Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen, después de 11 años en el poder, Maduro no madura. El ansia de poder de este psicópata es desmesurada al grado de advertir que si no gana la elección, habrá derramamiento de sangre en Venezuela. El dictador Maduro anuló la separación de poderes y las cinco principales instituciones quedaron bajo su mando y capricho con el afán de mantenerse otros 6 años más en el poder.
De los casi 8 millones de venezolanos dispersos en el extranjero un 18% planea regresar a su país para votar este domingo 28 de julio a favor de Edmundo González acompañado por la líder moral de la oposición María Corina Machado quien fuera inhabilitada para votar y ser votada por 15 años por un supuesto “delito administrativo cometido en el año 2003″. Se trata de un treta judicial orquestada por Maduro ante el Tribunal Superior de Justicia como hizo con más de 1,400 ciudadanos.
Ellos constituyen, en estas elecciones, la oposición más fuerte, movilizada, incluyente y dispuesta a ganar las elecciones para poder reconstruir lo que Venezuela fuese hace 25 años, antes de Chávez.
Nunca antes se había visto una base tan amplía y unificada como la que han logrado Edmundo González y María Corina al caminar por toda Venezuela llegando a lugares lejanos e inexplorados para despertar la conciencia de los venezolanos quienes padecen la peor de las penurias en toda su historia.
Bajo los gobiernos chavistas, Venezuela pasó de ser la quinta economía más grande de América Latina a ocupar los últimos lugares en desarrollo económico y bienestar social y a ocupar uno de los primero lugares en pobreza extrema. La escasez de productos básicos es crónica, el salario mínimo es de ¡3 dólares al mes!, complementado con el equivalente a US$ 40 en beneficios gubernamentales como cupones de alimentos y gasolina subsidiada. Esos programas sociales condujeron a Venezuela a contraer una deuda pública histórica e impagable con grandes déficits que no aportan al desarrollo económico del país.
Maduro no madura y por tanto, no reconoce que el fracaso de su gobierno se debe a la corrupción desmedida, a las políticas públicas erróneas, a programas sociales que aniquilan la economía de Venezuela, a la soberbia de un gobernante enfermo de poder. A cambio de eso, Maduro se justifica culpando a Estados Unidos por el bloqueo comercial, que en realidad fue muy posterior, cuando la economía venezolana ya estaba por los suelos.
La oposición conformada por Edmundo y María Corina podrían revertir esa situación si logran triunfar este domingo próximo. Su proyecto de Nación es posible contando con las reservas de petróleo más grandes del mundo y provocando que Estados Unidos levante el bloqueo comercial para reactivar inversiones, generar empleos bien pagados, aprovechar sus innumerables atractivos turísticos que le representarían divisas sanas; además de reorientar los programas sociales hacia proyectos productivos en beneficio de la población más vulnerable. Con todo ello, Venezuela podría convertirse en el centro energético de Latinoamérica y un ejemplo para las dictaduras disfrazadas de democracia.
Otro factor importante en la victoria de la oposición sería mover el péndulo geopolítico en América Latina y otras naciones del mundo. La interrogante es, ¿cuál será la reacción de los países aliados de Maduro?,: China, Irán, Cuba y Rusia. Hace poco, la prensa comentó: “A menos de 2.300 kilómetros de Miami, Caracas a menudo se menciona como una cabeza de puente para el presidente ruso Putin y el líder chino Xi Jinping en el patio trasero de Washington. Otro aliado regional, Cuba, actualmente recibe envíos gratuitos de crudo venezolano para sostener sus industrias”.
Al gobierno de Maduro, la OEA lo desconoció; fue expulsado del Mercosur, la unión económica más grande de América Latina y fue abandonado por las principales instituciones mundiales, así como por un bloque de países que desconocen su gobierno.
Bajo el mandato de González podrían reconstruirse estas relaciones, porque Edmundo González cuenta con una amplia experiencia y preparación; entre muchas ocas, es un ex-diplomático del siglo XX que vivió en Argel, Bruselas y Buenos Aires; habla inglés y francés además de su español nativo, capaz de restablecer relaciones con la Unión Americana, con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, para aportar el dinero necesario para subsidiar la economía, al menos en el corto plazo, según se declara en la plataforma económica de la oposición.
La intención de González y María Corina, es restituir la democracia en Venezuela y fortalecer las instituciones estatales como es la Corte Suprema y la Fiscalía General, que están bajo el poder del inmaduro Maduro. También se suma la intención de la oposición por despolitizar esos cargos y devolver el poder a la Asamblea, y a las instituciones autónomas; liberar a presos políticos. Desde aquel amplio movimiento integrador de Vietnam de los años 70, es la primera vez que presenciamos un movimiento tan amplio y unido como el de la oposición en Venezuela.
De todas las promesas pronunciadas por Maduro al tomar posesión en 2013 acompañado de los presidentes Cristina Fernández de Kirchner (Argentina); Evo Morales (Bolivia); Dilma Rousseff (Brasil) y Raúl Castro (Cuba), solamente ha cumplido consigo mismo, la de retener el cargo por 11 años con la ambición de prolongarlo otros seis años más. En 2024, Maduro vuelve a prometer lo que no pudo cumplir en 11 años de gobierno. En ese período, Maduro provocó la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en 75% sólo entre 2013 y 2021.
A Maduro, a su esposa Cilia Flores y a sus hijo Nicolás les tiemblan las piernas al presenciar el ascenso de la inflación, la deuda pública; las cifras de pobreza extrema y la caída estrepitosa del Producto Interno Bruto al paralizar prácticamente a la industria venezolana. Se sabe responsable de la pérdida adquisitiva del Bolivar y su sustitución por el dólar; causante de la peor crisis humanitaria de la historia al expulsar a casi 8 millones de venezolanos para vivir la experiencia de migrantes como parias a salto de mata.
La pobreza extrema que atraviesa Venezuela impacta sobre la salud, vivienda, alimentación, falta de empleo, paralización de las empresas, violaciones a los derechos humanos con numerables denuncias por detenciones injustificadas, violaciones, secuestros, la reducción del 38% de emisoras radiales y del 45 % de la cantidad de televisoras.
La amenaza de Maduro será histórica: “El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Con el triunfo de Edmundo González y María Corina, podría encenderse una luz de esperanza para las democracias de Latinoamérica para sepultar las democracias populistas que gobiernan la economía con la derecha y duermen al pueblo simulando ser de “izquierda”.
Queremos ver a Venezuela resurgir entre las cenizas y sabemos que habrán de lograrlo.
Luchar por la unidad, por la democracia, la justicia y la libertad son en verdad, una cuestión de amor.