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Reserva de saliva / La Feria

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Sr. López

 

Beatriz, prima hermana de la abuela Elena, de las de allá de Autlán, se casó con el Juan Charrasqueado del pueblo, nomás porque ningún pretendiente le había salido bueno y por horror a ser la quedada de la familia (ya tenía casi 30 de edad). Contaba la abuela con sus ojos sonrientes que casi suspende la ceremonia el párroco, porque el tipo se plantó al pie del altar ahogado de borracho, pero la continuó sin chistar con el revólver del novio amartillado y apuntándole al pecho, con la Beatriz deteniéndolo para que no se fuera a caer antes de decir “sí, acepto”. No hubo fiesta.

 

El miércoles en la noche fue la tercera emisión del especial de ‘Tercer Grado’, con la presentación del C.Anaya, ante un panel de periodistas de lo más rumboso de Televisa. Ya desfilaron san Pejesús bendito, redentor de todos nosotros; Meade y el joven maravilla, en ese orden.

 

La primera conclusión es que nosotros los tenochcas con credencial de elector que decidamos contra todo pronóstico, ir a la casilla que nos toque a ejercer nuestro derecho al voto, enfrentaremos un menú de candidatos (aparte de los independientes, doña Margarita Zavala y el mocha manos Jaime Rodríguez, alias ‘El Bronco’, que cuentan pero no pintan), un menú, repito, conformado por un señor que miente despacito, otro que se pone en modo turbo a la hora de mentir y un tercero, muy serio, muy preparado y muy decente.

 

Por supuesto se vale que alguien crea al Pejecutivo todo lo que dice; es este López el que está maleado y duda de su palabra recordando su historia; pero, igual, a quienes le tienen fe, nuestro respeto… nomás se les solicita, si no tienen inconveniente para ello, revisen quiénes andan con él en primera fila (‘primer círculo’ dicen los que quieren aparentar que le saben a esto de la política en México, que es poco más difícil que el ajedrez sin reglas). Sí, revise: hay algunos decentes a carta cabal (claro), pero otros, muchos más de lo usualmente aceptable, locos o bandidos, mesiánicos o convenencieros, oportunistas o criminales con expediente abierto. En fin. Cada quien.

 

Del PAN, que era un partido serio, se puede afirmar sin error, que hoy es un barco varado, oxidado, cayéndose a pedazos, habitado por malvivientes, ‘erariodependientes’ y sabandijas de varia catadura y por supuesto (también), por algunas personas correctísimas, que ya lo rescatarán y lo repararán (necesita un “overhaul” a fondo, casi reconstrucción y a ver si encuentran todas las piezas, es un modelo de exhibición de 1939, modificado a Todo Terreno entre 1998 y 2000, no va a estar fácil).

 

El Pejesús, con la experiencia acumulada en 43 años de carrera política (se afilió al PRI en 1976),  es un embaucador profesional de medalla y diploma, lo que hace comprensible que engañe a muchos que por buenas razones se tragan gustosos las piedras de molino de la eucaristía del rito de la iglesia de Macuspana, por desesperanza, rabia o ingenuidad, la inmensa mayoría de ellos de buena fe, con la esperanza de que les resolverá sus acuciantes problemas personales y colectivos.

 

Pero lo que no se entiende es que haya quienes le crean al C.Anaya, un arribista recién llegado a la política de escala nacional (diputado federal plurinominal en 2012 -sin campaña ni votos-, presidente del PAN desde agosto de 2015, hoy, flamante jilguero con discurso de vendedor de coches usados, disfrazado de candidato a la presidencia), que gasta millones de pesos entre otras cosas, en encuestas que falsamente lo presentan en segundo lugar de preferencia electoral.

 

En ese ‘Tercer Grado’, dijo mentiras como para abarrotar las bodegas de la Central de Abastos de la CdMx, comentemos dos:

 

La primera: negó haber apoyado las reformas estructurales, particularmente la energética… bueno, fue diputado federal de 2012 a 2015; el 11 de diciembre de 2013 votó a favor de la reforma energética y puso en su cuenta de Twitter: “Dijimos que sí a la reforma energética modernizadora, porque es el cambio, no el temor, lo que hace avanzar al mundo”; y añadió: “Gracias a la reforma energética, el mundo entero ha vuelto a poner sus ojos en México”. Cuatro días después, el 15 de diciembre de 2013 (Milenio diario, nota de Fernando Damián), la calificó como “la más valiosa en términos de fomento productivo y económico”. Sí: mintió con descaro.

 

La segunda: dijo y redijo en Tercer Grado, que ya estaba resuelto y aclarado por un juez, lo de la operación de lavado de dinero por 54 millones de pesos de la fingida venta de la bodega en Querétaro. Y repitió varias veces que ya el juez así lo había resuelto. Que había sido un arrempujón fallido del gobierno solo para bajarlo de la contienda electoral. Miente. En octubre del año pasado, el juzgado Décimo Cuarto de Distrito en Materia Civil, resolvió a favor del C.Anaya, su demanda contra el diario El Universal por “publicar información inexacta”, fallo que está en veremos porque los del Universal la impugnaron ante un Tribunal Unitario… y miente el joven maravilla, porque es muy distinto que un juez de lo civil resuelva que no se le dio derecho de réplica a un ciudadano, sin ninguna relación con la denuncia penal respecto del origen de su patrimonio, asunto que sigue vigente en México y ahora también por parte de las autoridades judiciales europeas que investigan el presunto blanqueo de capitales en el que se vincula a Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, al empresario Manuel Barreiro y al hispano-mexicano Juan Pablo Olea Villanueva (nota de Alejandro Gutiérrez , revista Proceso, 25 de abril de 2018).

 

Si fuera una maniobra del fétido gobierno mexicano, créame, no alcanzaría para echar a andar la máquina judicial europea. Hay materia, el expediente tiene pelos y señales, y allá son muy toscos… sería la pena de la vida si emitieran una orden internacional de detención contra el C.Anaya si de veras llegara a Presidente de México. Y en Europa lo harían sin despeinarse.

 

Al C.Anaya, ese proceso en España, le va a agotar hasta su reserva de saliva.

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