Juan Carlos Cal y Mayor
No va bien la campaña de Claudia Sheinbaum. La ventaja reflejada en las encuestas por los dos años anticipados de campaña se comienza a diluir. Pensaron que solo se trataba de nadar de muertito, de no correr riesgos, de ofrecer una continuidad respaldada en una popularidad cada vez más socavada del presidente. Los masivos de Claudia lucen cada vez más desangelados, son mítines a la vieja usanza del PRI populista llenos de acarreados beneficiarios de los programas sociales. Ya no tiene la chispa ni la emoción social que provocaba el mismo López Obrador en su larga lucha por la presidencia.
Con Xóchitl está sucediendo lo contrario, estadios y salones concurridos de gente esperanzada que no se quiere tragar el cuento que quiere instalarse desde la narrativa oficial de que ya la tienen ganada sin necesidad de nada y solo dejar que el tiempo transcurra y no es así. En los tres meses que faltan de una campaña que apenas comienza, como sucede en muchas otras campañas, las preferencias tienen a modificarse y ejemplos sobran. Es una elección entre dos, donde las diferencias se acortan porque cada punto perdido equivale al doble.
La diferencia sustantiva es que Xóchitl tiene libertad absoluta y Claudia no, ella está maniatada con una camisa de fuerza que le impide siquiera plantear una alternativa que no sea la continuidad. El presidente la eligió por ser ciegamente leal a él y a la continuidad de su proyecto. Por eso no sabe cómo escabullirse cuando le preguntan si seguirá con los abrazos, no balazos. Repite el estribillo retórico de “la derecha” bajo la lógica de que quien no está con el proyecto del presidente, no es otra cosa que un conservador. Ahí donde Claudia podría permear por su formación académica prefiere heredar el pleito con las clases medias.
Otro error es haberse rodeado de lo peor que tiene Morena y todo en aras de una unidad que ya no necesita. Tiene al porro de Noroña el eterno pluri, hágame usted el favor, en el INE. Ha convertido la discusión en ese organismo en un ring de box. Al ex ministro Zaldívar que está quemadísimo por su servilismo desde la Corte. A Tatiana Clouthier que salió del gabinete de Amlo por desaveniencias y ahora como un ariete pendenciero que sale a los medios a criticar a la candidata de oposición. Quiere atravesarse en el pleito. Para cerrar trae a Mario Delgado con quien muchos morenistas del país están furiosos por la designación de candidatos. Vaya Dream Team! Hasta el propio Amlo presentó en su momento un futuro gabinete con personajes de buena reputación. Ahora se trata de la misma casta, los mismos encumbrados.
Por el contrario, Xóchitl no se hace acompañar de ninguno de los dirigentes partidistas y hace bien. No son gratos al electorado. La de Xóchitl es una candidatura atribuida a la adhesión de la sociedad civil y no a la nomenclatura de los partidos. Su lenguaje es fresco y natural, pero además le sobra tela de donde cortar. El tema más sensible sigue siendo el de la inseguridad y es ahí donde dice se aplicará la ley y no le temblará la mano. A Xóchitl se han acercado las madres buscadoras y con Claudia sería imposible dado el desdén del presidente sobre el tema. Con los padres de Ayotzinapa la cosa cada vez es peor. Hasta ahora se dieron cuenta de que los usaron para ganar su campaña.
Si Claudia no rectifica puede poner en riesgo su ventaja. Es como cuando un equipo de futbol va ganando y decide echarse para atrás para mantener su resultado. Puede ganar sin duda, pero las probabilidades de hacer crecer al oponente si este va la ofensiva se incrementan. Un solo gol puede modificar el ánimo y vaya que hemos visto grandes remontadas en el futbol. Los minutos finales se van a poner sin duda sabrosos.
FOROS
Hace bien Eduardo Ramírez en convocar a la sociedad civil a opinar y proponer con su participación en los diversos foros temáticos a efecto de integrar el plan de gobierno. Con todo y su experiencia de gobierno, su conocimiento de la realidad social, su oficio político, su propia visión, es muy probable que este ejercicio le sea de gran utilidad para escuchar diferentes puntos de vista, muchos de ellos vertidos por especialistas y conocedores de cada materia.
Su primera gran decisión fue nombrar para ese encargo a un político experimentado y de buena reputación como lo es Juan Carlos Gómez Aranda. Tiene oficio y tiene la sensibilidad para llevar a buen puerto este ejercicio democrático. Se trata también de procesar toda esa información porque no faltan las ocurrencias, incluso ideas que suenan bien, pero son poco factibles.
Hay que tomar en cuenta que las necesidades son infinitas y los recursos finitos. Que hay prioridades dentro de las muchas necesidades en una población que crece al doble de la medía nacional. Que también existen grandes rezagos y el tema es como encararlos y abatirlos.
No todo tiene que ser dinero. También es factible reorientar políticas públicas. Hacer una reingeniería presupuestal y priorizar objetivos. Lograr el mayor costo beneficio en cada peso invertido. El reto más significativo es potencializar a Chiapas. Dejar de apostar solo al asistencialismo y generar una riqueza que se traduzca en mejores oportunidades de empleo, más y mejor remunerado. Se trata de despertar al gigante dormido y dejar de ser los más pobres entre los pobres de todo el país.