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Que Dios se los pague / La Feria

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Sr. López

Contaban de una tía (Elena) que este junta palabras no conoció, que allá en la Toluca de los años 30s del siglo pasado, recién casada enviudó y después supo que estaba embarazada. Que como se casó sin permiso de su papá (eran los tiempos), el viejo no fue a la boda, ni al funeral del fugaz yerno, ni al bautizo de su nieta (Elenita), ni quiso ayudar a su hija. Como era un político influyente y ricote de entonces, le hicieron segunda todos en la familia y dejaron sola a la chamaca recién parida. Con lo poquito que su mamá pudo darle (a escondidas del papá), se mantuvo a flote, se puso a vender atole y tamales en un zaguán, luego comidas en un tablón en plena calle, hasta que acabó siendo rica sirviendo banquetes de postín (pero muy rica). También contaban de esa tía Elena que cuando alguno de la familia la buscaba o le pedía apoyo económico, contestaba: -¿Y dónde estabas cuando vendía yo atole en un zaguán? –¡híjole!, pero tenía razón.

 

El terremoto fue el jueves 7 de septiembre a las 23:49 horas. Remeció medio país pero los daños se concentran en Oaxaca y Chiapas. Hay cerca de cien fallecidos, miles de casas dañadas y muchísimos damnificados. Van más de mil réplicas.

 

El mundo se estremece ante la magnitud del sismo y sus consecuencias:

 

El portavoz del secretario general de la ONU, anunció su disposición de proporcionar ayuda a México.

 

La Unión Europea por conducto de la Comisión Europea de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, anuncia que “está lista para ayudar a México en estos momentos de necesidad”.

 

El secretario de Estado de los EUA, Rex Tillerson, declaró que “está dispuesto a ayudar a nuestros vecinos de México en este momento difícil” y manifestó sus “condolencias por las pérdidas humanas y la devastación causada por el terremoto en México y el huracán Katia”.

 

Desde Venezuela, Nicolás Maduro ofreció “todo el apoyo”. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, envió un mensaje al nuestro: “cuente con nosotros”. El presidente de Bolivia, Evo Morales, manda recado: están listos para ayudar. El de españa, Mariano Rajoy, en un telegrama nos hace saber que sienten la desgracia como propia. Justin Trudeau, nos dice “Canadá está listo para ayudar”. Desde Chile, Michelle Bachelet ofrece su colaboración “en lo que necesiten”. Y más, muchos más, de todas partes y el “hashtag” #PrayForMexico (recen por México), es tendencia mundial y Facebook activó su herramienta “Safety Check”, como herramienta para ofrecer ayuda a los miles de afectados.

 

Bueno, se agradece.

 

Por lo pronto y hasta ahorita parece que no hace falta molestar al vecindario global… pero no por mérito de nuestros diputados federales que ofrecieron donar un día -UNO- de dieta para los damnificados, lo que sumaría (si lo dan), poco menos de 5 millones (cada diputado gana al mes arribita de 160 mil pesos; si donaran una quincena de sueldo, serían 40 millones… no, ellos van a dar un día nomás); bueno, entonces, que donaran su “apoyo para despensa” -¡oh!, sí, la patria les paga el súper-: serían 16.7 millones. ¡No!: un día. Y los senadores abrieron una cuenta bancara para recibir donativos de todos nosotros… de veras.   

 

También extraña el silencio de algunos que tienen capacidad de convocatoria y que sobradamente han probado que saben organizar a la gente, el Pejehová por ejemplo, quien desde España, donde estaba el viernes, hizo un minuto de silencio por los damnificados (¡ah… bueno!); uno hubiera imaginado que convocaría a sus huestes a organizar brigadas de rescate, con orden de ponerse de inmediato a las órdenes de nuestro ejército; que haría un llamado a todos los partidos políticos a donar el 10% de sus participaciones, que este año el suyo -de él- recibe de parte de todos nosotros, 400 millones; el PRI, 1,034; el PAN, 791; el PRD, 477; y entre todos se embolsan 4,138 millones de pesos; el 10% serían 413.8 que de algo servirían.

 

Hay otros que no han abierto el pico. Los líderes de la CNTE que se pintan solos para mover gente, deberían estar decretando una tregua indefinida en su lucha y poniendo cuadrillas de maestros a coordinarse con nuestros militares, para lo que se ofrezca. El subcomediante Marcos ya podría soltar alguna de sus geniales ocurrencias; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por fin serviría de algo si donara un 10% de los 1,262 millones que este año tiene para sus muy petacones sueldos; la Suprema Corte… esa no, esa que no se quite nada de sueldo (andan arriba de 330 mil mensuales), pero que dieran nada más el importe de su partida de “alimentación”, que son 15 milloncitos (inapetentes no son).

 

Ya en estas, bien podría el Presidente de la república decretar por sus puros calzones, un 10% de decremento a los sueldos de los 1,396 mandos superiores de su gobierno (sin la Defensa Nacional ni Marina), que este año suman la bonita cantidad de un billón 824 millones 969 mil 310 pesos (sueldos de directores generales para arriba), lo que daría algo más de 100 mil millones… para hacerle a cada damnificado su casa blanca.

 

Por cierto: Banorte anunció que durante tres semanas va a donar un peso (UNO), por cada peso que la gente done en una cuenta de ellos (al que dé mil le dan recibo ¡deducible de impuestos!). Un peso… la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, reportó que en 2016, los bancos ganaron 107 mil millones, nada más BBVA Bancomer tuvo de utilidad neta 33,311 millones. Y no van a dar ni el peso de Banorte.

 

Por eso, porque ya sabemos cómo son, la gente se pone a llevar comida y pañales a los centros de acopio; no debería hacer falta, no hace falta, no es dinero lo escaso en este país, sino otra cosa que no queremos ver: somos un país invertebrado, fracturado, por eso es la inmensa desigualdad, por eso la reconstrucción es la reposición del estatus anterior: la miseria.

 

Nada más piense: en 2016, la cadena de tiendas Walmart -solo en México- tuvo utilidades netas por 33,352 millones de pesos (91 millones por día)… una despensa por favor, por favorcito, y que Dios se los pague.

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