Manuel Zepeda Ramos.
…para Xóchitl, Pepe Yunes, Enrique de la Madrid…para los tiempos de campaña.
Como todos los días, salté de la cama muy temprano para checar la toma de agua: hoy estaba cayendo, lo que me iluminó la cara de tranquilidad por la certeza de que hoy no iba a tener que prender la bomba para llenar el tinaco.
Cosas de la rutina y el tema de todos los días.
Es la verdad. En Xalapa nos han acostumbrado a que la escasez del líquido preciado es asunto cotidiano. Los tandeos ya forman parte de la rutina diaria en el movimiento del hogar, así como también los regateos anuales de nuestros vecinos poblanos para el arreglo municipal correspondiente.
No está bien.
Lo cierto es que el asunto del agua resulta ya una monserga en la capital de Veracruz de la que nos debemos ocupar, de manera conjunta.
Por eso es que en los dos artículos anteriores me he ocupado de las plantas de tratamiento de aguas residuales y de la siembra de agua.
A propósito de lo segundo, acá en Xalapa hay un ejemplo palpable y que, por costumbre, se nos pasa desapercibido. Y el ejemplo está precisamente en la Universidad Veracruzana, en la USBI y sus campos deportivos.
Conservaré eternamente las cicatrices en las rodillas y en las manos de las barridas en las bases al practicar beisbol con Enrique Pineda, Pepe Maya, el Teco Ramírez, entre los que me acuerdo, compañeros entrañables de la Universidad Veracruzana con quienes nos íbamos a jugar la vida en los “páramos deportivos” -porque eso eran, lijas del número cero-, el remedo de canchas que allí existieron y que ahora están convertidas en el Paraíso Terrenal.
Pues ese milagro que hoy gozan los estudiantes y el público en general que van a caminar por sus jardines en las mañanas y el fin de semana es el paseo de descanso familiar, fue hecho gracias al talento profesional de los ingenieros y técnicos de UV, jóvenes y viejos, que trabajaron intensamente para darle un rostro nuevo a Xalapa que ya es lugar de muestra orgullosa de sus habitantes para los visitantes que vienen, también, a pasear los domingos en la capital de Veracruz, para conocer sus bellezas.
Y la técnica usada ¿Cual creen que fue?
¡La siembra de agua!
Xalapa, cuyo nombre en Náhuatl quiere decir: manantial en la arena, porque el agua brota por todos lados, escandalosamente, a través de sus cientos de manantiales y escurrimientos que hoy están todos contaminados en sus diferentes barrios. Los talentosos ingenieros localizaron algunos en los terrenos que hoy son los de la USBI, para darles cauce y pendiente hacia otras zonas donde habían indicadores de que existieron escurrimientos que ya habían desaparecido por la depredación del hombre, para hacer el milagro de limpiarlos y rehabilitarlos para convertirlos en sitios que hoy son los aeropuertos de la aves migratorias o pista acuática para quienes -los estudiantes-, gustan de practicar deportes en kayak.
Xalapa y sus alrededores -de allí el enamoramiento de Cristina y yo por Xalapa que nos tiene amarrados a esta tierra desde hace medio siglo-, en donde incluyo varios municipios también muy interesantes que reúnen características propias de interés culinario, turístico y productivo, entre otras cualidades, que tienen agua en abundancia, porque el Cofre de Perote -como en Chiapas es su Sierra Madre e infinidad de cerros y cordilleras que la acompañan-, poseen agua en abundancia, hoy contaminada pero que, si les hacemos un tratamiento de siembra de agua con mano de obra campesina, necesaria y suficiente, podrían convertirse en grandes proveedores de agua, que con plantas de tratamiento se convertirían en agua apta para servirle a los municipios del Cofre de Perote que hoy, como el de Xalapa, la capital de Veracruz, sufre de faltantes significativos.
Estamos hablando de una siembra de agua a gran escala, en todo el Cofre de Perote.
Esta idea no es nueva, si bien no se hablaba de siembra de agua sino de conservación de los arboles maderables. Desde hace más de medio siglo, hay una preocupación por la conservación del Cofre de Perote, un bosque de niebla de gran representación en el planeta como un reservorio de flora y fauna que permitiría desarrollar un gran proyecto de conservación para una región representativa del país ante el Mundo.
Hoy día, en su demarcación, se han desarrollado ranchos que producen abundantes arboles de navidad de especies de coníferas de todo tipo, cuyas técnicas en el desarrollo de viveros para después transplantarlas hacia diferentes partes del Cofre de Perote, hoy están a toda prueba. La gente ha sido formada la que se podría encargar de formar a nuevos cuadros en técnica de la siembra de agua.
¿Verdad que me dan la razón al yo afirmar que cómo es posible que varios municipios del Cofre tengan carestía de agua potable pudiendo tener abundante fuente del vital líquido rehabilitando escurrimientos destruidos por el descuido humano que puedan generar el renacimiento de lagos y lagunas que se vuelvan atractivos para las especies migratorias y otras de plantas y animales endémicos que vuelvan a poblar el cerro emblemático de Veracruz, tantas veces atravesado de punta a punta por los conquistadores españoles en su ruta hacia la gran Tenochtitlán?
Gracias, queridos lectores.
Mientras les digo que estoy feliz de ver a tanta gente en los módulos del INE renovando u obteniendo por primera vez su credencial de elector y a los que tuvieran algún error en su credencial de elector, le digo que habrán fechas posteriores para poderlo hacer antes de las elecciones. Estén pendientes.
Nos vemos en el próximo capítulo del agua, en el fin de semana.
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