- La riqueza de culturas como la del pueblo zoque de Tuxtla Gutiérrez, se manifiesta de manera palpitante en su gastronomía.
Noé Juan Farrera Garzón
La riqueza de culturas como la del pueblo zoque de Tuxtla Gutiérrez, se manifiesta de manera palpitante en su gastronomía, un legado que las cocineras tradicionales de origen étnico, aunque no exclusivo, se han dedicado a preservar.
Podemos observar en la actualidad, el mestizaje culinario que define en la actualidad a Tuxtla Gutiérrez, por ejemplo, destacando la importancia de diferenciar entre la comida zoque autóctona y la cocina tuxtleca, así como su notable influencia de otros municipios, lo cual no es malo, pero sí influye en la identidad de su pueblo.
La comida zoque, según explican maestras de esta gastronomía, como Lucero Aguilar Paredes, puede dividirse en dos categorías principales: la comida de ritualidad y la comida de diario. La primera está íntimamente ligada a las celebraciones y ceremonias tradicionales, donde los platillos no solo alimentan, sino que también poseen un profundo significado espiritual y cultural.
Ejemplos de ello son los tamales de maíz con hoja de milpa o el pozol, esta última la bebida ancestral de maíz y cacao, que son esenciales en las festividades y rituales, resaltó.
Por otro lado, continuó diciendo, la comida de diario refleja la vida cotidiana de las comunidades zoques, con ingredientes y preparaciones que se han mantenido a lo largo de los siglos. Platos como el chipilín con bolita de masa, es muestra de una cocina que, aunque sencilla, está llena de historia y sabor.
Es crucial entender que existe una distinción clara entre la comida zoque y la comida tuxtleca. Hay quienes señalan que la gastronomía tuxtleca ha sido fuertemente influenciada en sus recetas originales por la cocina de San Cristóbal de Las Casas, conocida también como cocina coleta, como el maestro zoque Juan Ramón Álvarez. Lo anterior, dijo, es debido al mestizaje cultural que por naturaleza existe, en el crecimiento poblacional de la vida cotidiana de los pueblos.
Este mestizaje ha dado lugar a una amalgama culinaria que, aunque deliciosa, puede difuminar las líneas entre las raíces autóctonas y las influencias externas, con ejemplos tan claros y sencillamente diferenciados, como el caldo de res zoque cocinado con garbanzo y repollo, por el contrario, muchas familias acostumbran en la actualidad preparara este platillo con diversas verduras.
Cabe destacar, la importancia de la comida ceremonial en la identidad zoque pues, estos rituales gastronómicos, no solo preservan técnicas culinarias ancestrales, sino que también fortalecen los lazos comunitarios y mantienen viva la conexión con sus ancestros.
En un mundo donde la globalización amenaza con homogenizar las tradiciones, el trabajo de maestras que buscan preservar la tradición originaria del pueblo zoque, como el de Lucero Aguilar Paredes, es fundamental. Su dedicación no solo mantiene sino que también rescata recetas y técnicas antiguas, además de también revalorizar la identidad zoque dentro del mestizaje que caracteriza a Tuxtla Gutiérrez en el presente.
En cada platillo, la maestra Lucero Aguilar Paredes, nos invita a saborear no solo una combinación de ingredientes, sino una historia rica y compleja, que merece ser contada y preservada, trabajo que a lo largo de varias décadas ha investigado y se ha sumergido en el mundo de tradiciones y la cultura que representa y caracteriza al pueblo zoque de su natal Tuxtla Gutiérrez.