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Oye AMLO

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Juan Carlos Cal y Mayor

El politólogo mexicano Jorge Zepeda Patterson publicó en el periódico El País / 5-jul-17 –el diario digital de mayor influencia en habla hispana- un análisis al que denominó “La extraña codependencia: Trump y los medios” en él que enfatiza que el aparentemente repudiado presidente norteamericano Donald Trump ha generado una simbiosis entre lo que hace y dice –particularmente en redes sociales- con quienes se esgrimen como sus principales críticos. “Los periodistas y los miles de comentaristas en redes sociales hemos sido cómplices en el espectáculo de pornografía política que ha desplegado Donald Trump, primero como candidato y ahora como presidente” Para luego rematar: “en el fondo están de plácemes, aunque nunca lo vayan a reconocer”.
El hecho de que el peculiar presidente norteamericano –de la nación más poderosa del mundo-  haga un uso inédito de las redes sociales hoy tan en boga, ha generado una sinergia envolvente que lo mismo afecta los equilibrios políticos mundiales que a los mercados con la depreciación o apreciación de otras monedas como consecuencia de lo que los analistas financieros interpretan por cada uno de sus dichos.
Líderes mundiales como el nuevo fenómeno de la política francesa el presidente Macron, refritéan sus dichos como el de “Make América Great Again”, para criticarlo elegantemente por su salida del acuerdo de París, al decir “Make the planet great again”. Pero todos han pasado por la bascula americana, lo mismo Ángela Maerker la presidenta de Alemania, Trudeau el primer ministro Canadiense o el Presidente de China. Y ahora todo mundo esta pendiente, hasta del mínimo gesto -los apretones de mano o los desaires con la primera dama- y de todo lo que hace o deja de hacer el principal huésped de la Casa Blanca. En esa lógica todos se suben al barco tratando de enganchar o engancharse consciente o inconscientemente en el principal propulsor de los trending topics a nivel mundial.
Por eso tiene sentido el último libro de Amlo al que denominó “Oye Trump”. En el –según nos cuenta el afamado autor- reseña la gira de su encuentro con los migrantes mexicanos en los Estados Unidos. Recordemos que, fallidamente uno de ellos, padre de uno de los desaparecidos de Ayotzinapa; encaró al líder de Morena, siendo el trascendido mediático de su visita, además de una tormenta de nieve que impidió la formalización de una denuncia  ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la violación de los derechos de los migrantes por la políticas implementadas por el Presidente Trump. Hasta ahí su intentona de atraer la atención de la prensa norteamericana y por ende la de Trump, infructuosamente. Amlo quiere engancharse con Trump lo cual lo catapultaría a niveles insospechados.
Trump es el Rey Midas de los medios digitales. Todo lo que toca se  convierte en cuestión de minutos en tendencia mundial.  Pero Amlo no es el único. El ex presidente Fox hace lo mismo. Una y otra vez lanza reiteradamente en redes sociales sus críticas a Trump, pero no ha logrado captar su atención. El señor de los cielos digitales, Míster Donald Trump, no se encuerda con cualquiera y demuestra una y otra vez que dispone a su antojo de la inmediatez digital.
En ese terreno, Amlo es por ahora el dueño y señor mediático de la aldea mexicana. Sus asesores digitales lo han colocado en la posición de decir lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Medios tradicionales de manipulación, propaganda e hipnotización masiva a los que criticó efusivamente como Televisa y Tv Azteca hoy se rinden a sus pies en aras de la supervivencia mientras el coquetea con ellos a conveniencia. Es el referente obligado e impone la pauta de la agenda política emitiendo mensajes que retoman los líderes de opinión en los medios ansiosos de una entrevista, de un cara a cara, donde los grandes perdedores son ellos cuando sus preguntas incomodas los convierten en reclutas o remisos confesos de la mafia del poder y engendros del mal. Si quieren entrevistar a Amlo tienen que pensarlo muy bien. Corren el riesgo de ser abruptamente interrumpidos y descalificados en vivo y a todo color. Si no hay que ver el caso del periodista Pepe Cárdenas. Para Amlo el periodismo tiene que tener causa y compromiso con visión de cambio del país. Era el caso de los hermanos Flores Magón y es el caso ahora de John Ackerman, Poniatowska, Julio Hernández que no desaprovechan espacio mediático para abonar a la causa. Son esos periodistas y los “otros” que aunque traten de ser objetivos reciben una retahíla de insultos a todo lo que publican.
Aunque el líder de Morena ha dicho que respetará (ya habla como presidente) la libertad de expresión; en los hechos demuestra todo lo contrario y se muestra de sumo intolerante. Así empezaron los Chávez, los Castros y los Maduros. La prensa crítica no existe en Cuba desde hace décadas y Venezuela desde los inicios del régimen Chavista. “Agentes del imperio” los llama Maduro en una retórica maniquea para eliminar cualquier opinión incomoda.
Ya para cerrar. Amlo dice que no le gusta que lo comparen en ese sentido ni con Maduro ni con Trump. ¿No es acaso el mismo perfil psicológico? Nomás pregunto.
jccymf@yahoo.com

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