Noé Juan Farrera Garzón
Emmanuel Sima Jiménez, originario de Quintana Roo, llegó a San Cristóbal de Las Casas en diciembre de 2009, y desde su llegada, se sintió atraído por la riqueza histórica y las leyendas que envuelven a este Pueblo Mágico en los Altos de Chiapas.
Entre 2009 y 2012, dedicó su tiempo a caminar e investigar las tradiciones orales de la ciudad, descubriendo que San Cristóbal de Las Casas, alberga 55 leyendas. De estas historias, las del barrio de La Merced, uno de los más antiguos de la ciudad, destacan por su misticismo. En La Merced, dos leyendas han perdurado a lo largo del tiempo: la del “Way Chivo” y la de la “Vaca Bruja”.
El “Way Chivo”
Esta leyenda, cuenta que en el barrio vivía un nahual, conocido como “Way Chivo”, un ser humano capaz de convertirse en chivo durante las noches. Según los relatos, este ser merodeaba las calles de La Merced, acechando a las parejas o personas solitarias que transitaban de noche.
Aunque muchos intentaban ahuyentarlo con piedras, el chivo parecía ser inmune a los ataques. La única manera de librarse de su presencia era enfrentarlo con valor y decir en voz alta: “Ey, Way Chivo, soy tu compadre, déjame en paz a mí y a mi novia”.
La leyenda popular de “Way Chivo”, toma fuerza de la forma en la que entendía las palabras de las personas que decían estaban cerca de él, pues, luego de haberle repetido esas palabras, el animal, si te volvía a encontrar, parecía conocerte, y se encargaba de escoltarte hasta tu casa, sin molestarte, solamente cerciorándose de que llegaras con bien.
La “Vaca Bruja”
Otra de las leyendas emblemáticas del barrio es la de la “Vaca Bruja”. Se dice que este animal, de tamaño inusual, solía aparecer en las calles del barrio, revolcando y mareando a sus víctimas. Los vecinos, cansados de los ataques, se organizaron para atraparla, pero en un primer intento, la fuerza de la vaca fue tal que no pudieron contenerla.
Decidieron entonces acudir a un brujo del cerro Huitepec, quien les recomendó una serie de rituales para poder capturar al animal.
Una vez atrapada, la vaca comenzó a recibir golpes de los vecinos, hasta que, en medio de los lamentos, el animal comenzó a hablar y suplicar que pararan. Al amanecer, la piel del animal se desprendió, revelando el cuerpo de una mujer mayor. Según la leyenda, esta mujer descendía de los tlaxcaltecas y se dedicaba a la brujería como venganza por la muerte de su esposo a manos de los españoles.
Otra versión es que la mujer, había utilizado la forma de vaca para atormentar a una joven del barrio, en un intento de ganar el afecto de un hombre sin lograrlo y en reprimenda o venganza, comenzó a molestar a quien se le cruzara en frente en forma de vaca, causando temor en los habitantes.
Estas historias forman parte del rico legado de leyendas que se transmiten de generación en generación, reflejando el misticismo y la fantasía que caracterizan a San Cristóbal de Las Casas y que Emmanuel Sima, trae a la memoria.
