RODULFO REYES
El rechazo de la cuenta pública de 2018 del Tribunal Superior de Justicia de Tabasco (TSJT) no solo pasará a la historia por ser la primera vez que es desaprobado un ejercicio fiscal de un poder distinto al Ejecutivo, sino que también podría darse que por primera vez sea encarcelado un expresidente de los hombres de toga y birrete.
Este columnista está en condiciones de informar que Jorge Priego Solís, a quien agarraron con las manos en la masa y le espera un juicio penal que lo puede hacer pasar muchos años bajo la sombra, se está perfilando para ser la primera “presa de caza” del régimen morenista, urgido como está de enviar la señal de “castigo a corruptos”.
De todas las irregularidades que le detectaron a Priego, destaca que le adjudicó de manera directa a una empresa presuntamente propiedad de su nuera un contrato por 43 millones de pesos.
Más allá del delito que se configuraría por favorecer a la compañía de una persona con la que está emparentada, es grave que haya pagado el costo de la obra sin que existan evidencias de su entrega física.
Los 43 millones estaban destinados a un trabajo de informática para comunicar a todos los juzgados. Pero la revisión del Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE) encontró que dichos quehaceres nunca se realizaron, pese a que el TSJ le liquidó hasta el último centavo a la mujer que está casada con el hijo de quien era su magistrado presidente.
Priego Solís ha confiado en corto que el responsable de su problema legal es el actual titular del Tribunal, Enrique Priego Oropeza, quien, además de ser su primo, es su compadre.
El extitular del poder Judicial no alcanza a comprender que su caso forma parte de la lucha del régimen que se fue y el que llegó, pues aunque la llamada ‘Cuarta transformación’ le extendió un ‘certificado de impunidad’ al exgobernador Arturo Núñez Jiménez, la nueva administración necesita cabezas que ofrendar.
Por si fuera poco, el periodo de Priego Solís terminó de manera atropellada, y en Plaza de Armas tomaron nota de que en diciembre pasado pretendió reelegirse olvidándose de que, aunque su periodo aún estaba vigente, hay ciclos que se tienen que cerrar.
El presunto delito que habría cometido al pagarle 43 millones de pesos a su ‘hija política’ es de carácter federal, por lo que si situación jurídica se antoja compleja, si bien también tiene que librar algunos escollos del fuero común.
En el gremio de notarios, Priego Solís ha hecho circular la especie de que la situación que enfrenta obedece a “diferencias” con el actual titular del Tribunal Superior de Justicia, y no logra dimensionar que se encuentra bajo la lupa por ser el exfuncionario ideal para sacrificar en el circo romano.
Tan llegó a considerarse intocable el exmagistrado, que cuando Priego Oropeza les mandó a los auditores a su notaría para ayudarlo a cuadrar las cuentas, se sintió ofendido y no quiso recibirlos.
