* En las zonas Norte, Sierra y Altos, varios ediles tomaron protesta en lugares distintos a sus municipios, bajo resguardo de fuerzas militares.
Daniela Alfaro
Los alcaldes de diversas regiones de Chiapas han tenido que llevar a cabo sus funciones desde localidades alternas debido a la violencia generada por el narcotráfico. La situación ha llevado a los ediles a estar fuera de sus municipios por más de dos semanas, lo que ellos consideran que dificulta su gestión y preocupa a especialistas en derecho y política local.
La violencia ha alcanzado niveles alarmantes en las zonas Norte, Sierra y Altos del estado. Por ejemplo, en Tila, la alcaldía fue incendiada por grupos armados, y en Frontera Comalapa, el alcalde electo no ha podido asumir su cargo porque lleva 43 días reportado como desaparecido. En estos contextos, varios ediles han tomado protesta en lugares distintos a sus municipios, rodeados de elementos militares y policiales para garantizar su seguridad.
Mientras algunos alcaldes, como Neiser Hernández López en Tila, intentan abordar las necesidades de sus comunidades desde la distancia, la situación de los desplazados sigue siendo crítica. Muchos pobladores han huido de sus hogares ante el avance de la violencia, y aquellos que han regresado enfrentan dificultades para obtener alimentos y servicios básicos.
En una entrevista para el Heraldo de Chiapas, el presidente de la Federación de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados de Chiapas, José Manuel Blanco Urbina, ha calificado esta situación como “muy delicada”, advirtiendo que la gestión remota resulta ineficaz y que es crucial que el gobierno estatal garantice las condiciones de seguridad necesarias para que los alcaldes puedan desempeñar sus funciones en sus localidades.
