Juan Carlos Cal y Mayor
“El carisma es la transferencia del entusiasmo” Ralph Archbold.
Gustavo de Hoyos el expresidente de la COPARMEX se lanzó al ruedo como aspirante presidencial por la alianza opositora. Es otro más en la ya larga lista. Al grito de “Estoy hasta la madre de los políticos” se autopostuló un como candidato proveniente de la sociedad civil aduciendo que “no es posible que tres mil políticos decidan el rumbo del país ya que sexenio tras sexenio nos han demostrado que son unos incompetentes”.
Enunció algunas de sus propuestas: “Combatir a la delincuencia -como lo hace Bukele en El Salvador”- de manera radical para recuperar la tranquilidad de nuestras familias: tenemos que evaluar todas las opciones, incluida la pena de muerte, la cadena perpetua y la extradición automática y desde luego la cooperación total entre nosotros y los americanos, ‘yo me voy a sentar a negociar con Biden y no con la mamá del Chapo’”.
BUKELE
No es eso precisamente lo que ha hecho Bukele. El presidente Salvadoreño decretó un estado de excepción para enfrentar a la mara salvatrucha y demás bandas delictivas que ya se habían convertido en un cáncer incontenible y tenían convertido a su país en el más violento de América Latina desde hace más dos décadas. No le pidió ayuda a ningún otro país, ni ha condenado a muerte a nadie. Simplemente metió a la cárcel a más de 60 mil pandilleros y la violencia se frenó drásticamente. No hizo una guerra, ni provocó más violencia.
MILEI
De Hoyos también propuso que el gobierno proporcione “Servicios de salud y educación de calidad para todos los mexicanos: que tú puedas elegir escuela o clínica pública o privada la que necesites pagada por el gobierno”. Esa propuesta la ha planteado Javier Milei, un profesor de economía, ahora diputado, que se ha convertido en un fuerte aspirante presidencial en Argentina contra el fracaso del populismo empobrecedor que tiene sumido a su país en la pobreza. Un personaje carismático y disruptivo que acusa a la casta política de repartirse el poder y despacharse con la cuchara grande. Digamos que Gustavo de Hoyos ha cachado a medias esas ideas de las redes sociales, pero no lo suficiente para esbozar un planteamiento más amplio.
INDEFINICIÓN
Ante la indefinición de los dirigentes de la oposición para discutir una propuesta clara sobre todos y cada uno de los temas que preocupan al país y la falta de un método similar al de las elecciones primarias para elegir a un candidato fuerte; diferentes liderazgos han decidido levantar la mano. Decir chicle a ver si pega. Pero hasta ahora no existe una candidatura lo suficientemente carismática y atractiva para el electorado ante la hegemonía de Morena por la omnipresencia de López Obrador que sigue teniendo influencia en los sectores populares. Por eso las encuestas no se mueven.
En el PRI han dicho “quiero”, Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Enrique De la Madrid, José Ángel Gurria, Idelfonso Guajardo y unos 3 gobernadores. Por el PRD Silvano Aureoles, Demetrio Sodi y Miguel Ángel Mancera. Por el PAN Lilly Téllez, Santiago Creel, Gabriel Quadri, la gobernadora Maru Campus y el gobernador Mauricio Vila. Toda una pléyade de aspirantes que no han prendido la mecha para encabezar el descontento opositor. Nada consistente. Tal vez medianamente Enrique De la Madrid, la aguerrida Lilly Téllez o Santiago Creel, pero a todos les ponen peros. No basta con capitalizar el voto de castigo.
LES FALTAN TAMAÑOS
Esa indefinición es por la falta de liderazgo de los dirigentes partidistas de la Alianza Opositora. No están a la altura. Por otro lado, navega solo el Movimiento Ciudadano cuyo líder Dante Delgado quiere convertir en un partido emergente. No parece convencido con el joven Luis Donaldo Colosio que a mi juicio podría convertirse en ese líder tan buscado por la oposición. Su simpatía se está diluyendo cada vez más.
NO HAY UN LÍDER
En pocas palabras es no entender que ante un liderazgo populista como el de López Obrador se necesita un liderazgo que hasta ahora no se ve por ningún lado. Una figura disruptiva como Santiago Abascal en España, Javier Milei en Argentina o José Antonio Kast en Chile. Un pensador como el chileno Axel Kaiser sobrado en argumentos convincentes. Hay que seguirlos en las redes sociales para saber de qué estamos hablando. Un candidato tibio como lo fue Biden no será suficiente. Si logró ganar fue por la fortaleza de las instituciones democráticas en los EU y eso no pasa ahora en México. Y ni esperar una ruptura en Morena. Marcelo, el menos impresentable, terminará disciplinándose.
EL COSTO DE LA INDIFERENCIA
No, no basta con estar hasta la madre. Muchos ciudadanos están reaccionando hasta ahora, pero están pagando el costo de su indiferencia de siempre hacia la política. Mientras permanecían en su zona de confort la política y la sociedad se fueron degradando. La política es un asunto tan importante que no podemos dejarla en manos de unos cuantos. Ese es el cambio que México requiere. Por ahora se ve muy lejos…
LA VISITA DEL PRESIDENTE
A propósito de la visita del presidente López Obrador a estas tierras habría que plantearse cómo abatir la pobreza y la desigualdad respecto del resto del país. Tenemos el valioso recurso del agua del que carecen estados industrializados, pero es no basta. Un régimen de atractivas exenciones fiscales para estimular la inversión de empresas a condición de que sus empleos sean bien remunerados, sean sustentables y respetuosas como el medio ambiente. Una frontera con oportunidades. La reactivación de puerto Chiapas, la operación del aeropuerto de Palenque, entre otras muchas cosas y un futuro gobierno con esa visión y capacidad.