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Tamaños portentos

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Sr. López

 

Como bien sabe usted, Pepe era (es), el más impresentable primo que tenerse pueda (con título de “Gandalla Honoris Causa” otorgado por aclamación de los peores de Tepito). Siete años mayor que su texto servidor, le caía en gracia -por bobo-, y de chiquito siempre lo dejaban salir a la calle con él, sabiendo que iba más seguro que con un batallón de granaderos; sin embargo, ya casi adolescente este López, Pepe dijo un día a doña Yolita, la Jefa de Administración y Disciplina de su Campo de Adiestramiento (otros niños les decían “mamá” y “casa”), que ya no convenía que saliera ni me vieran con él a la calle: -Vayan a pensar que es como yo y te lo medio matan –tenía razón.

 

Si Pablo se convirtió en apóstol y santo, después del batacazo que se puso al caer del caballo, quedarse ciego y oír la voz de Dios, preguntándole porqué los malos modos (era el más afamado perseguidor de los cristianos), no hay motivo para dudar de la conversión del Pejehová, quien abjuró de su pecaminoso pasado priista (13 años) y previo paso purificador por el Partido Mexicano Socialista, el Partido Popular Socialista y el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (que lo lanzaron de candidato a gobernador de Tabasco), se zambulló en las aguas amarillas del PRD, hasta que descubrió -después de 23 años de militancia y dos candidaturas a presidencia de la república-, que estaban infestadas de alimañas, razón por la que el domingo 9 de septiembre de 2012, anunció en el Zócalo del todavía D.F.: -“Voy a dedicar todo mi trabajo a la causa de la trasformación de México desde el espacio que representa Morena, por esta razón me separaré de los partidos del Movimiento Progresista” (PRD, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano); aunque ya desde fines de 2011 venía organizando su Morena, suya de él (léase con música de “El Relicario”, con Sarita Montiel: “Piiisaaa morena/ pisa con gaaarbooo…”; chulada de pela’o). Pero, quede claro: nadie somos adivinos ni tenemos en qué fundamentar que de veras no es sincera su intención de transformar a México, redimirnos y llevarlos al Edén que él –perdón, Él-, nos tiene preparado; y el que ya sabe, que tire la primera piedra.

 

Aceptado que el Pejehová tiene ya su alma política más pura que el agua Electrón, siendo como es nuestro Redentor y considerando que su prédica es de amor y perdón, tal vez no le resulte ofensivo que nos llame la atención a algunos tecladistas relapsos, la clase de discípulos que llama para que lo ayuden a conducirnos por el buen camino (digo, a Jesucristo los escribas y fariseos le criticaban que comiera con publicanos y pecadores… nomás faltaba que él se salve). Mire usted, así nomás unos cuántos:

 

Lino Korrodi, el hombre de confianza para conseguir dinero de don Chente, creador de “Amigos de Fox”, causante de la multa de 399 millones de pesos que el entonces IFE le recetó al PAN, por no reportar los dineros de esa asociación y por financiamiento irregular de campañas.

 

Esteban Moctezuma, priista por los cuatro costados, secretario de Gobernación y de Desarrollo Social de Zedillo. Por su culpa, por su culpa, por su grandísima culpa.

 

Manuel Bartlett, priista de la punta al rabo, quien en 1988 era secretario de Gobernación, a quien Cárdenas y el mismo Pejeremías señalaron durante años como el mapache mayor, responsable de que Salinas se sentara en La Silla (cosita que reconoció don Bartlett en 2017, aceptando que hizo un pacto con líderes del PAN y del propio Frente Democrático Nacional, ese que puso de candidato a Cuauhtémoc Cárdenas). ¡Pelillos a la mar!: está arrepentido y es muy firme su propósito de enmienda.

 

Marcelo Ebrard, exjefe de Gobierno del D.F. (entonces), el que hizo lengua oficial de la capital del país el náhuatl (aparte del español), el del escandalazo de la Línea 12 del Metro, que se clausuró seis meses para hacerle reparaciones mayores al año y medio de inaugurada y salió en 35 mil millones de pesos en lugar de los 17 millones de presupuesto, por lo que -entre otros asuntos-, don Marcelotzin se fue a vivir fuera del país (a París, porque tampoco es un naco de los que se van a Panamá). Él también está perdonado y según el moreno senador Mario Delgado dijo: “(…) le hace falta a nuestro país en estos momentos, y ojalá venga a apoyar a Morena, nos ayudaría mucho”. Pues sí… santo, santo, santo. Que se venga, nos hace falta, nos va a ayudar mucho.

 

Y fresquecita está la nominación de doña Tatiana Clouthier, como coordinadora de la campaña del Pejesús… sí, ella, la hija del Maquío, panistas químicamente puros (aunque, justo es decir que doña Tatiana renunció al PAN cuando Manuel Espino en 2005 quedó como dirigente nacional azul, porque… ¡fuchi!), bueno, pues, ahora, del brazo del Peje, cosa que no puede sorprendernos, dada la capacidad apostólica del Pejecutivo Legítimo, que convierte piedras en panes y multiplica peces. ¡Aleluya! ¡aleluya!

 

Lo que sucede no es difícil de entender: sabe muy bien el Peje que es su última oportunidad (por edad y por hartazgo de los electores), sabe también que su gesta es casi desconocida para un tercio del electorado (que son jóvenes a los que no dice nada el fraude de 1988 ni el de 2006), y ya en ese plan, recibe cascajo.

 

Lo mismo explica que se haya aliado al PES, a pesar de que en el Tercer Congreso Nacional Extraordinario de Morena, celebrado hace poco (el 11 de junio del año pasado), declaró, como voz tonante:

 

“No podemos marchar juntos con esos partidos. Me refiero, para ser preciso al PRI, al PAN, al PRD, Verde, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social (el PES), Nueva Alianza”. Palabra de Peje. El respetable presente, rugió. (Se le recomienda no olvidar que el PES fue en alianza con el PRI en el Estado de México, apoyando a Alfredo del Mazo). ¿Pues qué creen?… que se convirtieron en masa los de ese partido cuasi confesional.

 

Si don Pejehová es capaz de tales milagros y convierte sabandijas en fieles patriotas, tal vez sea lo que necesitamos, un taumaturgo capaz de tamaños portentos.

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