Juan Carlos Cal y Mayor
Se viene planteando en diferentes comentarios que la elección presidencial podría ser anulada. Suena descabellado, pero está previsto para casos específicos en la constitución y las leyes electorales. Es algo que parece preocupar más al oficialismo que a la oposición. Y es que saben que entre más cerrada sea la elección existe más riesgo de que esto suceda. ¿Porqué? Por múltiples razones, pero la principal ha sido la descarada injerencia del presidente en el proceso electoral, comportamiento que está explícitamente prohibido no solo en las leyes electorales sino en la propia constitución del país.
CÁLLATE CHACHALACA
Lo paradójico es que el actual presidente fue el principal promotor de esa reforma puesto que se dijo víctima de la injerencia de Fox en el proceso del 2006 en que resultó ganador Felipe Calderón. En aquella ocasión el entonces presidente fue reconvenido tan solo dos veces por sus opiniones respecto del proceso electoral. De ahí salió la famosa frase de “cállate chachalaca” que le enjaretara el entonces candidato opositor López Obrador. En aquella ocasión el PRD pidió la nulidad de la elección aportando como pruebas los dichos del presidente y supuestas inconsistencias en las actas electorales, pero resulta que ahora está sucediendo todo lo contrario solo que multiplicado al cuadrado teniendo como violador serial al actual presidente que pasó de ser víctima a convertirse en el villano favorito de esta película.
PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD
Después de ese proceso vino una reforma en materia electoral y la prohibición es expresa. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha establecido que el principio de neutralidad constitucional exige a todos los servidores públicos empezando con el presidente que el ejercicio de sus funciones se realice sin sesgos, en cumplimiento estricto de la normatividad en la materia. Los principios constitucionales tutelan los valores fundamentales de elecciones libres y auténticas que implican la vigencia efectiva de las libertades públicas, lo que se traduce en que el voto no debe estar sujeto a presión y el poder público no debe emplearse para influir en el electorado. Encuentra su fundamento en los artículos 39, 41 y 99 de la Constitución federal.
QUEJAS
Más de 60 quejas se han presentado ante las instancias correspondientes a lo largo del proceso y varías de ellas han procedido pero con la circunstancia de que el presidente las ha ignorado olímpicamente alegando que tiene derecho de réplica sobre las acusaciones que han recaído en su contra, su familia y su gobierno. No entiende que la autoridad sólo puede hacer lo que le está expresamente permitido mientras que el ciudadano puede hacer todo aquello que no está expresamente prohibido. Y es que no es lo mismo.
LOS SERVIDORES DE LA NACIÓN
No solo se ha violado el principio de neutralidad que sería suficiente para anular la elección sino que se ha dispuesto de servidores públicos, los llamados servidores o siervos de la Nación, para operar políticamente como un ejército electoral de Morena sino además violar la ley coaccionando el voto sobre los beneficiarios de los programas sociales sobre cuyos padrones ellos ejercen el control. Por eso mucha gente no ha colocado ningún tipo de propaganda opositora dado el temor de perder sus apoyos. Es más prefiere colocar propaganda de Morena y así evitarse problemas. Es además otro factor que ha incidido en los estudios de opinión pública los cuales en su mayoría benefician a la candidata del oficialismo.
OTROS ABUSOS
Aunado a ello hay que ver el despliegue propagandístico que no ha sido ni equitativo ni proporcional. El gobierno ha ejercido coacción sobre los medios de comunicación con los que tiene contratos publicitarios. Lo vimos recién en el programa Tercer Grado de Televisa donde casi se le hincan a la doctora Sheinbaum. Además está el acarreo a todo lo que da en la mayoría de los mítines políticos. Lo veremos ahora en el cierre de campaña en el zócalo. Miles de funcionarios públicos de todos los estados de la república acudirán bajo pase de lista y apoyo con viáticos como ha sucedido en otras concentraciones.
NULIDAD
La elección en estricto sentido se puede anular, aunque nunca haya sucedido. A eso le apostó Amlo cuando compitió con Felipe Calderón. La responsabilidad recaería en el TRIFE. Si eso sucede tendría que convocarse a nuevas elecciones ya por un presidente interino electo por el nuevo congreso de la Unión. No es lo deseable pero tampoco imposible, sino no estaría previsto en la ley.
MÉXICO YA NO AGUANTA
Aún así, yo insisto en mi teoría de que las clases medias y no solo ellas, se volcaran en las urnas para ejercer un voto de castigo al régimen y eso no lo van poder parar de ninguna manera. Lo veremos el próximo domingo y contra eso no habrá poder humano que pueda frenarlo. Los amigos de Morena tienen que entender de una vez por todas que México necesita paz y ya está harto de la violencia ante la ausencia del gobierno. Ya no queremos un presidente, en este caso presidenta, que gobierne para un tercio de la población discriminando al resto. Necesitamos un gobierno de instituciones y sujeto al mandato de la ley. México ya no aguanta otros seis años así. El que no lo quiera ver, ya verá la noche del 2 de junio.
PLEITO EN TAPACHULA
Tapachula es el botón de muestra de lo que está pasando en muchas partes del estado donde los partidos coaligados como el PT y sobre todo el Verde y Morena solo se pueden juntar cuando llega Lalo Ramírez. Después de eso se meten puntapiés por debajo incluso por arriba de la mesa como lo vimos durante el mitin en Tapachula. Yamil y César Amin se dieron tremendo agarrón verbal que pudo desembocar en trancazos. Sus seguidores ya estaban puestos para agarrarse a los sopapos. Es quizás el preludio de una guerra intestina que se dará el próximo dos de junio. Ya veremos con qué consecuencias.