Esteban León
En Chiapas los menores de edad son el sector más desprotegido y vulnerable del estado, sobre todo en las zonas rurales en donde los infantes viven en situaciones precarias, sin una alimentación saludable, luz, agua, educación o seguro social.
Somos el estado con el mayor número de población infantil a escala nacional: cuatro de cada diez personas son niñas, niños y adolescentes, y de ellos 78.5 por ciento es pobre y 39 por ciento es indígena, además de que seis de cada diez viven en localidades rurales menores a dos mil 500 habitantes.
Ante está situación un maestro acompañado de 10 de sus pequeños alumnos desfilaron acompañados de algunas banderitas de México -hechas por los infantes- , con las que recorren la terracería de la comunidad ranchería “El desengaño”, municipio de Villa Corzo, conmemorando la 109 aniversario de la Revolución Mexicana; la marcha no fue una forma de protesta, sin embargo, deja en claro la situación de miles de infantes que viven en estás comunidades
A pesar de que para muchos la foto representa ternura, y dedicación, también refleja la situación en la que se enfrentan miles de niños y niñas en las zonas más olvidadas por los gobiernos que han gobernado la entidad Chiapaneca.
Tuxtla Gutiérrez es uno de los municipios con mayor rezago educativo dentro de su población infantil y adolescente, ya que muchas personas son indigenas que migran a la capital del estado, son de escasos recursos y preponderan los salarios ante las aulas, principalmente por que apoyan a sus padres a mantener la familia; sólo siete por ciento de los hijos de los jornaleros agrícolas asiste a la escuela.
Con este fenómeno social se han creado sitios de marginación urbana, principalmente a las orillas de esta ciudad capital, donde cientos de niños, adolescentes y adultos no pueden retomar su educación truncada.
Actualmente un niño que habita en una comunidad mayoritariamente indígena tiene más probabilidades de morir antes de tener cinco años que la que tiene un niño de una zona no indígena; la mortalidad de niños indígenas menores a cinco años representa casi el doble del promedio nacional. Es decir, en ese sector de la población mueren 48 niños por cada mil nacimientos, contra 25 muertes por cada mil nacimientos en otras partes del país.
Una mujer que es indígena tiene más probabilidad de morir por complicaciones relacionadas al embarazo o el parto que la que tiene una mujer que no lo es, esto debido a la poca importancia que le dan a las zonas rurales los gobernantes del estado
La oficina del UNICEF indicó que muchos niños indígenas dejan de ir a la escuela porque tienen que trabajar, y al citar otro estudio del INEGI, detalló que el 36 por ciento de los menores de entre seis y 14 años tiene alguna actividad productiva.
A pesar de que Chiapas viene acarreando esta problematica durante años – el estado ocupa el primer lugar en rezago educativo y pobreza- los diferentes gobiernos no han creado politicas que busquen apoyar, ayudar y mejorar la vida de los miles de indigenas que habitan en los diferentes rincones desolados de la entidad.
