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Rollo no mata realidad / La Feria

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Sr. López

 

Hace muchos años estaba este menda en casa de la abuela Elena, la paterno-autleca, y uno de sus mocitos le fue a avisar que a la puerta estaba un señor, según decía, ‘su primo Martín’ que iba a saludarla. La abuela dijo no conocer a ningún Martín, que se fuera y por favor no volviera a molestar. Como hablando para ella, a murmullos, explicó a este su texto servidor: -Mala cosa este Martín… hace casi 50 años no lo veo…una vez, allá en el pueblo, se cruzó con una señora de la familia de los Alatorre y en vez de ignorarla, la saludó de mano muy atento… esos Alatorre eran familia enemiga de nosotros de largo atrás… muchos muertos de los dos lados, a la buena y a la mala, hijito… y al que no le duelen sus muertos, no le duele nada, no vale nada…

 

El apretón de manos tiene dos significados: hospitalidad o cierre de trato. Se da con la mano derecha, desde antes de los tiempos de la Roma Clásica, por ser la opuesta al lado del que se llevaba la espada o el puñal: se daba con la mano que pudiera empuñar el arma (los romanos se daban las dos manos… desconfiadillos ellos). Bueno, pero ese signo sigue siendo muestra de saludo, amistad o compromiso en algo. Tiene significado.

 

Sabrá Dios por qué se acuerda de cosas así el del teclado. Pero sí tiene claro que nuestros muertos inocentes son muchos, son miles: policías, militares, mujeres, hombres, niños… todos son nuestros muertos. Al que no le duelan, no es de nosotros. Al pan, pan; al vino, vino.

 

El día de ayer, nuestro Presidente confirmó (información de la redacción de ‘El Universal’: 08:18 horas): “El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que sí saludó a María Consuelo Loera Pérez, madre del otrora líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán. Al respecto, el mandatario dijo que ‘hicieron un escándalo los conservadores por el saludo. López Obrador aseguró que ayer saludó de mano a María Consuelo Loera, madre de Joaquín El Chapo Guzmán, por una cuestión humanitaria y calificó como hipocresía de los conservadores que lo critiquen (…): “Es la hipocresía del conservadurismo, un gobierno conservador que negoció con el hijo de la señora, ¿y no dicen nada? De veras que son hipócritas, esa es la verdadera doctrina del conservadurismo, la hipocresía”.

 

Bueno, sí se entiende que se sienta horrible dejar con la mano extendida a una dulce ancianita que tiene a un hijo preso en los EUA y a buena parte de su parentela con orden de aprehensión.

 

Dijo más nuestro Presidente:

 

“Me dijeron que estaba ahí y que quería saludarme, me baje de la camioneta, es una señora de 92 años, y fui a saludarla. Y ya dije, la peste funesta es la corrupción, no un adulto mayor, quien merece todo mi respeto, independientemente quien sea su hijo, y lo seguiré haciendo”. Fin de la cita.

 

También tiene razón, ¿la señora qué?… pero el equipo que cuida al Presidente debió advertirle en primer lugar, que ir al municipio de Badiguarato solo se puede si se va con medio ejército cuidándolo o con permiso del Cartel de Sinaloa, del que es abuelita doña Loera de todos nuestros respetos también (faltaba más); además debieron advertirle que no era prudente dejarse filmar en el acto, ni permitir subir a las redes su audacia… y la bucólica comida campirana en pleno camino, tampoco fue prudente, porque ahora hay expertos en identificación de criminales que sostienen que atrás del Presidente está parado, muy fresco, Aureliano Guzmán Loera (a) ‘El Guano’, actual cabeza del Cartel de Sinaloa (que a lo mejor ni es), sobre quien pesa orden de captura del gobierno yanqui con recompensa de dos millones de dólares pagadera por la DEA. Sí, que alguien de los que cuidan al Presidente le advierta tanta cosa, porque si algo fuera cierto, si solo resultara que sí es ‘El Guano’ el que ahí está, tendrán que preparar muchas explicaciones al Departamento de Estado del gobierno de los EUA… y a la DEA. ¿De veras era tan importante esa gira al nido del narco en Sinaloa?… uno no sabe, uno es de a pie… pero ¡qué riesgos se corren en ese trabajo de Presidente!

 

El mandatario también aclaró: “(…) tengo que dar la mano a los delincuentes de cuello blanco,  que ni siquiera han perdido su respetabilidad, entonces como no se la voy a dar a una señora, como le voy a dejar la mano tendida, se me hace mal hacer eso”.

 

Ya va agarrando temperatura la cazuela: en primer lugar, resulta que según él, solo a los ‘conservadores’ les levantó una ceja el saludo a la Chapo mami y no, también a uno que otro del peladaje nos llama la atención, porque a otras personas no ha querido recibir, por ejemplo a mamás de niños con cáncer que fueron a rogarle por medicamentos; a mujeres que fueron a pedirle por favor, por favorcito que si no le es molesto haga algo para que no las violen y que si las violan de preferencia no las maten, a esas tampoco recibió; como tampoco le estrechó la mano a los LeBaron, ni a al señor Javier Sicilia. Por alguna extraña razón, ninguno de ellos está incluido en el presidencial concepto de ‘humanidad’.

 

Una de las especialidades de nuestro Presidente es dejar con la mano extendida a quien le da la gana y con la palabra en la boca, a quien le parece fifí, conservador o provocador (él los distingue al golpe). Así que sus buenas maneras, su finura de trato y su alto estándar urbanidad no sirven como explicación de ese saludo de mano (sin Susana Distancia, a una ancianita que en una de esas, algo sabe de las andanzas de su parentela, cuando menos de sus hijos y nietos). Que busquen otra explicación o mejor, que no den ninguna. Hay cosas que es mejor dejar como están, porque las justificaciones enredan más el asunto.

 

Lo que queda pendiente es que nos diga (o él le diga al Fiscal General de la república), quienes de los que saluda, son delincuentes de cuello blanco. Ya son muchas echadas, porque eso de que un gobierno conservador pactó con el Cartel de Sinaloa amerita denuncias que, por cierto, son obligatorias para cualquiera y en especial para el Presidente. Rollo no mata realidad.

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