Sr. López
Tía Elenita estaba muy preocupada por un asuntito de su hija Elena y para confirmar que sí había ido al cine y luego a “La Flor de Lis” a cenar tamales, esa noche que llegó tarde a su casa, le preguntó a Pepe, ese, el más impresentable primo que tenerse pueda, quien le respondió: -¡Tía!, me conoces, si me preguntas a mí ya estás mal –sí, era cierto. Se corrió un tupido velo y no se mencionó nunca el asunto (y si cenaron tamal).
Sigue siendo noticia el juicio contra Genaro García Luna en Nueva York, acusado de vender sus favores (policiacos) al Cártel de Sinaloa. Ayer testificó en su contra, Jesús Zambada García (a) “El Rey”, un narco hermano de Ismael Zambada (a) “El Mayo”, segundo al mando del Cártel de Sinaloa, después de Joaquín Guzmán Loera (a) “El Chapo”. La prensa yanqui (y la nacional), lo han llamado “testigo estelar” de la Fiscalía. Ha de ser.
El tal “Rey” dijo de su ronco pecho y aseguró que en el año 2006 le dio 5 millones de dólares a García Luna -por conducto de su abogado Óscar Paredes Echegaray-, en un restaurante de la CdMx, cuando García Luna todavía no era Secretario de Seguridad federal sino titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
En su testimonio, el “Rey”, dijo que dio el supuesto soborno porque su abogado, el tal Paredes, le dijo que el García Luna sonaba como próximo Secretario de Seguridad federal (lo que permite considerar al “Rey”, como un señor muy cándido y muy crédulo, porque mire usted que soltar la friolera de 5 millones de dólares a alguien nomás porque le dicen que va a ser el mero mero de la Secretaría de Seguridad, es un acto propio de un pazguato pardillo que se chupa el dedo). Y aclaró que dio el soborno en dos pagos (el primero de tres millones y otro día en el mismo restaurante, el segundo por el saldo).
Y contra lo publicado ayer en la prensa nacional, también dijo muy claramente que él, el “Rey”, no le entregó nada en propia mano a García Luna, que él le entregó ese dinerito al abogado Paredes quien en un privado del restaurante se lo dio a García Luna, al que tampoco vio salir con los bultos de dinero, sino a “dos ayudantes”. A todo dar.
Por cierto: el abogado Óscar Paredes fue asesinado a balazos el 20 de agosto de 2010.
Igual, como sea, es su testimonio del “Rey”, quien no se acordó de mencionar que lo detuvieron y lo metieron a la cárcel en octubre de 2008, siendo García Luna secretario de Seguridad en el sexenio 2006-2012. Bueno, a cualquiera se le pasa.
Tampoco que se sepa, ninguno de los testigos de la Fiscalía yanqui, mencionó que mientras el hoy acusado García Luna era el súper policía mexicano, Vicente Zambada Niebla (a) “El Vicentillo”, hijo del aparentemente todopoderoso “Mayo” Zambada, fue detenido y enchiquerado, en marzo de 2009; ni que Ignacio Coronel Villareal (a) el “Nacho Coronel”, el número tres de la organización, murió en un intercambio de balazos con la autoridad el 29 de julio de 2010. Todos del cártel que supuestamente protegía García Luna.
Como dato curioso anote que Vicente Zambada Niebla (a) “El Vicentillo”, fue deportado a los EUA en febrero de 2010 (a mediados del sexenio de don Calderón); y que corrió la misma suerte el “Rey”, deportado a los EUA en abril de 2012, con García Luna en su puesto (y el entonces presidente Calderón). No sé usted pero el del teclado, en esas, ni loco los manda a los EUA a que suelten la sopa, a menos, claro, que no hubiera sopa. En fin.
El “Rey” en los EUA está libre desde mayo de 2021 en pago por su testimonio contra el Chapo y García Luna; en tanto que el “Vicentillo” ya negoció su libertad para el 2024, por lo que también declaró en su momento contra el “Chapo”. ¡Chulada de máiz prieto!
Cuando la muerte de Nacho Coronel, el presidente del Senado y perredista, Carlos Navarrete, declaró: “Había rumores, versiones e incluso señalamientos públicos de alguna actuación sesgada de la PGR y el Ejército de perseguir a unos cárteles y otros no, pero con esto el gobierno federal demuestra que está atacando a todos los cárteles por igual”.
Con el mismo motivo, el embajador de los EUA en México, Carlos Pascual, declaró en su momento: “El Gobierno de Estados Unidos felicita a la administración de Felipe Calderón y a los valerosos miembros del Ejército Mexicano en esta operación tan trascendental”. Y el comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza del Departamento de Seguridad Nacional de los EUA, dijo por su lado: “Era necesario terminar la actividad criminal del narcotraficante Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los principales líderes del cártel de Sinaloa”.
Si bien sobornado el García Luna los andaba correteando, es cosa que no se entiende, porque en el bizarro juicio en Nueva York se ha dicho que le daban 1.5 millones de dólares mensuales al García Luna. ¡Caramba!
No hace este menda la defensa de García Luna. No. Solo anota que eso de los testigos protegidos que a cambio de sus declaraciones sobre pedido (de las fiscalías de allá en los EUA y de acá en nuestra risueña patria), reciben beneficios, se presta a todo, porque oiga usted, echarse una sentencia de decenios en la cárcel nomás por machito o por lealtad… entre delincuentes, ¡sí cómo no!, acusan a su abuela si hace falta.
Otra observación que tal vez convenga, es lo difícil de creer que el gobierno de los EUA con todos los inmensos recursos tecnológicos de espionaje de que dispone, no haya logrado en 17 años, de 2006 a la fecha, grabar una conversación telefónica, obtener algún mensaje en alguna de las redes, presentar un video (uno), una foto (una), algo que sea una evidencia sólida contra García Luna y no los simples dichos de malandrines profesionales.
Insiste este López: no argumenta a favor del García Luna, sino en contra de un inmensamente inútil aparato policiaco en los EUA y México. Si ese país, capaz de mandar un coche a Marte, a averiguar cómo son las piedras marcianas, no puede obtener evidencias sólidas contra un personaje público bandido, entonces, damas y caballeros, esto es un pleito perdido.