Héctor Estrada
¿Cuándo se llamará a cuentas a los responsables del quebranto financiero que actualmente tiene al Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach) con una deuda superior a los 350 millones de pesos y numerosas prestaciones laborales suspendidas por la supuesta falta de presupuesto federal autorizado? Esa la interrogante inevitable tras el audio filtrado hace unos días en el que el director general, Jorge Luis Escandón Hernández, reconoce semejante desfalco.
El audio publicado por “Agencia 55” desde el pasado 21 de febrero no es asunto menor, pues no sólo expone la grave situación financiera dentro de tan importante sistema educativo, sino también la impunidad con la que se ha manejado esa realidad durante años. Y es que, Escandón Hernández no sólo ha admitido que encontró al Colegio de Bachilleres con una deuda de 355 millones de pesos, sino además prestaciones laborales no agregadas al presupuesto federal para Chiapas.
Con absoluta ligereza el actual director general asegura que añejas conquistas laborales ganadas por las y los trabajadores cobachenses, como los bonos por Día de las Madres y el Día del Padre, los estímulos de productividad, el estímulo por titulación, las licencias no gozadas, el bono para la compra de libros, las despensas navideñas, la entrega de material deportivo, el estímulo por la realización de labores peligrosas e insalubres y hasta el bono anual, simplemente “no están reconocidos por la Federación”, por lo que no habrá dinero para entregarse.
Apenas en esta última quincena de febrero varios trabajadores reportaron inusuales descuentos en sus talones de nómina que ya han solicitado sean explicados por la dirección general. Y la preocupación e indignación dentro de la clase trabajadora no es para menos. Han sido años de saqueo descarado dentro de dicho sistema, con un desfile de directores generales que solamente han visto a la institución como una jugosa “caja chica” para sus fines políticos y personales.
Como olvidar el fraude de las “prejubilaciones”, desatado en noviembre de 2018 cuando los propios trabajadores destaparon la cloaca del millonario desfalco heredado por el ex director general Jorge Enrique Hernández Bielma. Y es que, entre 2017 y principios de 2018 la dirección general del COBACH había iniciado un proceso masivo de jubilaciones sin que los trabajadores fueran notificados y recibieran el pago correspondiente por dicha prestación laboral.
En palabras simples, la entonces administración Hernández Bielma, durante el gobierno de Manuel Velasco Coello,realizó a escondidas los trámites de jubilación ante las autoridades hacendarias para miles de trabajadores. Así, en complicidad con la Secretaría de Hacienda estatal, Hernández Bielma recibió el depósito de los pagos respectivos, pero nunca entregó el dinero correspondiente a cada uno de los beneficiarios.
Aunque los anómalos procedimientos iniciaron desde 2017, los trabajadores se percataron de dicha situación hasta que el SAT los notificó debido al incumplimiento en el pago de impuestos por los procesos de jubilación. Sin embargo, años después, la Dirección General a cargo del sucesor de Bielma, Guillermo Toledo Moguel, guardó absoluto silencio ante tan escandalosa estafa, y así se mantuvo durante los siguientes años, sin mayores repercusiones.
Pero las cosas no fueron tan distintas durante el paso de la penúltima directora general, Nancy Leticia Hernández Reyes. La ahora exfuncionaria estatal tampoco dijo mucho de las irregularidades heredadas, y menos impulsó un proceso judicial o administrativo contra sus antecesores. Por el contrario, Hernández Reyes terminó saliendo prematuramente del Colegio de Bachilleres con un supuesto desfalco adicional de 180 millones de pesos.
Por eso hoy resulta inadmisible que sean los trabajadores quienes tengan que pagar nuevamente las consecuencias, mientras lo saqueadores de los últimos seis años se mantiene en la absoluta impunidad. Es hora de llamar a cuentas a quienes dejaron al Colegio de Bachilleres de Chiapas en el quebranto financiero y, de una vez por todas, dejar de proteger a delincuentes cuyos nexos de complicidad siguen bastante vigentes en la escena política nacional, con claras aspiraciones de volver… así las cosas.