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Lo que nos espera / Al Sur

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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, Tuve un sueño lúcido donde se debatía el futuro de México y con ese sueño tan real desperté casi de madrugada. Llamé de inmediato a Amanda para comentarlo en el desayuno. 

Amanda llegó luciendo una minifalda con una blusa chiapaneca de bordados diseñados por ella misma; se acomodó tomando mi libro de “Antología de Cartas” donde escribe Berenice Velázquez. Leyó la carta y la respuesta. El té se entibió y con un gesto de nostalgia comento: “esta historia coincide con lo que nos espera: un romance de 18 años para caer en la desilusión, como tantos amores fallidos”.

—En tu opinión, ¿qué nos espera, Amanda?,-Su gesto era inequívoco, expresaba incertidumbre envuelta en algodones de esperanza; desazón y tristeza, todo en una mirada lánguida.  No respondió de inmediato; leyó la carta como si fuese su último desayuno. 

—Quiero un jugo verde, huevos conciliados, esos de tres yemas con chilaquiles. Al lado póngale plátanos fritos y frijoles con bastante queso; otra tisana y un flan napolitano, -le indicó al mesero que no perdía de vista sus piernas blancas. De seguro, admiraba la mariposa de su rodilla que cubre su cicatriz.

—Comerás como si fuese tu último desayuno.

—Quizá lo sea, el horno no está para bollos con los escenarios nacionales que nos esperan. Considero muchas variables en el caldero. Desde el continuismo autoritario, incluso dictatorial del señor López hasta una declaratoria de Estado de Excepción que mantenga a López en el poder tras declarar inválida la elección de Claudia. No lo sé. Es tan confuso todo. Quizá un golpe de estado. Quizá 30 años de dictadura; ¡claro!, sin López pues su edad nos le da para mucho.

—Veremos en estos días la nueva Constitución del 2004 o 2005, con sus reformas anticonstitucionales, pero avaladas por un Congreso con la sobre representación de más del 70 por ciento de diputados morenos. Será anticonstitucional, pero con un Poder Judicial maniatado, nada podrá hacerse en contra, -tomo el yogurt lentamente mientras Amanda apura su desayuno.

—Cuando la balanza del Poder Judicial se quiebra, el orden jurídico desaparece. Basta con leer el Decreto de Batres par la CDMX donde el 2 de septiembre, se oficializó el decreto que modifica el artículo 3 de la Constitución local referente al respeto de la propiedad privada, pública y social, donde establece la propiedad privada se presentará “en los mismos términos que el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, comenta Amanda cruzando la piernas como parte de la propina al joven mesero.

—Amanda, la Constitución anterior de la CDMX establecía, como parte de los Derechos Humanos, el respeto a la propiedad privada.

—Pues ya no. Y de seguro, eso nos espera en las modificaciones a la nueva Constitución. Lo veo como un plan anticipado esperando la reacción del pueblo; si es que lee y reacciona, ¡claro!, -Amanda le da un sorbo a su café. Le pregunto, qué sucederá, entonces.

—Te leeré parte del Decreto: “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originalmente a la Nación, la cual, ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”. La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de aprobación.

—Entonces, ¿el gobierno podrá disponer libremente de la propiedad privada?, le pregunto a Amanda quien le lanza una mirada coqueta al mesero que nos pregunta si podemos pagar la cuenta porque ya se va a retirar. 

—Según el gobierno capitalino, con esta reforma queda salvaguardado el interés superior de la nación, de la ciudad y de lo público, así como también quedan protegidas la propiedad privada, la propiedad pública y la propiedad social.

—O sea, ¿el gobierno podrá arrebatarte tus propiedades?

—El decreto establece que por causa de utilidad pública podrá hacerlo mediante la expropiación y pago dei indemnización; pero figúrate, si pagan sobre el valor catastral, recibirán centavos en vez de pesos.

—La ventaja es que vivimos en Chiapas, Amanda.

Pagamos la cuenta y Amanda anota su teléfono al reverso de la nota; “es por si tiene problemas con la tarjeta, le dice al mesero guiñándole un ojo.

—Pues considero que el Plan C del señor López y Claudia harán lo mismo para toda la federación. Nos esperan días y años de convulsión, incertidumbre; vacío jurídico con las reformas al poder judicial; reacción de los mercados e inversionistas internacionales; la reacción de Estados Unidos, sea con Trump o con Kamala.

—Así lo veo, Amanda. Y con la fuerza del ejército teniendo a su mando la Guardia Nacional, visualizo impunidad para la delincuencia organizada y elevada represión para la oposición, Amanda.

—El panorama no es tan esperanzador; aunque quizá, Claudia llegue con otro plan C de Claudia actuando a favor de la conciliación y la unidad nacional y tome medidas eficaces para restauran la paz y tranquilidad, aunque sea mediante acuerdos con los narcotraficantes; y finalmente, trate de restaurar el tejido social, para reactivar el campo, la industria generando empleos y mejores ingresos; quizá, Claudia quien está más preparada y uno es tan ignorante como López, no de gratas sorpresas.

—Pues sigue soñando. Ya lo veremos dentro de tres semanas en sus mañaneras. Y discúlpame, pero acabo de recibir un mensaje importante y debo retirarme. -Amanda se retoca el maquillaje y con un gesto de alegría, más esperanzador que los escenarios nacionales, se retira de la cafetería ante las miradas masculinas apuntando a sus hermosas piernas.

Como sea, Ana Karen, aún dentro del caos, siempre habrá quien abra las puertas a instantes de solaz y tranquilidad como una cuestión de amor.

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