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Para qué leer / Al Sur

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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, Tenía tiempo de no acudir a esos conversatorios donde nadie conversa; se exponen ponencias y el público apenas participa con dos o tres opiniones. Pero hace un año,  Raúl Figueroa me invitó al Conversatorio sobre Derechos Humanos, muy distinto a otros donde se abrió el debate a partir de la participación de una mujer valiente como lo es la Notaria XXXX Pensamiento. Este conversatorio lo organizó el Círculo de Lectura Chiapas, y de ello quiero platicarte hoy.

Gaby tomó la batuta del Círculo de Lectura Chiapas iniciado por Raúl Figueroa que acumula ya, más de 100 asiduos y entusiastas lectores. Observando la pasión por la lectura de la Maestra y abogada Gabriela Jiménez Urbina la invité a tomar café para plantearle una duda existencial, no resuelta en mi mente: ¿Para qué leer?

Mi amiga Gaby, como me permite llamarla, empezó a leer desde pequeña cuanto libro dejaba su madre a su alcance. Así fue como a los diez años inició su camino con Cien Años de Soledad, llenando su mente con ese mundo de fantasías; y desde Macando, recreó a José Arcadio a quien imaginaba como a un Ciro Peraloca ingeniándose cómo enamorar a su mujer quien era la dueña de la fortuna. Imaginó a cada  personaje y viajó por los lugares mágicos que narra García Márquez. Años más tarde, lo releyó desde la perspectiva de las dictaduras, la política y ese enjambre de sucesos en Latinoamérica, propios de aquélla época, sin dejar de fascinarse con la narrativa del célebre autor. 

Leer nunca le fue impuesto por su madre. Verla rodeada de libros y disfrutar con ellos, la indujo a seguir el ejemplo porque su madre le decía: “Hija, hay que leer porque mejora la ortografía, porque tendrás temas de conversación; tu mente se abrirá y verás el mundo de distinta manera“.

De libro en libro llegó a sus 16 años donde las lecturas cambian de rumbo y la adolescencia la coloca frente a las páginas de “Verónica decide Morir” junto con “Once Minutos” el cual le cambió la vida al comprender todo lo que hacemos en el acto sexual durante esos 11 minutos a través de una chica enganchada en Brasil con la ambición de convertirse en modelo en Europa, pero los tratantes de personas, la prostituyen y desde ahí, la personaje narra su historia y experiencias sexuales. Esa historia me ayudó a comprender y prevenir este tipo de situaciones; además de imaginar eso 11 minutos. 

Gaby sonríe. Brindamos con un exquisito vino que sustituyó el café. Ahora la escucho en compañía de Oscar, su esposo, y su escudera Vianey, respondiendo con esa forma locuaz, tan propia de ella. 

—Supongo que hay mucha diferencia entre los chicos del colegio con hábitos de lectura y aquellos que no le tiene, ¿cómo fue tu experiencia?, le pregunto

—La diferencia se manifiesta en la ortografía, en el empleo orrectode la sintaxis; en el dominio de las metáforas y figuras retóricas; en la comprensión de los libros de texto y la facilidad para debatir ideas con un vocabulario más amplio. Aunque no lo creas, hay chicos universitarios quienes ni siquiera escriben su nombre correctamente, —me lo dice con una sonrisa  pícara  colocando sus manos al vuelo como diciéndome: <Aunque usted, no lo crea!>

Al llegar a Comitán a sus 14 años, Gaby continúo sus estudios de bachilleratos y licenciatura en Derecho. Más tarde, estudia la Maestría en Juicios Orales que inician en el 2013. Obvio, la comprensión y rapidez de lectura, su retentiva, así como su facilidad de palabra le abren mayores oportunidades, tanto en la docencia como en el ejercicio de su profesión. 

Las lecturas especializadas en Derecho son abundantes y permanentes; y por ese motivo,  recomienda a los abogados leer las 61 novelas de John Grisham de ambiente judicial, llenas de misterio, suspenso y claves importantes para investigar, dilucidar y resolver casos.

