Sr. López
Del lado materno, de los toluqueños, tío Maco (Macario), era más bien flojo y más que eso, tonto, esféricamente tonto. Tía Concha, su esposa, lo sufría con cristiana resignación. Una vez, cuando la tía ya ni iba al mercado y menos a la iglesia porque le daban limosna, el tío regresó de “buscar trabajo”, diciendo que tenía una muy buena noticia; ella, casi llorando de alegría, exclamó “¡conseguiste chamba!”, y con una sonrisa de comer tostadas, le contestó: -¡Mejor!, conseguí fiado un entero de la Lotería, mira… ya luego lo pagamos –y así fue como tía Concha acabó viviendo con la abuela Virgen. Todo tiene límite. Todo.
¿Ya se enteró?… ¿no?… bueno, le digo: se acabaron los problemas, el país recupera el camino, ya no hay de qué preocuparse (desde el Cielo canta el Pirulí: ¡feeelicidad… hoy te vuelvo a encontrar…!).
Sí, damas y caballeros, ayer nuestra Presidenta en Palacio Nacional, sostuvo una reunión de altísimo nivel (qué altísimo ni qué ocho cuartos: supremo), la 14a edición de la US-Mexico CEO Dialogue, con 60 líderes empresariales de los EEUU y de México (ahí presentes para dar su toque de color a la cosa), y después, en conferencia de prensa, calificó la junta de “muy buena” y anunció que el año entrante, cuatro empresas de allá, invertirán acá 20 mil millones de dólares (agüita pa’l calor).
La señora (no es grosería, faltaba más), aclarando paradas y despejando dudas, dijo: “Hablamos de la fortaleza del T-MEC y de la importancia de la inversión extranjera en México y de la inversión privada conjugada con inversión pública (…) planteamos todas las reformas que hemos hecho y que ninguna de éstas representa un riesgo, se va a fortalecer el sistema de justicia, el sistema eléctrico y se van a entablar mesas de diálogo”. ¡Que se oiga esa banda!
Pero este incrédulo junta palabras, se queda pensando: ¿se van a entablar mesas de diálogo?… que se sepa ninguna recién casada, en su noche de bodas, le propone una mesa de dialogo al toroso marido por estrenar. ¿Mesas de diálogo?… ¿pues qué hay que dialogar?… ¿hay algo que aclarar, resolver, asegurar o modificar?
Y sí, resulta que el día anterior, la noche del lunes, el flamante secretario de Economía y ex-precandidato presidencial, don Ebrard, cenó con los del CEO Dialogue, para tranquilizarlos en preparación de la reunión de ayer con doña Sheinbaum y ya se sabe, ya se supo, que no salió bien la cosa, que el ambiente se podía cortar con cuchillo, porque los asistentes tienenla impresión de que este gobierno maneja un doble discurso muy preocupante, por un lado pregonando que el T-MEC les interesa más que la tilma de Juan Diego y por el otro, a las volandas, sacando otra reforma constitucional que incluye el sector eléctrico,lo que viola el T-MEC.
Otra cosa que sucedió en esa cena fue que don Ebrard, a contrapelo de sus anteriores promesas a los inversionistas de los EEUU, de conseguir que se “matizara” la reforma al Poder Judicial, soltó el discurso a la moda: el Poder Judicial era una birria y por eso lo desaparecieron… ¡vaya!, lástima que a cualquiera que esté pensando en traer su dinero, le preocupa que vayamos a tener jueces, magistrados y ministros del Bienestar. Ni que fueran nuestros tarugos… más bien, los tarugos de la 4T.
Los EEUU con todos sus defectos y barbaridades históricas, son la primera potencia mundial en todo y no son eso porque sean tontitos, confiados o ingenuos. El tío Sam duerme con un ojo abierto. Y tan no son cretinos de nadie que una hora antes de la cenita de don Ebrard, la representante comercial de la Casa Blanca, Katherine Tai, en una de las muy raras entrevistas que da, puso en entredicho la seguridad jurídica en nuestro país, precisamente por la reforma al Poder Judicial.
No babean sus escritorios en el gobierno de allá, están siempre a las vivas cuidando sus intereses… más cuando hay compromisos firmados con fuerza de ley, que el T-MEC (y todos los acuerdos de México), forman parte de nuestra Ley Suprema, dice la Constitución (artículo 133).
Y tan no son la burla de los cuatroteros que a la reunión de la US-Mexico CEO Dialogue, con nuestra Presidenta, no se presentó ningún funcionario de alto nivel de su gobierno, solo estuvo el embajador Ken Salazar (muino, eso sí, porque no hacía falta decirle a la prensa que lo puso en su lugar doña Sheinbaum, digo, algo de diplomacia).
Como sea, eso de los 20 mil millones de dólares (mmd), no parece ser algo como para echar cuetes, ni es muy seguro que lleguen. Mire usted: en el sexenio anterior hasta el primer semestre de este año, la inversión extranjera directa sumó casi 200 mil millones de dólares (mmd); de ese total, la inversión nueva fue de 59 mil 749 mmd, digamos 60 mil, es lo mismo; lo demás, casi 140 mmd fue reinversión de utilidades deempresas extranjeras ya en México. Nueva, solo 60 mmd.
Muy bien… pero esas nuevas inversiones extranjeras, son las más bajas desde hace seis sexenios (desde Salinas de Gortari). Nada más en el gobierno de Peña Nieto, entró a México un 26.5% más de inversión extranjera total (253,000 mdd).
La cosa se ve peor si recapacita uno en que está saliendo mucha inversión de China para relocalizarse (el ‘nearshoring’). ¿A dónde se está yendo ese dineral?, a México, no. A los EEUU, en 2023, llegaron 308 mil 562 millones de dólares; para entrar en escala, el vecino recibió en un año más del 154% que México en todo el sexenio pasado.
La Presidenta no tiene atrofiado el cerebro. Sabe que la cosa está muy seria y que no es segura la inversión extranjera nueva ni el ‘nearshoring’. Pero dadas sus convicciones, difícilmente hará un viraje y es mala cosa decir asuntos de economía con ideología, nadie lleva a un hijo enfermo con un filósofo. China, siendo un país tajantemente comunista, enderezó su raquítica economía, haciendo lo que ordena el sentido común, sin ponerse de tiquismiquis con que eran medidas capitalistas.
Si nuestro gobierno no hace lo que debe, nuestra suerte será la del que sin billete, quiere sacarse la lotería.