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Luis Donaldo a 25 años / Comentando la noticia

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Alfonso Carbonell Chávez

 

A raíz del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta candidato del PRI a la presidencia de la república, los mexicanos entendimos que el cambio en el país no provendría de las urnas, mucho menos de un proceso democrático que le considerara al pueblo la mayoría de edad para definir su destino. Por contrario y ante la real amenaza que representaba Colosio para la propia clase priista gobernante, sin haberse podido comprobar el magnicidio se supo entonces insisto, que los grupos que detentaban el poder no sólo político sino de manera determinante el económico, no estarían dispuestos a ceder ni un ápice los privilegios que este sistema de complicidades, les redituaban y posibilitaban el engrandecimiento de haciendas y fortunas producto de la ya entonces escandalosa corrupción. Así 1994 marca también, el afianzamiento de la política neoliberal con el triunfo de Ernesto Zedillo quien suplió a Colosio tras su asesinato, política insisto iniciada por Carlos Salinas en 1988 la que ensanchó las desigualdades en el país tanto en sus regiones como en sus estratos. Según nos ilustra el propio presidente de México Andrés Manuel López Obrador -como para entender con mayor amplitud cuando se refiere a Salinas como el padre de las desigualdades-, de que al iniciar Salinas de Gortari su mandato y así lo consigna la famosa revista Forbes especializada en estos temas, en todo el país sólo existía una familia, los Garza Asada anota, en la lista de los hombres más ricos del planeta con 2 mil o 2 mil 500 millones de dólares; al finalizar el sexenio, es decir en 1994, ya eran –creo-  17 los mexicanos que aparecían en las listas de los más ricos del mundo con 48 mil millones de ¡dólares!

 

Pero regresando al tema decía, que la muerte de Colosio lejos de sacudir la conciencia nacional pero en especial de los priistas, no entendieron que para preservar su condición de partido gobernante, por un lado debían de avanzar en la liberación real de los procesos democráticos como en el andamiaje legal en el reconocimiento de madurez política y de mayores  libertades considerando incluso, la plena efervescencia de un conflicto armado gestado el 1 de enero del 94 encarnado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y cuyo Subcomandante “Marcos”, les habrían declarado la guerra al gobierno de la república. Ese día 1 de enero a la par del surgimiento del conflicto, otro hecho de relevancia histórica daba inicio y que contrastaba -de la tierra al cielo- con esos dos méxicos preexistentes; el de la marginación y miseria de millones de compatriotas no solo los indígenas, con el neoliberalismo instaurado por Salinas y el PRI, cuya expresión superlativa fue  el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) acordado entre Canadá, EEUU y México, y cuya entrada en vigor coincidió, precisamente, el 1 de enero de 1994. Tan solo 22 días después, Luis Donaldo era asesinado en Lomas Taurinas del municipio de Tijuana Baja California, por un supuesto “tirador solitario” que fue capturado en el momento de nombre Mario Aburto Martínez, quien permanece en prisión.

 

Pero no tardó mucho para que los mexicanos tras décadas de agravios acumulados y por supuesto, quiero suponer del artero asesinato del candidato priista Donaldo Colosio, los propios priistas fueran quienes inclinaron la balanza para terminar con setenta años de partido hegemónico en el poder, sucumbiendo  estrepitosamente en el 2000 a manos del PAN. Sin dejar de señalar, es menester, producto de una negociación entre el panismo y su candidato Vicente Fox, que ante la posibilidad real que la izquierda representada por su candidato Cuauhtémoc Cárdenas (quien habría ganado ya en 1988 cuando se “cayó el sistema”) que competía por tercera ocasión a la presidencia, pidiera alzarse con la victoria. Lo más increíble en este tema, es que le bastaron al PAN sólo dos sexenios, para terminar de acabalar la ola de rapiña iniciada por Salinas de Gortari y rematada con impunidad rampante por Enrique Peña. Pero no solo eso les bastó a Vicente Fox y Felipe Calderón de continuar con la política neoliberal de saqueo a la nación, sino que además el “Calderas”, sumió al país en una crisis de violencia y muerte al declarar, irresponsablemente y sin estrategia, la guerra al narcotráfico convirtiendo –literal-, en un cementerio el país.