Entre sus autores favoritos, además de los universalmente célebres, gira su atención hacia las autoras chiapanecas como Clara del Carmen Guillén, Selene Argueta, Elvira Hernández, Anna Laura Moreno, Esperanza Cernas, Angélica Altuzar, Josué Nandayapa, Dulce Violeta, Mallgualida Albores; Berenice Vázquez, Alejandra Lagunas y otros más a quienes ya se incluyen en la programación de lecturas del Círculo de Lectura Chiapas.

—Platícame cómo nace el Círculo de Lectura.

—Desde pequeña soñaba leer con otras personas; leer, tomar café o vino. Pero no se dieron las circunstancias; así que cuando Raúl Figueroa me propone hacerme cargo de las lecturas y él de las invitaciones, no lo pensé dos veces. Empezamos en el salón de un hotel Del Marquez teniendo como invitada especial y madrina a Luzma Castillo. De ahí, nos volvimos itinerantes de un lugar a otro hasta que el alcalde Fox nos abrió las puertas de los museos y bajo la dirección de Fernando Zea, Hermilo XXX  como de Arturo Guillén nos hemos mantenido en esos espacios culturales los miércoles de cada 15 días o en eventos especiales con el apoyo de la Fundación “Leyendo con el Corazón”. Al principio éramos pocos. Ahora en el grupo de Whats App ya contamos con 80 lectores.

—Platícame de los eventos especiales y de los proyectos en la agenda del Círculo de Lectura. Como niñas abriendo los regalos de Navidad, Gaby esboza una gran sonrisa y muy entusiasmada me responde.

—Organizamos Conversatorios sobre temas de actualidad; presentaciones de libros, lecturas de poemas; asistimos a exposiciones de arte y tenemos como proyectos: promover la lectura en Colegios de primaria a universidades; crear la biblioteca móvil; organizar el kilómetro de libros para donara escuelas y promover rifas; y cuando sea posible, crear unaFundación Editorial para publicar a los autores locales bajo u sello editorial a bajo costo y elevada difusión para lo cual tendremos que hacer convenios para su distribución.

—Enumérame algunas de las satisfacciones que deja el Círculo de Lectura Chiapas.

—Son muchas y ¡salud por ellas! Mi primera satisfacción es leer en compañía; interpretar los libros a través de visiones múltiples buenos enriquecen la comprensión; observar las reacciones emocionales en cada lectura y ver cómo un párrafo es capaz de mover sentimientos y recuerdos al límite del llanto; me satisface mucho cuando un libro le cambia la vida a alguien y por supuesto, sumar amistades con la misma pasión por los libros.

—¿Donde nos recomiendas leer cómodamente?

—Cada quien encuentra su propio espacio; sus horarios y forma de acomodarse. No hay regla en ello. Lo mismo puedes leer en tu sitio favorito que en cualquier rincón de la casa, la oficina, el colegio, la calle; en una cafetería o biblioteca. Es cuestión de gustos y posibilidades. Lo importante es leer, aunque sea en el baño.

Durante más de dos horas conversamos acerca de libros, lectores, escritores, ideas y proyectos en ciernes; platicamos, entre vino y vino, de Vianey, la conductora; de Edgar, el sub coordinador de lecturas; de la necesidad de multiplicar en el estado estos Círculos que alienten el pensamiento y detonen nuevas ideas como lo hace el grupo de “Vos Pensanteorganizado por jóvenes brillantes y la participación de Olivia Bonifaz y Joseph Welbers.

—Todo lo que me has compartido es admirable, porque contribuye a la paz, al desarrollo humano y a construir espacios de convivencia humana en armonía. Ya entendí por qué debemos leer; pero ahora respóndeme: ¿Para qué leer? 

Se lee para crecer como Seres Humanos, se lee para transformar el mundo. Y como tú dices: esa, es una cuestión de amor.

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