MORENA, CLAUDIA PRESIDENTA Y EXPECTATIVAS
por Antonio Cruz Coutiño
A reserva de hacerme tiempo e inventar algo de paz interior, para abundar en las dos o tres líneas de reflexión y análisis que ahora resulten, expreso que, mis expectativas electorales para Chiapas y México se vieron rebasadas este domingo (02/06/2024): 1. Chance haya votado el 65 % del padrón electoral, 2. Gobierno obtiene mayoría relativamente holgada en ambas cámaras del legislativo, lo que permitirá, ahora sí, impulsar las reformas constitucionales de fondo, pendientes, entre ellas las del Poder Judicial, 3. Control político de mayor número de gubernaturas estatales, y 4. Mayor cobertura geográfica del partido de Andrés Manuel al nivel nacional.
Me toca votar aquí en TGZ, junto al ZOOMAT, entre la colonia Madero y el antiguo bosque del Zapotal, y vi cómo durante todo el día la gente acudió a votar con devoción, entusiasmo y hasta con algarabía: jóvenes, señoras, abuelos y ancianos. Ello a pesar de que los maestros de la CNTE se opusieron a utilizar nuestra “Escuela Secundaria de los Trabajadores” como centro de votación, y entonces nuestra casilla electoral se trasladó al Campo de la Pochota.
Soy de quienes creen que, a pesar de las y los políticos oportunistas, arribistas, chapulines, advenedizos, gatopardos, parásitos y toda esa fauna adicional que conocemos ―muchos de ellos mis interlocutores―, el Nuevo Proyecto de Nación que apenas inicia su marcha, es de izquierda, aunque más precisamente de centro-izquierda; es social, mesoamericano, latinoamericano, demócrata, liberal, y en cierto modo revolucionario. Bien respetuoso de las inclinaciones morales y religiosas de la ciudadanía general.
Creo que, a pesar de todo ello, el nuevo proyecto, aunque más bien Programa de Nación ―al que llaman MORENA, de Regeneración Nacional, 4T y Cuarta Transformación―, ha iniciado formalmente su marcha, va por buen camino, avanza seguro, a buen ritmo, está generando confianza en los llamados “factores de la producción” y, en consecuencia, ahora produce: 1. Confianza en los mercados, 2. Desarrollo e impulso económico y 3. Estabilidad financiera al nivel nacional.
Creo que este modelo de gobierno hoy: 1. Disminuye pobreza, 2. Acrecienta a la clase media, 3. Incrementa sensiblemente utilidades de empresarios e inversionistas, 4. Restituye inversión en comunicaciones y energía, 5. Mejora servicios e infraestructura nacional, 6. Capta más impuestos a todos los niveles, y 7. El gobierno de Andrés Manuel es lo mejor que me ha pasado en lo personal; de frente a mis dos o tres aportaciones desde la izquierda, desde la observación electoral, desde la promoción de la democracia y desde el servicio público. Lo mejor que le ha pasado al país desde que comencé a votar en 1979 u 80.
Pero creo a pie juntillas lo siguiente: que este Programa de regeneración cívica, de fortalecimiento de la identidad nacional, o de RESTITUCIÓN de las instituciones nacionales, sólo tendrá solución de continuidad, o sólo se afianzará… en la medida en que la dirección ideológica y política del movimiento social representado por MORENA, se ubique por encima de los liderazgos locales y regionales ―en su mayoría integrados por comerciantes oportunistas―, por encima de las dirigencias partidarias y sobre todo, en la medida en que el Programa continúe y se profundice, al menos en estas líneas:
1. Cero tolerancia a negocios y corrupción del gobierno, políticos y funcionarios.
2. Eliminación definitiva de arbitrariedad, impunidad y nepotismo, al nivel de estados y municipios.
3. Impulso de una gran cruzada nacional de capacitación, premios y castigos; para eliminar ya, negligencia, ineptitud, ineficiencia y derroche, en los tres niveles del gobierno.
4. Castigo ejemplar y a grado sumo, de simulación y colusión criminal de políticos y funcionarios.
5. Transparencia a todo el gasto público. Hasta del último centavo de nuestros impuestos.
Y finalmente, estos asuntillos de política interior:
1. Activar en serio el trabajo de la Secretaría de la Función Pública y todas las contralorías, auditorías o como se llamen, en los tres órdenes del gobierno,
2. Unificar la CURP y la credencial de elector, como se hace en todo el mundo,
3. Reducir substancialmente el tamaño del Senado y de la Cámara de Diputados,
4. Reorientar educación para valorar la esencia del civismo, la ciudadanía y el voto, y
5. Descentralizar la educación y la salud federal, para exorcizar y achicar al monstruo macrocéfalo del sindicalismo nacional, hoy sobrado, autárquico y quién sabe si no hasta antinacional.
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