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VIVIR BAJO AMENAZA

COLONOS DE PARAÍSO-NUEVA JERUSALÉN
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Por: Óscar León.

Más de 300 familias suman a la falta de agua potable, transporte público, calles sin pavimentar e inseguridad, una nueva amenaza: la posibilidad de ser despojados y desalojados de los predios que la gran mayoría pagó hace veinte años.

Pese a tener veinte años de fundada, hace menos de un año que la CFE accedió a electrificar la colonia. No cuentan con ningún otro servicio público.

Al sur-poniente de la capital chiapaneca se localiza uno de los polos inmobiliarios que han llamado poderosamente la atención de los empresarios del sector; la nueva carretera que comunicará a Tuxtla Gutiérrez con el aeropuerto internacional, la causa.

Ya se construyen en la zona varios fraccionamientos “exclusivos”. Muchos de los predios ofertados, aun sin servicios ni permisos de uso de suelo, pueden rebasar los mil pesos por metro cuadrado. Se ha documentado que algunos arrojan sus aguas negras a los afluentes del río Grijalva.

Sin embargo, la incertidumbre y permanente miedo de los colonos de Nueva Jerusalén no se deben al desarrollo de la zona.

En 1994, Raúl de Coss Velasco, compró noventa hectáreas de terreno pensando en el futuro de sus hijos. Puso a nombre del mayor de ellos la propiedad, y él se erigió como apoderado legal. En 1997 entró en contacto con los actuales pobladores, que estaban constituidos en una Asociación Civil encabezada por Guadalupe Tapia Cortés. Originalmente se pactaron las noventa hectáreas a un precio de dos millones y medio de pesos.

Casa promedio de la colonia Nueva Jerusalén, a donde los programas oficiales no llegan. Sólo algunas de ellas han sido techadas con láminas de metal proveídas por la Cruzada nacional contra el hambre.

Hace veinte años, este asentamiento era más parecido a una zona rural que a una colonia de la periferia tuxtleca.

Al paso del tiempo, las partes acordaron un nuevo arreglo: reducir a 32 hectáreas la extensión del terreno negociado, y reducir también el monto a un millón y medio de pesos. Este escenario fue más realista para los compradores, muchos de los cuales se encuentran hasta hoy en día en la línea de pobreza.

El apoderado legal falleció, y el propietario, Raúl de Coss Ruíz (hijo del finado), mantuvo en pie los acuerdos con los pobladores, muchos de los cuales seguían abonando. En el año 2007, Galileo Francisco de Coss Ruíz, hermano del propietario, es nombrado por éste como su apoderado legal. La boda y el cambio de residencia a Australia de su hermano, las causas.

Hubieron de pasar tres años para que el escenario tanto de pobladores como de la familia de Coss se volviera totalmente sombrío; ambas partes han pasado los últimos siete años en el limbo jurídico, padeciendo un entramado que alcanza, según ellos, a altos personajes del poder político en Chiapas.

En el año 2010 un nuevo personaje hace su aparición: Jorge Castañón Marroquín. Trae consigo una escritura a su nombre que le atribuye la propiedad del predio Nueva Jerusalén. Dicho documento consigna el mes de septiembre del mismo año, como la fecha en que se habría realizado un supuesto acto de compra-venta con el dueño del predio. La escritura aparece certificada por Fernando Rodríguez Narváez, notario #47 de la costera ciudad de Tonalá, en Chiapas.

Las calles abiertas de Paraíso-Nueva Jerusalén han sido costeadas por la propia asamblea vecinal contratando maquinaria pesada privada.

Sin embargo, el dueño del predio, como el propio gobierno de Australia certificó, a través de un documento oficial, no salió de ese país en el año de la supuesta compra-venta con Jorge Castañón Marroquín.

El apoderado legal, Galileo Francisco de Coss Ruíz, inició una demanda por despojo. No sólo aportó la citada constancia del gobierno australiano y los pagos catastrales que siguen saliendo a su nombre, sino también mencionó inconsistencias en las firmas del contrato de compra-venta, que de haber sido certificadas por peritos externos, podrían haber probado la falsificación de las mismas, afirma. A lo largo del proceso, tanto el apoderado legal como los colonos, han escuchado una gran cantidad de testimonios en los tribunales y en la propia Procuraduría, que ubican a la Notaría 47 de Tonalá, como el lugar desde el que se han fraguado muchos actos de despojo.

Todas las pruebas y testimonios fueron desechadas por los tribunales, que desestimaron la demanda de despojo y la solicitud de anulación de Escritura.

Pese a tener veinte años de fundada, la colonia Paraíso-Nueva Jerusalén no cuenta con servicio de agua potable.

Apoderado y colonos temen el peor desenlace en este caso. Sus temores están basados más en la política y la sospecha de corrupción, que en las leyes y la justicia. Son claros: “…los oídos sordos a nuestras pruebas, burlarse del documento oficial del gobierno de Australia, la falsificación de firmas en la escritura, la complacencia de los tribunales y los testimonios en contra de la notaría de Tonalá, sólo pueden ser hechas por una red que tenga a alguien muy poderoso arriba de todos…”

Cuando la nueva escritura hizo su aparición, a nombre de Jorge Castañón Marroquín, su tío, el exministro de la Corte Noé Castañón León, era Secretario General de Gobierno de Juan Sabines, exgobernador de Chiapas. Antes del gobierno sabinista, Castañón León fue presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado durante la administración de Roberto Albores. En el actual gobierno de Manuel Velasco, Castañón León ostenta la Representación del Gobierno de Chiapas en el Distrito Federal (SIC), según la página oficial del gobierno de Chiapas.

Palets y retazos de tarimas sirvieron para que vecinos construyeran la escuela primaria atendida por el CONAFE, ya que las secretarías de educación estatal y federal no accedieron a construirles un salón de clases digno.

Sin poder probarlo, el apoderado legal del predio, Galileo de Coss, asegura: “…nosotros creemos que Noé Castañón desde la posición que tuvo dentro de la administración de Juan Sabines, se enteró y es muy posible que haya facilitado todos los movimientos y cómplices que fueron necesarios para llegar a esa escritura falsa del 2010…”

La tarea de buscar a Jorge Castañón Marroquín para conocer su opinión, resultó infructuosa. El domicilio consignado en la demanda que emprendió contra colonos y los propietarios del predio, resultó apócrifo. En la calle de la popular colonia Albania del norte-oriente de Tuxtla Gutiérrez, aun los vecinos con más tiempo de residencia no lo conocen ni han escuchado hablar de él.

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