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Queremos mole / La Feria

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Sr. López

 

La abuela Elena tuvo un tío, Tulio (del que muy pocos y selectos supieron que se llamó Antulio), ranchero de por allá de la región de Autlán, un poco más que rico, que nunca supo cuántas reses tenía en su inmensa propiedad, porque todo su ganado era horro (el que anda suelto), y cada vez que le llegaban a comprar, la cantidad que fuera, mandaba vaqueros al monte a bajar animales, por decenas o centenas. Decía la abuela que era generoso pero para hacerlo malgastar un peso había que levantarse muy temprano (o mejor, no dormir), y contaba sonriendo que una vez lo fueron a visitar unos ingenieros agrónomos, que le explicaron cuánto más ganaría si marcaba todo su ganado y cercaba la propiedad, para que ya nadie le robara reses. El tío los despachó con malos modos y luego dijo: -Sé quién y más o menos cuánto me roba, cuando no me convenga, a tiros lo arreglo y no me gasto un peso en mantener vagos de ciudad –bueno, gente de antes. Pero era muy rico y cuando en tiempos de Echeverría (ya fiambre el tío), fue invadida su propiedad, sus hijos consiguieron sacar el ganado con sobornos y amigos influyentes (de muy arriba)… y durante meses estuvieron llevando reses a Manzanillo y fueron casi 80 viajes en barco para llevarlo a Australia, donde el gobierno les regaló tierras. Y allá siguen.

 

El reporte de Hacienda del año pasado, decía que el robo de combustibles a Pemex, rondaba los 30 mil millones de pesos al año. En la presente administración, nuestro Presidente informó que era el doble: 60 mil millones. Grave.

 

El viernes pasado, la secretaria de Energía, la señora Rocío Nahle, informó, tan fresca (si no está sentado, siéntese… le vaya a pasar algo): “La gran mayoría, el noventa y tantos por ciento de la gasolina que estamos consumiendo hoy, es lícita y antes el mercado ilícito era el que prácticamente, casi igualaba al lícito” (así habla, al del teclado ni le reclamen).

 

O sea, más fácil: “antes” (o sea, hasta el último día de noviembre del año pasado), casi la mitad de la gasolina que se vendía en el país era ilícita (robada, supone uno, a menos que haya refinerías clandestinas).

 

Si eso es cierto, entonces estamos hablando no de 30 mil ni 60 mil millones al año, sino de casi 262 mil millones de pesos anuales (no inventa nada este López, revise usted la información en el tercer cuadro de la “Base de Datos Institucional, Petróleos Mexicanos; Dirección Corporativa de Planeación, Coordinación y Desempeño; Estadísticas operativas seleccionadas. 2018”, en el que consigna un promedio mensual de ventas de más o menos 43,567 millones de pesos de gasolina -Magna y Premium-, sin contar los 19,912 millones mensuales de venta de diesel).

 

Digamos que es cierta la “Nahle-afirmación” (puede no serlo), pero digamos que sí, que la mitad de la gasolina que compraba el esforzado tenochca simplex, era robada: entonces prepárese a ver tras las rejas a más o menos todos los gasolineros del país, porque estamos hablando de arriba de medio millón de barriles mensuales (contando el diesel), que rondan los 80 millones de litros al mes.

 

Tal barbaridad de volumen es imposible de manejar sin la participación de todos los gasolineros el país… y cuando algo parece excesivo, desorbitado, extremado, descomunal, desmesurado o exagerado y al mismo tiempo tiene tufo de estrafalario, singular, excéntrico o estrambótico: no es cierto.

 

Sin embargo, seamos humildes, aceptemos que la autoridad sabe más. Entonces, si doña Rocío fuera tan amable, que aporte información que ratifique su dicho y la Patria (la señora de túnica blanca de la portada de los libros de texto gratuitos), se lo agradecerá, mucho.

 

Si doña Rocío siguiera en plan amable, también sería de agradecer que nos explique, sencillito, con ejemplos y manzanitas, qué relación hay entre el cierre de ductos y la lucha contra la corrupción y cómo le hicieron para surtir el combustible no robado que reciben las gasolineras en dos tercios del país, porque está seco menos de un tercio el país, no la mitad.

 

Ya en ese plan y sin que crea que quiere uno abusar de su buena voluntad, nomás aprovechando, que doña Nahle nos diga qué relación hay entre el cierre  de ductos y las acciones legales contra los renegridos robadores de gasolinas (y diesel), porque los anuncios de congelación de cuentas bancarias y apertura de expedientes de investigación penal, se han hecho con labor de investigación de escritorio, que es la misma con los ductos abiertos que cerrados.

 

Una advertencia importante: como somos tantos los risueños habitantes del territorio nacional, se le sugiere a la señora que vaya a la Cámara de Diputados a dar esas explicaciones que tanto le agradeceremos (porque la citaron y los plantó y eso arde en el occipucio de La Patria): las 500 personas que ocupan las curules nos representan a los 130 millones de ignorantes que queremos (no sea díscola, doñita), nos ilumine el cerebro. De veras gracias.

 

Un por cierto: ¿qué pensará proponerle al Presidente de la república doña Nahle, respecto de la electricidad?… sí, el pasado jueves 17, el director de Comunicación Corporativa de la CFE, Luis Bravo, informó que en el primer semestre del año pasado, les robaron 25 mil 700 millones de pesos, que son más de 51 mil millones anuales (20 mil más que lo de Pemex, dando por buenas las múltiples declaraciones de nuestro Presidente). Esperemos que no apliquen la misma fórmula: cortar la luz para que no se la roben. ¿O sí? (se le advierte a la señito que la electricidad no se puede suministrar por pipa o con acumuladores inmensos en tráiler… váyale pensando, señora).

 

Por algo el Presidente no quería que nadie de su gabinete informara de este asunto. Por algo. Y esto no quiere decir que no estemos todos (todos), muy de acuerdo en que se acabe la robadera a Pemex… pero queremos ver gallos del palo de hasta arriba dando cuentas a la ley. Estas monstruosidades -si son ciertas-, no se pueden hacer sin la complicidad de gargantones del gobierno y de la iniciativa privada. Sí, queremos mole.

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