José Antonio Molina Farro
“ Dejemos de ser todos nadie; seamos todos alguien. Construyamos todos juntos una nueva convivencia mexicana, más justa y más libre”. C. Fuentes
En un lúcido ensayo de dimensión universal, El espectador, José Ortega y Gasset escribe: “Ahora, por lo visto, muchos hombres vuelven a sentir nostalgia por el rebaño, se entregan con pasión a lo que en ellos había aun de ovejas. Quieren marchar por la vida con la cabeza caída. Por eso los pueblos andan buscando a un pastor y a un mastín”.
ERA está, a decir de él, por llegar a su “cita con el destino”. Aquí en la comarca llueven los panegíricos. Ditirambos a torrenciales. Toneladas de sumisión y avalanchas de elogios de trepadores irredentos. Algunos empresarios sometidos antes de tiempo, con la mente puesta en sus cuentas bancarias. No asombra, es el rito sexenal. Lo mismo hubiese sido de ser otro el candidato o la candidata.
Hay un sin embargo, diferencias notables, signos distintivos. Hay fundamento para elevar legítimas expectativas de una sabia conducción de Chiapas a un nivel superior de su ciclo histórico. Llega un político de carrera que se preparó arduamente para ser, avalado por una amplia legitimidad en las urnas y su fructífero paso por el legislativo y la administración pública. Un político que supo construirse a sí mismo con esfuerzo, perseverancia, sacrificio y renuncia. Tiene oficio, preparación y capacidad de gestión. Quiere trascender. El basurero de la historia es para los canallas, los indecisos y timoratos. Su proyecto es construcción, lo enriquece con voces cercanas y distantes. Un añadido no menor, proviene de la cultura del esfuerzo, sabe de la precariedad de la cuna humilde y la necesidad de ganarse el pan con trabajo esforzado. Conoce el valor de la palabra, la cuida, no la corrompe, tiene la vida de las ideas, no hay teatralidad ni discurso santurrón, no hay equívocos ni carnaval oratorio. No se desborda sobre sí mismo ni lo consume su inobjetable victoria.
Esperanza. Despierta esperanzas, más allá de las que naturalmente se renuevan cada seis años y nos vitalizan como sociedad. ERA no puede fallar. Marcel, filósofo cristiano de la esperanza da una bella definición: “es dar crédito a la realidad como portadora del futuro”, es creencia en el futuro.
El gobernador electo recibirá a un Chiapas vacío de vértigo, hundido en la crispación, la impotencia, la incertidumbre y la desconfianza; un Chiapas urgido de leyes eficaces, de paz en las calles, en los caminos, en los municipios. Un Chiapas con mayorías humilladas por quienes teniéndolo todo no quieren permitir que quienes nada tienen vivan un poco mejor. Sabedor de su falibilidad, ERA escucha todas las voces como buen “ladrón de oídos”, y en acuciosa depuración las plasma en programas y objetivos de gobierno. Es humilde y no se asume depositario de la verdad absoluta.
Y sí, en democracia la verdad posible es parcial, limitada, compartida, discutible y provisional; la verdad absoluta no la tiene el pueblo bueno, sabio y puro, incontaminado, ni la mayoría triunfante ni las élites privilegiadas. Incluso en la ciencia, con protocolos rigurosos la verdad se construye en cooperación.
Hemos leído con detenimiento su Plan Chiapas Transformador, también las seis acciones de gobierno desde la Meseta Comiteca y, por supuesto, toda la dinámica de los Diálogos por la Transformación, coordinados por Juan Carlos Gómez Aranda.
Margaret Thatcher . “Que los gobiernos entren y salgan con el mínimo trastorno y la máxima eficiencia”. Hay en ERA mesura y discurso conciliador que no niega ni anula logros y beneficios del pasado inmediato. Reitera conservará lo positivo de su antecesor, en una transición tersa y ordenada, sin dedos inquisitoriales. Se ocupará del futuro, por lo que es previsible no culpará al pasado para ocultar eventuales ineficiencias en su propio encargo.
Liberalismo . Hago una interpretación muy subjetiva, a la luz de su biografía. Su pensamiento se inscribe en la más pura tradición liberal. La asume como una idea radical sobre la vida; el liberalismo que propugna la libertad y la tolerancia, el que respeta la supremacía constitucional, los contrapesos, la transparencia y la rendición de cuentas. Aquel que, en esencia, apunta a que cada ser humano puede construirse y construir su destino, con estricto apego a la legalidad.
En lo económico hay una nueva visión de gobierno. Sabe del valor de la certidumbre y la paz social. Busca fortalecer la economía de mercado, atraer inversiones nacionales y extranjeras, estimular el desarrollo con incrementos en la productividad de los factores de la producción, la digitalización, el espíritu empresarial y la innovación, la ciencia y la tecnología.
Meritocracia . Con firmeza y convicción, por encima de vínculos afectivos o emocionales, prima el mérito. Ya se escuchan quejas de algunos que por su cercanía afectiva, real o supuesta no han sido convocados. Ya entenderán que la amistad, per se, es incompatible con las frías exigencias de mérito que demanda un Chiapas agraviado por la violencia, la exclusión, la pobreza extrema, las asimetrías regionales, etc.
P. D. Si yo no respondo por mi, ¿quien lo hará? Pero si solo respondo por mi, ¿soy aun yo? Talmud de Babilonia