Sr. López Lucrecia se llamaba una prima de las de Autlán, guapa de aflojar a su paso los adoquines de la calle y sacarle resina a los postes de telégrafos. Un día, la abuela Elena dijo que la Lucrecia ya se había amolado porque sabía lo ‘hermosota’ que estaba (así dijo). Y sí, segura de […]