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Rescatando al compañero Evo / A Estribor

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Juan Carlos Cal y Mayor

Ya en una colaboración anterior señalé que el gobierno de Evo Morales había tenido resultados favorables en materia económica. Para ser de izquierda y antiimperialista distaba mucho de las otras que se dicen izquierdas y gobiernan en latinoamérica. El caso más patético es el de Venezuela. Pasó de ser uno de los países más ricos a uno de los más pobres incluso a nivel mundial. Cuba con sus 60 años de revolución y teniendo como pretexto el bloqueo económico es otra nación que se debate en la pobreza a pesar de que no existe el analfabetismo. Viven aislados y han migrado por años como única alternativa ante una dictadura de estado donde Castro después de 5 décadas, cedió el poder a su hermano y este a su vez a Díaz Canel como si se tratara de una monarquía tropical.  Nicaragua es otro caso de atraso y pobreza. Daniel Ortega regresó al poder después de algunos años pero ya no se quiere ir.

La justificación de un modelo económico enemigo del libre mercado ha derivado en regímenes autoritarios que ante la falta de resultados terminan gobernando por la fuerza y controlando todo el aparato de estado a su favor.  Es la diferencia entre el populismo dictatorial y las políticas sociales con  injerencia mayor del estado en los asuntos económicos.  Han fracasado produciendo daños estructurales financieros que tardan años en revertirse. Argentina es un caso lamentable. Dejó de ser un país rico al arribo del peronismo y ahora con su reedición en el Kirchnerismo se ha hundido en la pobreza. Las políticas públicas comprometieron la hacienda pública y los metieron a una espiral recesiva que el gobierno de Macri no pudo resolver. Ahora vuelve del pasado  Cristina Kirtchner como vicepresidenta a terminar su labor.

Entre revueltas y levantamientos sociales, latinoamérica se debate hoy entre pugnas ideológicas. Hay disturbios en Perú, Chile y Ecuador. Se dice que con patrocinio y dinero de la dictadura venezolana. Atrás también la sombra del narco interesada en arroparse con la soberanía de países que les otorgan áreas de cultivo, libre tráfico y patente de corso. Maduro y Fernández ven un aliado natural en México dada la inclinación que está tomando el actual gobierno de la 4t. Quieren formar un eje. México disimula ese pacto ante el vecino del norte. No puede proclamarse antiimperialista. Solo eso faltaba después de que acatamos la instrucción de Trump vía twitter de mandar militares a la frontera sur para frenar la migración.

El asilo a Evo Morales ha desenmascarado a un gobierno que ofreció combatir la corrupción pero en el trasfondo quiere instaurar un régimen de corte socialista en México. No se le puede llamar de otra manera. No lo aceptan en el discurso. Se sacan de la manga el adjetivo de “postneoliberal”. Lo llamemos amloísta. La operación para rescatar a Evo Morales dista mucho de las atribuciones legales de “otorgar” asilo a quien lo “solicite”. Por eso todo el trajín de la aeronave militar mexicana que logró en medio de la incertidumbre y el caos llegar hasta Bolivia por Evo Morales. Varios países le negaron sobrevolar su espacio aéreo. Se trataba de una aeronave militar con el propósito de un rescate casi de película. Evo se escondió, no sin razón, temeroso de ser apresado o perder la vida.  De alguna manera lograron aterrizar y sacarlo de su país.

Ahora se le da una recepción como jefe de estado. Lo nombran huésped distinguido de la CDMX. Da ruedas de prensa. Goza de la protección del Estado Mayor supuestamente desaparecido. Tiene trato de rockstar. México honra su tradición de asilo político, pero califica injerencistamente el golpe de estado violando la doctrina Estrada. Evo mantiene su activismo y en Bolivia tratan de restaurar el orden. Se nombra una presidenta que tendrá que convocar a elecciones para instaurar la vida institucional y democrática. Esa que, no se hubiera descompuesto de no ser por el afán reeleccionista de Evo Morales que ahora presenta como mansa paloma. Él tiene parte de la culpa en el desaseo que priva en su país. Mantiene una mayoría en la asamblea que promueve su regreso. En tanto México es el candil de la calle y la oscuridad de su casa. Aún no logra la firma del T-Mec, la inseguridad va al alza, el desempleo es rampante y la economía va la baja.

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