevas democracias desde el Comandante Chávez, hasta hoy con Claudia Sheinbaum, son nuevas democracias y clarines de lo que vendrá, que será más profundo porque incorporará las democracias ancestrales y las formas de gobierno autónomas que tendremos que aprender a incorporar y a unificar y tejerlas con Kukulkán, Quetzalcoatl, Amaru, los nombres de la serpiente en maya, azteca y la andina. Continuidad, anuncio y vía láctea. Todo en ellas. Pasado, presente y futuro de todos nosotros, hijos de la Patria Grande, del sueño tupacamarista, bolivariano, juarista, martiano, zapatista, villista, sandinista, fidelista, guevarista, solo para mencionar a algunos de nuestros profetas.
La Profecía de Inkarri deberá hoy enfrentar a un enemigo que sin cortesías ni sonrisas, tratará de consolidar su imperio a nuestra costa, y en nuestras costas, pero ello será nuestro renacer, nuestra resurrección como pueblos de indios, negros, blancos y mestizos. Una Revolución totalmente diferente, “ni calco ni copia”, y de cada una y cada uno. Será una Revolución muy profunda porque desde la primera célula, la humanidad opta por la vida y no por la muerte. Por el socialismo y no por el oscuro fascismo.
(Este texto es parte de uno más largo llamado La Profecía de Inkarri, programa de lucha y conquista de la Libertad y la Soberanía.)