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La panza manda / La Feria

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Sr. López 

La prima Alicia tenía casi conseguido el permiso para ir a un viaje a Europa con compañeras de la Prepa en que estudiaba. Su mamá, tía Susana, sabía de qué pie cojeaba su hijita y dudaba, dudaba, pero una tarde se presentó en su casa una maestra de Alicia para decirle que ella se comprometía a ‘cuidarla’ en el viaje. La tía, en cuanto se fue la maestra, dijo a su hija: -Con la pinta de güila fina que tiene tu maestra, no vas y no vas –y no fue. 

Se supone que en nuestra risueña patria (dijo Cantinflas), nunca pasa nada y cuando pasa, tenía que pasar. Bueno, pues parece que algo está pasando y la pregunta es si tenía que pasar o está siendo provocado.

 Pareciera que políticamente, el país se ha polarizado. Por un lado, aparenta haber una masa aplastante a favor del Presidente; y por el otro, una muchedumbre que se opone al actual gobierno, particularmente a Andrés Manuel López Obrador. La lectura de la prensa y de los recaditos que por las redes se envían ambos bandos, dan la impresión de que solo tienen en común, un ilimitado odio mutuo. Mala cosa.   

 Lo preocupante sería que esto respondiera a la realidad y que los mexicanos estuviéramos con el puñal entre las mandíbulas, listos a lanzarnos sobre el bando contrario, a sangre y fuego. No es así.

El Presidente alguna vez defendió la virulencia de sus seguidores contra sus opositores en las ‘benditas redes’, diciendo que era ‘la gente’, y que él no era responsable de cómo se expresa ‘el pueblo’. Y amenazó a los ‘políticos corruptos’ diciendo que se cuidaran porque una campaña en redes en su contra “no la podían resistir”. ¡Ay, nanita!, hasta retortijón les dio.

 Para saber si estamos a punto de una confrontación social, conviene recordar a brocha gorda, que en las elecciones de 2018, estaban registrados 89.3 millones de electores. Votaron por Andrés Manuel López Obrador, 30.1 millones; NO votaron por él, 59.2 millones. O sea: por más chairos sinceros que haya, son una tercera parte de la ciudadanía. 

Sin embargo, llama mucho la atención el número de ‘seguidores’ virtuales de AMLO y las torrenciales cantidades mensajes que mandan a su favor -o descalificando a sus opositores-, por las redes en todas sus presentaciones (Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, Tumblr y los portales de noticias)… pero (nunca falta alguien así), aparecen los aguafiestas que le saben a estos misterios y se dedican a analizar la información disponible en las propios sitios de las redes (datos de las URL -Uniform Resource Locator, localizador uniforme de recursos-, origen y nombre de cuentas, tipo de aparato utilizado -celular, computadora-, comportamiento de cada cuenta y el detalle de sus envíos).

Sin prejuzgar, reflexione a solas usted si es creíble que los ‘seguidores’ de nuestro Presidente, escriban en las redes a la misma hora… dígase a sí mismo si le parece lógico que entre los ‘seguidores’ de AMLO, haya centenas de miles que ‘suben’ loas y alabanzas para él o insultos a los que se oponen a él, en inglés, francés, húngaro, portugués y swahili (lengua africana principalmente hablada en Tanzania y Kenia), y que solo el 47% lo hagan en español (¡esa es popularidad!).

Siga meditando en si le parece normal lo que se sabe sobre las cuentas y seguidores de nuestro Presidente: el 98% no se encuentran activos nunca sino solo para dar ‘me gusta’ a mensajes de nuestro Presidente o para reenviar masivamente ataques e insultos a sus opositores;  el 62% de sus actuales seguidores crearon sus cuentas de redes sociales en los tres primeros meses de 2019; el 74% de esos usuarios y ‘seguidores’ están ubicados en lugares prácticamente desconocidos de la Tierra; el 52% tiene nombres registrados con actividades de SPAM masivo (el SPAM en ese mundo raro de lo digital, es correo basura, correo no solicitado, con remitente no conocido, anónimo o falso, y a veces el SPAM inocula ‘virus’ en la PC o celular, y obtiene información y datos personales; el que contrata servicios de SPAM, no controla eso… bueno, nada)… y cerecita del pastel: en 2004, el SPAM fue declarado ilegal en México (artículo 17 de la Ley Federal de Protección al Consumidor).

 A uno no le ande creyendo, si le interesa, revise el  estudio del Signa Lab ITESO, (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente).

Y ese estudio no es el único análisis sobre la extraña, inmensa y pandémica popularidad en internet de nuestro Presidente. Hay una empresa que se llama Radar Digital, dirigida por un tal Manuel Cossío, dedicada al análisis de redes sociales precisamente, para políticos y empresarios. 

En su informe de mayo de 2018, se encuentra el interesantísimo dato de que Andrés Manuel López Obrador en el extranjero recibió 112 millones de menciones (del 10 de abril al 9 de mayo de 2018), de las que el 64% salieron de Rusia y  el 18% de Ucrania (lo más normal, diría un chairo: el mundo admira a nuestro faro, luz, guía y líder); cuando se supo eso a mediados de enero de 2019, fue que por tuiter, nuestro ya Presidente dijo muy ingenioso como es él: “Ya no soy peje, ahora soy Andres Manuelovich” (sic, así escribe su nombre de pila, sin acento, cada quien).

 Ayer se pusieron como locos de rabia algunos seguidores de nuestro Presidente, porque algún maldoso, en respuesta a la exigencia presidencial de que le rindan cuentas los de Facebook, Twitter, etc., le publicaron la foto de pantalla del informe contenido en el sitio de Twitter en el que se anota que tiene 6’901,790 ‘seguidores’, de los que 4’216,994 son ‘fake’, falsos (según Twitter), o sea: el 61.1% son de mentiritas.

Entonces: no se ande preocupando de más: medio país no va a degollar a la otra mitad. Nuestro Presidente tiene admiradores, claro, y también detractores y opositores. Cuántos unos y cuántos otros, no se sabe. Lo que sí se sabe es que al Presidente lo sorprende (y enfurece), que haya quien no lo venere. Y con la crisis económica que viene, ya cuando la pandemia sea una triste anécdota más, se va a acordar que en la realidad, la panza manda.

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