*Manuel “N” perdió la vida de manera trágica debido a la precariedad de su vivienda, evidenciando la urgencia de mejorar las condiciones en un estado donde más del 70% de la población vive en rezago.
Daniela Alfaro
La reciente tragedia en Chiapas, donde Manuel “N” perdió la vida tras ser golpeado por una lámina desprendida durante el frente frío número 32, no solo revela las consecuencias de los recientes eventos climáticos extremos en el estado, sino que arroja a luz la crítica situación de acceso a viviendas dignas.
Chiapas, junto con los estados vecinos de Guerrero y Oaxaca, enfrenta una realidad alarmante. Más del 70 por ciento de la población en estos estados vive en condiciones urgentes de mejoras o cambio total de vivienda. La situación se intensifica en las regiones rurales, como lo demuestra el 96.5 por ciento de las casas en Chiapas que presentan rezagos físicos y de espacios.
El incidente de Manuel “N” refleja una problemática más amplia en la región. La falta de acceso a viviendas dignas expone a las comunidades a riesgos significativos, especialmente cuando se enfrentan a fenómenos meteorológicos como el reciente frente frío. Las láminas desprendidas y las pérdidas materiales son síntomas de una desigualdad estructural persistente.
La población más afectada son aquellos en los escalones más bajos, comunidades indígenas y residentes de regiones rurales. La urgencia de abordar esta desigualdad es evidente, y las comunidades afectadas claman por la solidaridad y el apoyo de las autoridades.
Además del riesgo constante de eventos climáticos, las cifras revelan que más de la mitad de la población chiapaneca vive por debajo de la línea de pobreza por ingresos, lo que dificulta el acceso a una vivienda digna.
Los datos del Coneval subrayan que aproximadamente 73.6 millones de mexicanos no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades. La falta de acceso a servicios financieros y la exclusión de la economía formal agravan la situación, dejando a vastos sectores de la población sin la posibilidad de acceder a créditos para adquirir viviendas.
La tragedia de Manuel “N” no solo es una pérdida individual, sino un recordatorio urgente de la necesidad de abordar las condiciones precarias que afectan a una gran parte de la población en Chiapas.