* Adelantó que no permitirá que México sea usado en la campaña presidencial de EE.UU. y desestimó riesgos de cierre de fronteras o deportaciones masivas.
La virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, advirtió que no permitirá que México sea usado como herramienta en la campaña presidencial de Estados Unidos. En una conferencia de prensa desde su sede de transición, Sheinbaum destacó que, sin importar quién gane la presidencia estadounidense, México debe ser respetado como un país soberano e independiente.
Sheinbaum respondió a las especulaciones sobre la posible reelección de Donald Trump, afirmando que, a pesar de sus declaraciones, no hay indicios de que se produzca un cierre de fronteras ni deportaciones masivas de migrantes mexicanos. La exjefa de Gobierno aseguró que el impacto económico de cerrar las fronteras sería demasiado alto para Estados Unidos, como lo evidenció la reciente situación en Texas.
Además, Sheinbaum hizo hincapié en que la relación económica entre México y Estados Unidos es demasiado crucial para ser interrumpida, ya que ambos países están profundamente integrados en términos de comercio. Recordó que el presidente Andrés Manuel López Obrador está preparando una carta para el candidato republicano, destacando la importancia de mantener el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En cuanto a la migración, Sheinbaum subrayó que los mexicanos en Estados Unidos contribuyen significativamente a la economía estadounidense, superando incluso el Producto Interno Bruto (PIB) de varios países de América Latina. Rechazó las afirmaciones de que los migrantes estén vinculados con la crisis de adicciones en EE. UU.
La virtual presidenta electa también comentó sobre la posible candidatura de Kamala Harris, señalando que cualquier decisión respecto a ella será tomada por el electorado estadounidense. Sin embargo, Sheinbaum expresó su apoyo a la participación de mujeres en la política.
Finalmente, Sheinbaum confirmó que el 1 de octubre asumirá la presidencia con un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México, seguido por una recepción en el Congreso y en Palacio Nacional para líderes internacionales. Aseguró que su administración defenderá firmemente los intereses de México y trabajará con cualquier gobierno elegido en Estados Unidos.
