Héctor Estrada
Con aparente premura para resolver el proceso, el Congreso de Chiapas emitió el pasado lunes la convocatoria para elegir a la o el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), estableciendo un plazo de sólo cinco días para que las organizaciones de la sociedad civil postulen a sus candidatos. Sin embargo, todo apunta a convertirse en una simulación más para validar otra relección por “dedazo” desde el legislativo.
La fecha límite para enviar propuestas ha sido fijada para este viernes 27 de enero y el primer filtro para validar postulaciones estará a cargo de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Chiapas, presidida nada más y nada menos que por Citlaly Isabel de León Villard, allegada al exgobernador Manuel Velasco y hermana de la controversial senadora Sasil de León, quien además tampoco tiene ninguna experiencia o cercanía con la defensa de derechos humanos.
Se trata de un proceso que se da nuevamente en medio de especulaciones y desconfianza. Y es que, los rumores dentro del propio legislativo apuntan a la inminente relección del actual presidente, Juan José Zepeda Bermúdez, por instrucciones de facto… Pero eso no sería nada nuevo para Zepeda Bermúdez. Su llegada a la CEDH en 2018 también estuvo plagada de controversias y arbitrariedades legales.
Hace cinco años su designación careció de validación entre las organizaciones defensoras de derechos humanos con verdadero prestigio, pues no contaba con experiencia en la materia como lo establecía la convocatoria y la ley vigente. Fue postulado por el entonces gobernador Manuel Velasco Coello, mediante la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas, y un cúmulo de organizaciones al servicio del “gobierno verde”.
Al Congreso de Chiapas, en ese entonces, sólo le bastaron 48 horas para analizar las siete postulaciones, entre las que inminentemente Juan José Zepeda fue electo sin dar mayor explicación de la decisión. Todo en medio de numerosas críticas y señalamientos que lo obligaron a tomar protesta prácticamente a escondidas, por lo que su elección fue impugnada, pero finalmente validada por instrucciones de Velasco Coello.
Lamentablemente hoy las cosas no lucen tan distintas dentro del legislativo estatal. Los acuerdos de cúpula amenazan de nueva cuenta a la legitimidad del proceso para un organismo tan importante como la CEDH. Prueba de ello es que la publicación de la convocatoria fue lanzada entre la mayor de las digresiones y con plazos de postulación sospechosamente cortos. Como si la intención fuese concluir el trámite a la mayor brevedad.
Si bien la gestión de Juan José Zepeda no ha sido tan escandalosa y oscura como la de su antecesor, también ha estado plagada de duros señalamientos por omisiones en la atención a casos de desplazamiento forzado, migración, violencia y denuncias contra abusos de funcionarios públicos. Como resultado de ello Chiapas se colocó durante el año pasado como la segunda entidad con mayor cantidad de expedientes sobre violaciones a derechos humanos ante la CNDH.
Pero no se trata solamente de impedir que la reelección de Zepeda Bermúdez se consume, sino de garantizar la elección de una persona verdaderamente calificada, con reconocimiento real en le defensa de derechos humanos. Porque la Comisión Estatal de los Derechos Humanos necesita cambios de fondo que la acerquen más a la ciudadanía y la alejen de la injerencia gubernamental. Porque sin autonomía el organismo no sirve de mucho y la 4T necesita demostrar que las transformaciones también son posibles donde más se necesitan… así las cosas.