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Puros cuentos / La Feria

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Sr. López

No sabe este López si el caso de usted caso sea similar, pero la administradora del campo de entrenamiento que le tocó a este menda (otros niños le decían casa) y jefa de disciplina y buenos modales (otros niños le decían mamá), no necesitaba sermonear ni advertir: con la mirada sabía uno si podía seguir jugando a la que estaba jugando, haciendo lo que estaba haciendo, o si tocaba chanclazo, jalón de patilla o encerrarse en su cuarto hasta la hora de la cena. No había manera de malinterpretar a doña Yolita.

Tal vez por los claros términos en que fue educado-domado, este texto servidor de usted, es que sienta algo similar a un infarto de hígado al leer las encuestas que publican empresas que se supone son muy serias, que sostienen aplicar técnicas científicas (¿científicas?… en encuestas… en encuestas en México… ¡por favor!).

Ayer lunes (que es día de no hacer corajes), un estimado amigo me hizo llegar una columna en la que se comenta el resultado del análisis de la base de datos de la última encuesta publicada por el diario Reforma (¡esa!, sí, en la que las preferencias electorales, según ese medio, son: AMLO 48%, Anaya 26%, Meade 18%, Zavala 5%), con hallazgos que le revientan la vesícula biliar a cualquiera:

De un total de 1,200 entrevistas, 180 se hicieron en el Estado de México, 108 en la CdMx, 84 en Jalisco, 72 en Veracruz, 60 en Chiapas, 60 en Puebla y en las demás entidades hicieron entre 12 y 36 entrevistas, lo que puede uno dar por bueno, pero no cuando se entera que en la capital del país, la encuesta se hizo en cinco delegaciones tres gobernadas por el PRD (11 encuestas en Iztapalapa; 5, en Álvaro Obregón; y 5, en la Cuauhtémoc); y dos gobernadas por Morena  (5 encuestas en Xochimilco y dos en Tlalpan); ni una Delegación de las gobernadas por el PAN o el PRI (¡Fíjate qué suave!, como diría Manolín el de Shilinsky).

También nos informa esa columna, que hay una cosa que llaman “factor de expansión”, que es un número resultante de una fórmula que consigna el informe del Reforma, por el que se multiplica la respuesta de cada encuestado de la siguiente manera: cada gente que eligió al Pejeremías como Presidente (en boleta simulada), se multiplica por 80,295.52; cada gente que eligió al C.Anaya, se multiplica por 68,787.17… y así. Esto es: si uno creyó que el resultado de la encuesta era la suma de votos de los encuestados, estaba más equivocado que los que le van al Bronco. Se multiplica cada voto por un factor diferente (por razones no del todo claras, pero que a los sabios de la demoscopia deben ser prístinas; según Parametría, el “factor de expansión” se calcula “como el inverso de la probabilidad de selección de cada individuo en la muestra y corrección por no-respuesta en cada selección en muestra”… clarísimo), de manera que cuando nos dicen que el 48% de los encuestados prefieren al Pejecutivo, hay que dividir entre el “factor de expansión”, con lo que resulta que, prácticamente, hay un empate técnico entre los tres candidatos principales.

Pero hay más: la muestra (el número de encuestados), fue de 1,200…  de los que “833 personas rechazaron la entrevista y 33 la suspendieron, sumando un total de 866 contactos no exitosos y 684 “no contactos”. O sea… ¿qué?, ¿son adicionales a los 1,200; o son parte de ellos? Averígüelo Vargas, diría Chabelita la católica.

Ya completamente perdido entre fórmulas y factores, acude uno a la realidad verdadera: el diario Reforma, cuando la elección de don Calderón, informó de los resultados de su encuesta del  23 de junio de 2006, lo siguiente: puntero con el 36%, don Pejehová triunfante; en segundo lugar, don Calderón con el 34% de preferencia electoral; y en tercero, Madrazo, con el 25%. Resultados finales de la elección de 2006: ganador, don Calderón, con el 36.89 %; en segundo lugar, pisándole los talones a mi General, don Pejecutivo, con el 35.90%; en tercero, claro, el Madrazo del PRI, quien obtuvo el 22.03% (14 puntos debajo de la encuesta del Reforma… ¡14!, que es equivocarse por el 33% de su estudio científico-matemático-demoscópico-bullanguero y retozón).

También el Reforma, cuando las elecciones del 2012, publicó su encuesta del 11 de junio de 2012 (última antes de los comicios), con los siguientes resultados: Josefina Vázquez Mota, ganadora de la presidencia de la república con el 34.0% de votos; AMLO en segundo lugar, casi empatado, con doña Chepina, con el  32.0%; en tercer lugar, Enrique Peña Nieto, con el 20.0%, ya muy lejos de toda esperanza; y al fondo, don Quadri, con el 8.0%

Tal vez recuerde usted que la realidad fue un poco diferente: don Peña Nieto ganó con el 38.20 %; quedó en segundo lugar don Pejeremías (sacó el 31.57 %… ya no “tomó” Reforma, la diferencia de 6.63% lo convenció de mejor empezar a tomar Amlodipino); y la virtual triunfadora en la encuesta, doña Cuchi Cuchi, quedó en tercer lugar, con el 25.68 % (ni cerca del 34% pronosticado por Reforma); ¡ah!,  y el señor Quadri obtuvo el 2.29%, lejísimos del 8% que le otorgó la encuesta del diario.

Por esto y muchas cosas más, no es que sea uno descreído, es que confiar en las encuestas en este nuestro risueño país es como creer en los cuentos de hadas, que son eso, cuentos, puros cuentos.

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