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Salinazos y barbosadas / La Feria

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Sr. López

 

Tío Rito (Margarito, de los de Autlán de la Grana, Jalisco, lado paterno), allá a principios del siglo pasado, ganó fama perpetua de estúpido en las memorias del pueblo, porque en plena Revolución él era el alcalde y -con la mejor de las intenciones- ante el extraño fenómeno que nunca comprendió, del incremento constante de los precios de todo, emitió un Bando Municipal, fijando los precios máximos obligatorios de las 50 cosas que le parecieron más indispensables (maíz, frijol, tortillas, manteca, birote salado -el pan blanco de allá-, huevo, pollo… y así, incluido también, como producto de primera necesidad, el mezcal que ahora llaman tequila), consiguiendo que al instante desaparecieran los 50 productos en toda la región. Pronto supo que a escondidas se vendía de todo y en especial, mezcal, por lo que emitió otro Bando, prohibiendo las ‘ventas privadas’, ante lo que tiendas, tendajones, expendios y cantinas, reiniciaron su funcionamiento, regalando sus productos, que luego pagaban porque eran fiados; nuevo Bando, ahora prohibiendo fiar y pagar deudas. Harta la gente, a tiro limpio lo mandaron a residir el resto de sus días en Guadalajara, quedando Autlán sin alcalde por algún tiempo y él, para siempre con su fama de estúpido. Era.

 

Ayer por la mañana, el afamado empresario Ricardo Salinas Pliego (Elektra, TV Azteca, Unefon, Banco Azteca, entre otros negocitos), en una reunión con empleados de él y otros empresarios, aseguró que el Covid 19 mata solo al 10% de los que lo contraen, y que “Debemos olvidarnos de la ecuación equivocada que virus es igual a muerte, no es cierto”… muy cierto.

 

Muy inspirado, agregó: “Paralizar toda la actividad económica de tajo significa hambre y por lo tanto, dentro de poco tiempo se desatará la delincuencia, la rapiña y el caos. Porque resulta que el estómago no sabe esperar”, lo que significa que está mal informado o que padece dispepsia neuronal (mala leche), porque no se ha ordenado ni sugerido ni inducido, parar de tajo toda la actividad económica. Ni se puede.

 

Acostumbrado a tener razón -o que se la den-, como suele suceder a los que no son del común de los mortales, añadió: “Sabemos que el miedo es muy mal consejero, nos han metido a todos el miedo a morir por el virus. Veamos primero los datos duros del virus”; ahorita le damos gusto, antes otra cita de sus broncíneas palabras: “Hoy estamos mal, las calles vacías, todo cerrado, escuelas vacías, hoteles vacíos, restaurantes vacíos, esto no puede ser, la vida tiene que continuar (…) Como van las cosas, parece que no moriremos por coronavirus, pero sí vamos a morir de hambre”.

 

¿Por dónde empezar?… bueno, en desorden: ‘la vida tiene que continuar’, en efecto, la vida humana, se aclara y luego, junto con ella, la vida económica, por supuesto. No nos han metido el miedo, ese le brota espontáneamente a cualquiera que le funcione con regularidad el cerebro (puede llamarlo prudencia, también). La delincuencia no se va a desatar, está desatada hace años; no habrá sino actos aislados de rapiña y no habrá caos, porque (¡sorpresa, don Salinas!), este no es un paisito, ni es la primera emergencia general que atravesamos: no habrá desabasto, no ande metiéndole miedo a la gente Riqui, porque el gobierno sabe que por algo así, se hacen de carne humana estatuas de Robespierre, como reza el tango ‘Wamba’ de la zarzuela ‘El Bateo’ (música de Federico Chueca y libreto de Antonio Domínguez y Antonio Paso; estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el 7 de noviembre de 1901, como bien sabemos todos). No hay borracho que coma lumbre ni gobernante que crea que puede tener a dieta a casi 128 millones de connacionales.

 

Sobre lo de los datos duros del virus: si fuera absolutamente cierto que sanará el 90% y morirá el 10, ¿le parece que los negocios deban continuar como si nada, unos doce o trece millones  de cadáveres después?… ¿en serio?

 

Nuestro gobierno, con sus asegunes presidenciales, no está manoseando este tema y se hace lo que nuestros epidemiólogos saben y lo que propone la Organización Mundial de la Salud que el pasado día 18, recomendó una cuarentena mundial dado el avance vertiginoso de los contagios. Sí, don Salinas tiene razón en una cosa: el miedo es mal consejero. Tiene miedo, no le dé pena.

 

Asunto aparte y ya muy destacadas en apéndice especial del tratado de ‘Humorismo involuntario de la historia patria’, están las palabras que sobre el posible contagio del Covid 19, pronunció también ayer, el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, en conferencia de prensa: “Si ustedes son ricos tienen el riesgo, si ustedes son pobres, no, los pobres estamos inmunes, sale”.

 

¡Qué bueno que nos avisa! (con perdón, no es que sea uno egoísta, pero conforme al criterio epidemiológico de don Barbosa, este junta palabras está a salvo 100%). Esperemos que alguien informe a los científicos del mundo para que reorienten sus esfuerzos para encontrar vacuna o cura a este virus: que oigan consejo.

 

Don Barbosa no tiene fama de estúpido porque no lo es, pero después de la explicación de la intervención de la justicia divina en el helicopterazo que le costó la vida a su antecesora, la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo el senador y también exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, en diciembre de 2018; ahora con este novísimo hallazgo científico sobre la pobreza como antídoto del Covid 19, va que vuela a conseguir sitio de honor en la Galería de los Tontos Nacionales (entrada libre). No sabe uno qué quiso decir, ni por qué lo dijo, pero lo dijo, aunque la versión oficial haya censurado por caridad cristiana su dislate de Economía Viral para Principiantes. Ni modo.

 

Lo que tenemos que hacer es guardarnos y circular el mínimo indispensable, todos los que podamos hacerlo. Hay que frenar el contagio y poner en menor riesgo a los que no pueden o no deben encerrarse.

 

Luego vendrán tiempos duros, tan duros como ya era previsible sin la pandemia, pero mientras, no valen salinazos y barbosadas.

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