Juan Carlos Cal y Mayor
En su fase primaria el populismo es muy exitoso. El gran líder hace lo que se le viene en gana con el “pueblo” porque su poder de seducir a las masas es enorme. Ahí están Mussolini, Hitler, Perón, Fidel y Hugo Chávez. Es un patrón de conducta que sigue siempre la misma ruta. Es como el enamoramiento cuando está en su mejor momento.
LOS JODIDOS
A todo se le dice que sí. López Obrador lo sabe. Es un héroe subversivo popular, un agitador social por excelencia, un simulacro de Francisco de Asís mezclado con Robin Hood. Encarna como nadie el resentimiento social, el acomplejamiento prejuicioso más arraigado, el prototipo del mexicano victimizado y autoinmolado. Es el artífice de la venganza popular, del jodido que cree estar jodido porque alguien lo ha jodido. Y entonces es la hora entonces de joder al que según ellos los ha jodido. Quitarle al rico para darle al pobre, que es pobre por culpa del rico. Hay que arrebatarle al chico del cumpleaños la piñata y repartir los dulces. Amlo lo ha hecho como nadie.
DOGMA DE FE
¿Para qué ahorrar si hay quien lo necesita? ¿Para qué tener un fondo de desastres mientras no haya desastres? ¿Para qué un fondo de estabilización mientras haya estabilidad? Y entonces vació las arcas. Dinero en efectivo, el programa es lo de menos, todos te van a amar, y entonces harás lo que quieras. Hay que comenzar por quedarse en el poder, instalar una narrativa redentora, dotarla de dogmas. No se necesitan valores, menos argumentos, sino principios de fe. Es la fe y no la razón lo que los sostiene en el poder.
DISENTIR ES TRAICIÓN
Y para eso hay que mandar al diablo a sus instituciones, borrarlas del mapa, refundar la manera de ejercer el poder. Es la revolución, la transformación, que todo lo amerita. Entre más profunda y destructiva, mejor. Por eso es que antes de partir, el presidente asesta sus últimos propósitos. Es ahora. Se trata de construir un andamiaje de tal manera que nada lo destruya. Lo irrisorio es que se fingen demócratas, más aún republicanos. Es lo único que los legitima para codearse con otros líderes de países con democracias harto distantes. La diferencia sustantiva. En sus democracias, la de los populistas, el pueblo manda. Es una entelequia mayoritaria a la que manipulan a su antojo. No existe el derecho al disenso. Disentir, pensar distinto es ir contra los interés de la patria que encarna el amado líder. Es ser traidor a los ideales de la transformación.
VENGANZA
López Obrador cobra venganza contra el único poder que cumpliendo con su deber de hacer valer la ley se opuso a sus intereses. El mismo nombró ministros, pero no pudo dominar a la Corte. Hay hoy tres ministras que a todo le dicen que sí. Zaldívar intentó postergar su mandato, pero no lo logró. Por eso ahora van por todas. ¿Cómo legitimar la destrucción de la Corte? Hay que usar al pueblo que en todo momento tiene el derecho a definir su forma de gobierno, solo que para eso hay reglas, no es así como ahora pretenden justificarlo.
EL PUEBLO BUENO Y SABIO
Ellos proponen, el pueblo elige. Hay que aprovechar ahora que lo tienen sedado con sus reivindicaciones y programas sociales. Ya se sabe el resultado de antemano, pero hay armar el montaje sin importar lo que cueste. Por eso debatir la reforma judicial como si se tratara de algo honesto, serio y con buenos propósitos es solo avalar el fin insano de cooptar al único poder que les falta para gobernar sin esos obstáculos que los neoliberales y conservadores defienden a capa y espada.
MÉXICO A LA DERIVA
Si logran hacerlo, no perderá la oposición, perderá el país al dejar de ser digno de confianza para los inversionistas tanto nacionales como extranjeros. ¿Qué perdemos? Millones de empleos. La oportunidad de crecer económicamente y mejorar las condiciones de vida de las mayorías. Ya habrá otros países que aprovecharán nuestra oportunidad perdida por la mezquindad de quienes ahora gobiernan. A ellos no les importa porque ya son la nueva élite. La nueva oligocracia. Y no vaya pensar que son genios, en realidad son hampones, para eso hay otros hampones que son sus aliados. México va a la deriva, el timonel es un sociópata, pero los remeros aplauden.