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Todos rabones / La Feria

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Sr. López

 

Con la madurez que da la acumulación de décadas en lomo, este menda mantiene fresco el rencor contra tía Odilia, a quien atribuye su veneración porque la justicia sea pareja. Mire: siendo niño de Primaria, con regularidad -y por iniciativa de la infame tía-, iba a comer a su casa, pues su hijo único, el muy consentido e insoportable Polito (Hipólito, como su padre), obviamente no tenía amigos y el primo designado para jugar con Polito era este López, por ser de la misma edad. El caso es que si no quería uno jugar a lo que Polito quería (o si perdía), chillaba, gritaba, hacía rabieta y su madre, como juez de línea en el Azteca, levantaba la bandera, señalaba la falta (del visitante nunca del local), y a la fuerza había que darle gusto a su retoño, con un agravante: Polito era maldoso, igual mordía, que daba patadas, sabedor de que ahí estaba su madre como leona, lista a defender el derecho de joder de su crío: -Cosas de niños –explicaba al entregar su abollado hijo a doña Yolita. Así el asunto, una vez, con Polito disque de portero, la pelota dio en su carota y la tía, sin preguntar nada, nomás oyendo los alaridos de su vástago, salió al patio ya con el cinturón en la mano y dejó a este su texto servidor como Santo Cristo sevillano, con verdugones tipificados en el código penal como lesiones que ameritan de tres días a seis meses de prisión. Pero, no hay mal que por bien no venga: se acabaron las visitas a esa casa y se rompieron las relaciones Yolanda-Odilia. ¡Hay un Dios que todo lo ve!

 

Consignó ayer la prensa el anuncio hecho por la Profeco, a favor de los 1,333 pasajeros de Aeroméxico afectados por el paro parcial de pilotos de antier. Muy bien. Dijo la Profeco que ya eran 880 mil 390 pesos a favor de los consumidores: 660 pesotes con 45 centavos por cabeza con la advertencia terrible de que si la aerolínea no cumple, le ponen una “multa de 781 mil 978 pesos por cada pasajero que haya sido afectado”. ¿No sería mejor que no fuera tan ridícula la indemnización ni tan exagerada la multa? (misterios de la ley tenochca).

 

Además, con este motivo, la Profeco hizo saber a todos los risueños clientes de aerolíneas, que en este país, un retraso de una a dos horas, significa una compensación del 5% del precio pagado por el boleto; de dos a cuatro: el 7.5%; por más tiempo: 25% y devolución del importe del boleto; aparte de alimentación, hospedaje, transporte terrestre… en fin: así hasta dan ganas de que lo dejen a uno botado en la sala de espera del aeropuerto aunque pierda una chamba por no haberse presentado, que le estallen los intestinos por no alcanzar a tiempo al cirujano, o no llegar a su boda… ¡qué importa!, sus 660 pesotes y su torta, compensan.

 

Eso por un lado, pero ¿qué explica el trato legal de privilegio que reciben los que se trepan a un avión, a diferencia de los que van en autobús, en su coche o a pie?… mire: el tenochca estándar está sujeto a bloqueos carreteros y urbanos, a los rigores de marchas y plantones, y nadie le paga nada a los que se quedan horas y días, atorados en una carretera, o meses con su calle llena de defensores de la democracia que le cobran por dejarlo llegar o salir a pie de su casa, cuidando de no profanar su planta pisando un trozo de patriótico excremento y tapándose las narices para atenuar los aromas renales (ahí pregunte en Oaxaca, en tiempos de la APPO).

 

Acuérdese del chistecito que hizo el Pejehová, redentor de todos nosotros, cuando en 2006 “tomó” avenida Reforma y el Centro de la CdMx, nomás por la muina que le dio que no lo dejaran hospedarse en Los Pinos.

 

Dirá usted: no es cosa menor que le roben a uno la presidencia de la república, cierto, y fue una protesta pacífica en la que “no se rompió ni un vidrio” (Pejeremías “dixit”), también es cierto, pero igual, durante 47 días se violó el derecho al libre tránsito de la gente, se perdieron 3 mil empleos, se causaron pérdidas a empresas y comercios por 7 mil millones de pesos… y don Pejeremías dejó colgados de la brocha a los que le rentaron carpas, templetes y equipos de sonido, a los que dieron trasporte y alimentaron a miles de personas, por un total de 250 millones de pesos que no pagó (nomás por sus calzones y para que vea lo bravo que estaba).

 

Luego, después decenas de juicios, iban a empezar a pagar ¡en 2016!, según declaró el 15 de julio de ese año al Financiero, Irán Moreno, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PRD… pero en esa fecha ya eran 500 millones; dijo don Moreno:  “(…) hemos perdido casi todos los juicios que han interpuesto los proveedores y ahora no nos ha quedado más remedio que empezar a pagarles” (“más remedio… empezar a pagarles”… chistosa manera de enfrentar sus responsabilidades); y dijo más: “la forma dispendiosa en que se gastaron recursos  que ni siquiera se tenían… se firmaron muchísimos pagarés; todos vimos que los templetes permanecieron instalados por días y días sin que nadie los utilizara, que muchas de las carpas también permanecieron vacías; en fin, se gastó dinero de forma irresponsable, generándonos una gran deuda que ahora sufrimos para pagar”. Y no han terminado de pagar.

 

El Pejecutivo Legítimo dijo que eso le había costado “un altísimo precio”, pero que fue un acto de “responsabilidad”, para evitar que hubiera muertos. ¡Bendito sea el gran Dios!… ¡qué bueno que tenemos al Salvavidas Nacional!

 

Como sea, cuando acaben de pagar a sus proveedores quedará por siempre  pendiente el daño hecho a los que perdieron su trabajo, a los que quebraron… ¿Profeco no ve estos asuntos, verdad?

 

No es caso aislado, bien lo sabemos. No hay día sin algo por el estilo en alguna parte del país (y varias al día en la CdMancera)… y a los que integramos el orgulloso peladaje nacional, nomás nos toca aguantar, sin PGR ni Profeco que valga, que uno anda a pie, no en avión: hay clases.

 

Es justo el reclamo contra las tropelías cometidas por autoridades y similares. Tenemos derecho a exigir que respeten la ley… sí pero, todos, todos coludos o todos rabones.

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