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Vacilón / LA FERIA

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Sr. López

Tía Mariquita tenía cabeza de chorlito y sus hijos conforme fueron creciendo, imitaron a su papá, que le sacaba firma de todo en lo que decía estar de acuerdo, porque cambiaba de opinión de un momento a otro y siempre negaba sus dichos. Hasta para ir al cine, firmadito…

Ayer respondió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al oficio de la semana pasada, de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, en el que solicitó la informara sobre qué ha hecho para cumplir el artículo 127 de la Constitución, en el que se dispone que nadie puede percibir iguales o mayores remuneraciones que el Presidente de la república.

Doña Alcalde dirigió su oficio a la presidenta de la SCJN, doña Piña, pero le respondió Rafael Coello Cetina, secretario General de Acuerdos de la SCJN. Opina este menda que aquí y en China eso es una dosis de “Ubicatex”, fármaco mexicano para fortalecer el “vámonos respetando”, porque doña Alcalde es secretaria y doña Piña, titular del Poder Judicial, y ella responde a sus pares, los titulares de los otros poderes, en este caso al Ejecutivo. Arde.

Obviamente la respuesta de la Corte señala que la fundamentación invocada por doña Alcalde para su solicitud, el artículo 27, fracción VII, de  la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, está equivocada porque esa Ley aplica solo al Poder Ejecutivo, no a los otros dos poderes. Arde.

Sin embargo y en plan amistoso, le hace saber el Secretario de Acuerdos a la Secretaria de Gobernación, que el Pleno de la Corte decidió colegiadamente darle respuesta y que la respuesta es “no”. También le dicen a doña Alcalde que desde enero del 2019 y porque les dio la gana a los ministros de la Corte, rebajaron sus remuneraciones un 25% y que si de veras quiere saber cuánto perciben, que consulte el portal de transparencia de la Corte… ¡ah! y que según la Constitución (artículo 94), su remuneración no puede ser disminuida. Arde.

Pero seamos justos, doña Alcalde mandó el oficio a la Corte porque así se lo ordenó su Jechu (Jefecito Chulo), que resulta ser el Presidente de la república. Ni modo que no. Y efectivamente, en la mañanera del martes 27 de junio, el Presidente dijo:

“Voy a presentar a través de la Secretaría de Gobernación que tiene las facultades, un escrito dirigido a la Suprema Corte de Justicia para que me respondan (…) por qué ellos violan la Constitución (…) por qué violan el artículo 127 de la Constitución que establece que nadie debe ganar más que el Presidente de la república y ellos ganan cuatro, cinco veces más de lo que yo gano (…) Ya lo estudiaron los abogados y procede hacer el escrito y en cinco días me tienen que dar una respuesta (…) quiero ver si es legal lo que están haciendo de violar la Constitución, de violar el artículo 127 de la Constitución”.

¡Chin!, el ciudadano Presidente de la república, tiene que correr a patadas en salva sea la parte, a los abogados que tan mal lo asesoran. El Poder Ejecutivo que él preside y la Segob, no tienen facultades legales para andar pidiendo cuentas a la Corte y encima, la Constitución protege las remuneraciones de los ministros y los jueces.

Pero al mismo tiempo, el ciudadano Presidente de la república, con la discreción debida y sin andarlo contando, tiene que buscar algo que le fortalezca la memoria (Zukrol dicen que es muy bueno, pero él que consulte a su médico).

¿Por qué?… porque él, él mismo, el mero Presidente, mandó publicar en el Diario Oficial de la Federación, el 19 de mayo de 2021, la nueva “Ley federal de remuneraciones de los servidores públicos”, en cuyo segundo artículo transitorio, dispone que están exceptuados de la aplicación del artículo 9 de la presente Ley (el que dice nadie puede percibir mayores remuneraciones que él):  los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los magistrados de Circuito, los jueces de Distrito, los consejeros de la Judicatura Federal, los integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral (hoy INE) y los magistrados y jueces de los Poderes Judiciales Estatales. También dice que mantendrán sus actuales remuneraciones durante el tiempo que dure su encargo y por cierto, su salario mensual no son los 600 mil pesos que dice el Presidente sino 206 mil 948 pesos, como aparece en el Diario Oficial de la Federación del lunes 27 de febrero de este año. Parece mentira.

Otra cosa interesante es que el Presidente siempre se refiere a su sueldo neto mensual que es de alrededor de 120 mil 948 pesos, sin mencionar (a lo mejor ni lo sabe), que la Ley se refiere a remuneraciones, lo que incluye el pago en efectivo más el pago en especie que es cualquier otro en beneficio personal del servidor público, distinto a los que se le otorgan para el desarrollo de sus funciones, y eso es mucho: los presidentes de México durante su encargo, no pagan nada nunca, nada.

Como sea, el Presidente mandó a doña Alcalde a ponerse una quemada de esas que ni con Picrato, porque la Corte en lugar de la respuesta tan educada que le mandaron con el secretario General de Acuerdos, bien pudo nomás decirle: “Pregúntale a tu jefe”, o crípticamente, “19 de mayo no se olvida”.

Los que dicen que saben, afirman que por supuesto el Presidente sabe todo eso, pero que se trata de maltratar a la Suprema Corte. Bueno, si es por eso, que les diga que se ven fatal en las togas que usan, que se vistan como el pueblo. Estaría bueno verlos despachar en chancla pata de gallo, como dictan los cánones de alta moda Macuspana, 4T & Asociados.

Y de ser cierto que de eso se trata, se atreve uno a sugerir que busquen otro modo de pegarles a los ministros, porque con este método, los que hacen el ridículo son ellos: a nosotros los del gallardo peladaje nacional, nos importa un reverendo y serenado cacahuate lo que ganan de sueldo los funcionarios. A uno le interesan otras cosas como los 15 mil millones de Segalmex ante los que la remuneración presidencial es puro vacilón.

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