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La izquierda no le convino a Tabasco / De Primera Mano

La izquierda no le convino a Tabasco / De Primera Mano
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RODULFO REYES

 

Si se compara la gestión de Arturo Núñez Jiménez con la de Andrés Granier Melo, se puede establecer que la izquierda le ha hecho más daño que el PRI a Tabasco.

En la administración perredista que terminó el 31 de diciembre, la obra “cumbre” fue el mercado José María Pino Suárez,  del que se hizo una falsa “inauguración” horas antes de que Núñez huyera de Tabasco y que deberá entregarse de nuevo en marzo, pues aún no se concluyen sus trabajos.

Salvo el principal centro de abasto de la capital tabasqueña, no hubo más que “remodelaciones” en el sexenio que terminó con 2018.

Granier, que fue el último mandatario priísta, hizo más que quien llegó a Tabasco en 2012 con las mejores cartas de recomendación.

Núñez, a quien se le consideraba el más culto y preparado gobernador choco de todos los tiempos con una brillante carrera como ningún otro antecesor suyo, fracasó como primer jefe del Ejecutivo de izquierda.

Al último mandatario del Revolucionario Institucional se le recuerda por las gestiones de las obras del Plan Hídrico, las universidades del Golfo y Centro, la intercultural de Oxolotán, la de Huimanguillo; el boulevard Bicentenario, la división de Ciencias Sociales de la UJAT, el Centro Gerontológico, la Torre de Oncología del Hospital Juan Grahamy los hospitales generales de Comalcalco y Cárdenas, entre otras obras.

Con la único experiencia de haber sido alcalde de Centro y jefe del laboratorio del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Tabasco (Sapaet), Granierha sido el último gobernante en hacer “algo” por el Edén.

Con prestigio de “gran conciliador” en dos ocasiones en la Secretaría de Gobernación, con la fama de fundador del Instituto Federal Electoral (IFE), historiador y académico de las ciencias políticas, el perredista Núñezlleva el récord de “peor gobernador” de todos los tiempos, de acuerdo con los recuentos que ya se hacen de su mandato.

Por si fuera poco: el político que llegó ondeando la bandera de honesto y con la espada sobre la cabeza de Granier, a quien acusó de robarse 20 mil millones de pesos, podría superar en el rubro de la corrupción al régimen priísta.

A diferencia de Granier, que no se instaló en Plaza de Armas para perseguir a su antecesor Manuel Andrade Díaz, el “maestro” Núñezse dedicó los seis años de su gestión a perjudicar a quienes consideraba sus enemigos políticos.

Núñezmantuvo el discurso belicoso de su campaña de 2012 durante todo su período.

Vaya, su desapego a su trayectoria de eficaz operador político en Bucareli lo demostró hasta cuando ya era previsible que ganaría la presidencia su paisano Andrés Manuel López Obrador, ya que, aun con la victoria del de Tepetitán, mantuvo su discurso de que México no podía volver a ser país de un solo hombre, mientras fustigaba al populismo, en abierta alusión a quien al parecer lo ha salvado de la cárcel.

Si la izquierda ganó en 2012 la gubernatura de Tabasco fue por el concurso de AMLOen la misma elección, lo cual se volvió a repetir en los comicios del 1 de julio pasado.

La diferencia es que ahora sí ya ganó Palacio Nacional el líder de la izquierda que desde hace seis años manda en Tabasco.

La victoria de Adán Augusto López Hernándezmuestra que también en México la alternancia partidista recibe dos oportunidades por parte de la ciudadanía, tal como ocurren en las democracias occidentales: el PAN gobernó el país de 2000 a 2012, y en Tabasco la izquierda arribó en 2012 y se mantuvo en 2018.

¿Qué pasará en 2018? Es aún muy temprano para aventurar alguna hipótesis, pues hay elementos adicionales como el hecho de que el presidente del país pertenece a la misma corriente que hace seis años empezó a regir aquí en la persona de Arturo Núñez.

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