Sr. López Tío Alfredo era de la Orden Terciaria franciscana. En su casa se rezaba mucho y se comía poco. Tía Luisa y sus siete hijos, sorteaban la anemia con una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes yalgún palomino los domingos (con perdón de Cervantes). Tristeando y pobreteando los tenía aunque, cosa rara, a él le crecían vientre […]