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• ¿”Plan B” o “Plan A”? / El Palo que Habla

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Jorge Mandujano

Cuando pensábamos que el calor, el plantón magisterial y la rara escasez de nucú se habían adueñado de las ocho columnas de Radio Bemba, llegó la nota que mata a la anterior: El TRIFE legitima la candidatura de Fernando Castellanos Cal y Mayor, pulveriza la asepxia de las instituciones electorales y, de paso, le da un machucón a nuestra inmaculada OPLE estatal.

Razón suficiente asistía a Don Pancho Núñez, fundador y director de El Sol de Chiapas, quien sostuvo siempre y con imperturbable sabiduría: En este pueblo sólo se puede vivir de tres maneras: bolo, loco o con la mujer de otro.

De veras que da vergüenza ajena. La memorable frase con que le armaron los promocionales como muestra palmaria de la guerra sucia a Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial de hace seis años ( “Al diablo con las instituciones”), hoy cobra plena legitimidad, en el sentido de que  éstas han fallado de manera recurrente; sobre todo, las que atienden los programas sociales, la procuración e impartición de justicia y, ahora, los controversiales procesos electorales.

¿Cómo tomar en serio que una puerta dé a la tristeza cuando el arquitecto la abre hacia el pasillo; que unos senos dibujen paralelos sus jardines cuando es hora de ir a la oficina?, decía el Cronopio Mayor, Julio Cortázar.

Y así, uno vuelve los ojos al día de la toma de posesión del Consejero Presidente del IEPC, jurando que la suya sería una administración con transparencia, imparcialidad y demás calificativos  propios de una retórica en desuso. Y luego, avanzado el proceso, ha terminado por “sentir frío” y luego votando —incluso– en favor de la resolución del Tribunal Electoral local, quien “aterrizó la orden” para que Castellanos Cal Y Mayor fuera registrado como candidato. Un árbitro blandengue, acotado y luego acariciado con más de 600 millones de pesos para la llamada “Fiesta democrática”.

La resolución del TRIFE la tarde del miércoles mostró varias estampitas dignas de ser comentadas y debatidas: por un lado, le dio un severo machucón al IEPC, en el sentido de que éste debió exigir la renuncia de Castellanos a su candidatura como diputado federal, antes de buscar la de gobernador, hecho que le permitió al ¿ex alcalde? moverse a espaldas de la misma OPLE local.

Asimismo, demostró ser la infranqueable tranca mayor que desarticula  todo posible proceso democrático y, por si esto fuera poco, dejar en claro que la línea y la conducción que comandan el Gobierno del Estado y Los Pinos no sólo existe sino que es definitoria.

Finalmente, el tan llevado y traído Plan “B” del gobernante en turno, se metamorfoseó vertiginosamente en Plan “A”.

Allá usted si se apendeja en mitad de este indescifrable galimatías.

En fin. Se verán peores cosas, dice la Biblia.

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