Sr. López
Hace muchos, muchos años, este menda presenció una plática entre su papá y un tío que le presumía que acababa de entrar en sociedad con Carlos Trouyet, el empresario, banquero y accionista casi dueño del Telmex de entonces (equivalía don Trouyet en su tiempo, al Carlos Slim de ahora), en tanto que ese tío echador era un pobretón de media clase (poquito más fregado que los de clase media), y el progenitor de su texto servidor que no tenía un pelo de tonto, le dijo: -El que quiere ser socio de un león, acaba siendo su cena, lo mejor es domarlo –y nunca supimos si era cierta esa sociedad, pero el tío siguió de pobretón. No lo domó.
Después de decir que no finalmente, ayer acudió nuestro Presidente al Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, en San Francisco, EUA. Se reunieron los representantes de los 21 países que lo integran, México entre ellos.
Se aprovechan esos foros para reuniones bilaterales entre mandatarios y en esta ocasión nuestro Presidente se echó una encerrona de una hora con el Presidente de China, Xi Jinping,
China es un país con más de cuatro mil años de antigüedad, unificado bajo un solo gobierno desde hace 2,200 años; tiene una extensión casi cinco veces más grande que México, con una población casi once veces mayor a la nuestra (1,400 millones de chinos)… y desde 2013 la gobierna un solo hombre, Xi Jinping. ¡Ah!, y China es la segunda economía del mundo.
Elegido para un periodo de poquito menos de seis años, a López Obrador le quedan 10 meses y días de gobierno y por su lado, don Xi, se puede reelegir sin límite de tiempo, porque en China no hay elección directa de su Presidente, sino tres veces indirecta; es un enredo difícil de entender pero en resumen, en China son siete hombres los que eligen en los hechos al Presidente y esos siete mandan en el país (por algo allá los llaman “los siete emperadores”)… y uno de esos siete es don Xi Jinping, le digo es difícil de comprender, está en chino.
No sé usted pero este menda le rogó al Buen Dios, que no le fuera a recetar nuestro Presidente al de China, una de sus anestésicas clases de historia patria -resultado de sus lecturas de revistas del Oxxo-, porque si le pica la cresta al Jinping, él le podía dar un repaso de cuatro mil años de historia china.
Y ojalá algo le haya impedido presumirle a don Xi su ma-ra-vi-llo-so Sembrando Vida, del que tanto se jacta nuestro Ejecutivo como “único en el mundo con propósito de reforestación de un millón de hectáreas”, en el que se está “próximo a alcanzar la meta de plantar mil doscientos millones de árboles” (La Jornada, 16 de septiembre de 2023).
Ojalá no porque China está construyendo La Gran Muralla Verde, considerada la obra de ingeniería ecológica más grande del mundo, de casi 4,480 kilómetros de largo en la que ya han plantado más de 66,000 millones de árboles (frente a los 1,200 millones de arbolitos nuestros, muchos ya secos)… serio, hasta pena da.
Se pone uno nervioso nomás de imaginar que se le fuera a ocurrir a nuestro Ejecutivo, presumir el trenecito Maya con don Xi. Imagínese nada más: el ferrocarril en la península de Yucatán medirá 1,554 km (de los que al menos 621 tienen un avance del 50%, ya con la fecha de inauguración encima).
México, tiene en total 21,755 km de vías férreas, China tiene 146,000 km de los que 38,000 km son de alta velocidad, para ni mencionar por pudor, que una vez don Xi tuvo la puntada de anunciar su propósito de establecer un “cinturón económico”, resucitando la histórica Ruta de la Seda y asociado con la principal empresa de ferrocarriles de Alemania, la Deutsche Bahn, inauguró su obrita en 2014, con más de 13 mil kilómetros de ferrocarril (no se le olvide, trenecito Maya: 1,554 km), que conecta en el este de China, la ciudad de Yiwu… con Madrid, poquita cosa. Y en Yiwu, por cierto, construyeron un centro comercial de cuatro millones de metros cuadrados con 70 mil tiendas, que dice el Banco Mundial, es el mercado mayorista más grande del mundo… de puros productos chinos. ¿De qué se platica con el representante de semejante país?
Y no se le pase que nuestro vecino, los EUA, en todo supera por mucho a China, por lo pronto tiene más de doble de líneas férreas que China, 293,564 kilómetros que recorren el país llevando carga y solo el 12% pasajeros. Tome nota. Otra cosa es que la economía de China dicen que pronto alcanzará a la de los EUA… ha de ser pero a este año el PIB de China ronda los 18 billones de dólares anuales (millones de millones), y la de EUA los 25.4 billones… sí, pero China tiene 1,400 millones de habitantes y los EUA, 340 millones, usted reparta la riqueza y calcule la capacidad de producción yanqui. Y si de potencia bélica se trata, China está muy, pero muy lejos del tío Sam.
Se lo comento porque sin negar la importancia de China, los EUA ya son nuestros vecinos y socios comerciales. A ver si algún día, algún Presidente de México, se da cuenta que al gigantón del norte, lo domamos (por cosas de la trompicada historia mutua, la inmensa cantidad de mexicanos que allá habitan y por asuntos de interés geopolítico de los EUA), y acabó asociándose con nosotros con el detalle de que ahora depende en buena medida su inmensa capacidad de producción de México, lindo y querido, y eso no va a cambiar entre otras por razones, por la que más nos envidia China y nunca tendrá: la ubicación geográfica. En México debería haber monumento a los que concibieron, negociaron y obtuvieron el Tratado de Libre Comercio con los EUA y Canadá.
Bueno, ya pasó el susto. El Xi Jinping se portó bien, dijo cosas muy amables y nuestro Presidente también, pero al salir no les respondió a los reporteros que le pidieron alguna declaración, solo les mostró el pulgar hacia arriba… bueno.
Lo que no le salió al Presidente fue eso de no tomarse foto con Dina Boluarte la presidenta del Perú y en la foto final del grupo se puso en segunda fila, mientras Joe Biden al frente y al centro (jefe es jefe), tuvo a su lado a la señora. Es que nada le sale.