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Pasan volando / La Feria

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Sr. López

 

El tío Ramiro, del lado materno-toluqueño, era abogado, con fama -en la familia-, de ser un “abogadazo”, especialista en derecho mercantil; básicamente sus clientes eran bancos y algunas empresas extranjeras. Parte de su no tanto dinero lo invirtió en un edificio chiquito, en la colonia Roma del entonces D.F., apenas de seis departamentos, de dos recamaritas, para asegurar un ingreso digno para su vejez. Un mal día rentó uno de los departamentos a un señor chaparrito, esmirriado, al que vio tan mal que le puso una renta menor, pensando “pobre hombre”. El “pobre hombre” pagó las tres primeras rentas y luego, nada, nada, cero. Al año, el tío lo fue a ver y le dijo de buena manera, que olvidara la deuda, que nomás desalojara el departamento, que le daba un mes o dos, que no se angustiara, que no quería “complicarle la vida”, que él entendía que había “malas rachas”… y el “pobre hombre”, resultó ser un león rasurado. No solo no entregó el departamento sino que puso de acuerdo a los otros cinco inquilinos, todos dejaron de pagar renta y el tío Ramiro estuvo en tribunales casi diez años. La explicación era que el esmirriado chaparrín trabajaba de algo en el Poder Judicial, donde todos lo conocían, lo estimaban y al tío Ramiro le hicieron ver su suerte. El tío sería un “abogadazo” pero… no hay enemigo pequeño. En cuanto logró sacar a los seis vendió el edificio. Mejor.

 

Nadie tiene duda de que el poder del Presidente, cualquier Presidente, de este nuestro risueño país, en lo interno, es inmenso, casi omnímodo… cierto. Pero también es cierto que los tiempos cambian y que hoy vemos que a veces le suda el copete a la presidencia de la república con algunos asuntos. Claro, de ganar todas siempre, sin ni siquiera subirse el ring, se hace concha, se descuidan los detalles, “quién puede lo más, puede lo menos”, arguyen muy orondos… bueno, sí, pero ya no tanto, no tan fácil… ni siempre.

 

Un tal Juan Ramón Morera Mitre, dueño de una empresa textilera que se llama Novalan (ni el gusto), a título personal interpuso un recurso de amparo contra las obras del aeropuerto de Santa Lucía y por lo pronto, provisionalmente, desde el 30 de mayo pasado, están detenidas, según ordenó el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Estado de México, hasta que el gobierno exhiba los permisos debidamente expedidos de impacto ambiental y cosas de esas con las que antes -antes-, se limpiaban el extremo inferior de sus sistemas digestivos nuestros presidentes (datos tomados de la columna “Historias de NegoCEOs”, de Mario Maldonado;  El Universal; 5 de junio pasado).

 

Ya pública la información (de El Universal), saltó la liebre, petacona, con sonrisa sardónica mostrando sus largos dientes afilados: del lado de don Juan Ramón, está el colectivo #NoMásDerroches y en la esquina, entre “round” y “round”, dan consejos de buen “manager”, la Coparmex, Mexicanos Contra la Corrupción y pelagatos del Consejo Mexicano de Negocios, como Claudio X. González (dinero duro, harto dinero, muy relacionado con el imperio del capital global, gallo de espolones y navaja doble).

 

Resulta que Mexicanos Contra la Corrupción, informó que no es solo ese amparito provisional sino que hay otros 147 juicios de amparo ya presentados ante el Poder Judicial de la Federación. Van sobre lo del aeropuerto -con cerro anexo- y contra la refinería de Dos Bocas; se trata de moler de un hilo… si les asisten la razón y el derecho, está bien; si no, bueno, igual muelen y toman revancha, están muy ardidos por no pocas cosas, especialmente por la cancelación arbitraria (la verdad es la verdad), de la construcción contratada legalito, del aeropuerto en Texcoco, el NAIM, sobre la que está públicamente, a la vista de todos, el “compromiso” de quien ahora está al timón del país, de no parar las obras y que la inversión fuera 100% de la iniciativa privada (que echó cuetes de gusto: es, era, un negociazo). Bueno.

 

Va acabar ganando todos los amparos el que no los puede perder, el Presidente… frase infalible antes, quién sabe ahora. Sí es lo más seguro, pero ¡qué lata!

 

No están mancos en presidencia de la república y tiene mucho juego de cintura, resbala los golpes y tiene buen “punch” la Consejería Jurídica de la Presidencia, cuyo titular es Julio Scherer, señor serio… pero también hay otro señor serio de titular en la Semarnat, Víctor Manuel Toledo, que no tan fácil se va a arriesgar a que le quede el prestigio -que justificadamente tiene-, como lazo de cochino, por  emitir licencias “patito”, pues sabe que si no están sólidamente sustentadas, los que están en plan de latosos, son muy capaces de esperar pacientemente a ser vencidos en los tribunales mexicanos, para luego armar la Marimorena en instancias internacionales: tienen el dinero que haga falta y representan intereses obesos.

 

NO son enchiladas y en la Semarnat, por algo renunció doña Josefa González Blanco, y por algo andan amenazando funcionarios disque de parte del mero mero, para que ya firmen, sellen y entreguen los permisos… y nada.

 

Un por cierto: deben estar regodeándose por estas trabas contra los súper proyectos de infraestructura del gobierno actual, otros pobres parias, pobretones y desvalidos como Larry Fink presidente y consejero delegado de BlackRock, la empresa inversionista más poderosa del planeta, que está con diarrea por el corajón de la cancelación de las obras del NAIM… o Carlos Slim, que no es ni ángel ni diablo, pero dejado, tampoco… y pasado el sexenio actual, todos esos empresarios siguen siendo quienes son… a diferencia de los actuales funcionarios federales, que el poder es prestado y con fecha fija de caducidad. Tomar nota por favor. La gente del dinero duro puede y sabe esperar. No era así.

 

Como sea, si piensa apostar, ponga su dinero del lado de la presidencia de la república… aunque, la verdad, “lo mejor de los dados es no jugarlos”, no se vaya a llevar una sorpresa, no ahorita pero sí en un ratito, en 5 años y medio, que viera usted, pasan volando.

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