 

Desafortunadamente para los priistas, Luis Donaldo Colosio Murrieta ¡sí está muerto! Es decir, por más que los dirigentes de lo que queda del PRI quieran enarbolar el legado ideológico de Luis Donaldo, lejos están de representar a quien, habrá que aceptarlo así, representó en su momento, ser un verdadero caudillo de las causas nacionales. Por ahí leía en el marco de la recordación del personaje, que muchos de los pronunciamientos hechos por Luis Donaldo en campaña en el ya lejano pero quizás más vigente que nunca marzo del 94, de alguna forma coinciden con los planteamientos que la Cuarta Transformación encabezada por López Obrador por lo que adquieren relevancia. Como los hubiera ¡no existen!, la duda vigente sobre de quién o quiénes ordenaron el asesinato de Colosio, a 25 años sigue siendo un misterio y como tal es un caso juzgado. Porque aunque se diga que el expediente sigue abierto, considero casi  imposible se vaya a reabrir el caso porque lo que se podría encontrar, advierto, podría provocar un cisma entre la clase política y económica del país, incluso de mayores dimensiones que el querer enjuiciar a los ex presidentes por temas de corrupción. Pienso así que AMLO por razones de Estado, no querrá ni siquiera tocar. Así entonces Colosio, a 25 años ciertamente está muerto pero quizá ¡más vivo que nunca! Me queda claro.

 

Ya de salida

 

Brevemente porque no es mi intención polemizar, empero sí juzgo pertinente, externar mi opinión ante el controvertido tema en que se han convertido las misivas enviadas, tanto al rey de España Felipe VI como al Papa Francisco, por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador. Por un extremo, tenemos a los de la prensa “fifí” o conservadora, que ya salieron, a propósito, a crucificar al insolente presidente por atreverse ¡Dios!, a pedirles al rey español como al Papa, el considerar una nueva narrativa que reconozca los crímenes cometidos durante la conquista, la que a golpe de espada y crucifijo, cometieron a la nación originaria. Por otro y no podría ser distinto, las huestes lopezobradoristas en las redes, ya salieron, igual, a descalificar a los descalificadores del presidente. Así las posturas de ambos bandos se contraponen al tiempo que se contrarrestan, con visiones opuestas sobre este tema en particular, pero sin duda muchos más extendidos. Aquí la reflexión y dicho con todo respeto que leo, veo y escucho, voces que venidas incluso dizque de la izquierda histórica, salen a reclamarle al presidente su atrevimiento por pedir, a tan pre claros personajes de la realeza civil y eclesiástica, que externen públicamente su perdón a los pueblos originarios por los agravios cometidos y por matar, en nombre de dios y la superioridad de raza, a los pobladores que habitaban sus tierras  nada les debían. Por asesinar a cientos de miles de hombres, mujeres, ancianos y niños en su sed de conquista y de saqueo. No lo dice así claro está, pero eso pienso que deben de considerar ambos monarcas, antes de esponjarse y ofenderse por tan digna, valiente como histórica petición. Ya muchos insisto, sin conocimiento de causa, han salido a decir que “está loco” y los comentarios televisivos con expresivo sarcasmo, lo condenan y clavan en la cruz de su desprecio. No es, como muchos señalan, abrir heridas de un pasado remoto y casi olvidado. Los agravios históricos no prescriben. Por ello igual países africanos como la India, por ejemplo, le han pedido a Inglaterra se disculpe y pida perdón por los crímenes cometidos igual en su conquista e invasiones. Incluso el tema del “Holocausto” ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, sigue siendo tema de conmemoración para no olvidar pero sobre todo, no se vuelva a repetir. Quizá sólo quizás, el perdón que a nombre de México pide Andrés Manuel a España, es una gran ofensa a su ¡Madre!…”Patria” ¡no pus cómo pinchis indios! En tanto su catolicismo exasperante, no permite que nadie, más que Cristo, sea quien guíe, convierta y castigue a los pueblos impíos del antiguo y nuevo mundo. La iglesia en este país ha representado lo más aberrante del conservadurismo y ya es hora, empiece, por lo pronto a pedir perdón por los abusos cometidos  en nombre de su Dios…// ¡Me queda claro! Salu2. (Ah y soy creyente y me declaro marxista-guadalupano-sic)

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