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LA HIDRA DE LERNA; Los Amloístas contra Netflix

LA HIDRA DE LERNA; Los Amloístas contra Netflix
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Juan Carlos Cal y Mayor
Resulta que el periodista Carlos Mota publicó en su columna para El Heraldo de México, el 26 de Octubre pasado; que la compañía Netflix produciría para el año entrante una serie “de corte político, que abordará profundamente el tema del populismo, sus riesgos y graves consecuencias, y tendrá como foco principal al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador”.
Ni tardos ni perezosos retomaron el tema, el periódico digital https://regeneracion.mx/ y http://www.sinembargo.mx, ambos de corte pejista creados exprofeso como arietes en la guerra desatada por los fundamentalistas coprolálicos en defensa del llamado “cambio verdadero”, que no tiene nada de cambio ni de verdadero.
El llamado fue a espantar con el petate del muerto con una campaña en redes sociales para cancelar las suscripciones de Netflix a lo que la compañía respondió negando estar involucrada en esa producción al medio que reprodujo y magnificó esa nota.
El tema es preocupante porque refleja la manera en que la causa morenista ha incubado en sus seguidores un comportamiento propio  al más claro estilo de Mao Tse Tung, el régimen de Pol Pot o la revolución cubana, por no referirnos a la Yihad Islámica.
Es bien cierto que ahora las audiencias mandan. En estos tiempos cada quien escoge –y sobre todo los llamados Millennials- lo que quiere ver. Gran diferencia a la época en que el monopolio  de Televisa a través de sus noticieros con Don Jacobo Zabludovsky a la cabeza guiaba a las masas a la manera del Gran Hermano de la novela Orwelliana.
Pero hay diferencias. Una cosa es el derecho de las audiencias a elegir con más libertad lo que quieren ver y otra el desatar campañas de linchamiento y odio contra quienes no promulguen con sus causas.
El régimen chavista y ahora su engendro, el régimen Madurista, eliminaron a toda la prensa crítica en su país. De la misma forma se acabó con la libertad de prensa en Cuba en contra de todo aquello que atentara contra los ideales de la revolución. Por eso hoy, sólo hay un diario el Granma, que aduce al nombre de la embarcación que partió de México con Fidel Castro y sus compañeros de armas para iniciar la revolución. En China, a pesar de la gran apertura capitalista, el gobierno controla y limita el acceso a la información en las redes sociales. Pero lo mismo sucede en la Casa Blanca, donde varios medios importantes de comunicación –vetados por Donald Trump- no tienen acceso a las ruedas de prensa. Es el autoritarismo primogénito del populismo y sus fervientes seguidores.
Pero nadie dijo nada, ni las autoridades metieron las manos, cuando apareció recientemente en Netflix la serie “Ingobernable” protagonizada por Kate del Castillo donde sólo “bonito” no le dijeron al gobierno mexicano, reproduciendo la idea de una administración putrefacta, incluyendo a las fuerzas armadas. Tampoco nada se hizo en contra de la afamada película “La Ley de Herodes” del director Luis Estrada que en 1999 fue reproducida en todas las salas de cine del país y fue como la puntilla para el régimen priísta. No solo eso, la secuela fueron dos cintas más durante los gobiernos panistas: El Infierno y la Dictadura Perfecta.
Insisto, cada quien tiene derecho como audiencia a leer o ver lo que le dé la gana. En lo personal no comparto la línea editorial –aunque no todos los contenidos- de La Jornada, pero simplemente no la leo. Lo mismo con los programas y noticieros de Televisa o Tv Azteca, donde el sensacionalismo y la nota amarilla es lo que más regalías les deja a esas televisoras. La “cachetada” a un reportero por parte del actor Eduardo Yáñez lleva más reproducciones que cualquier otra noticia medianamente importante en nuestro país.
Tampoco vale la pena ver la cantidad de sandeces que se publican en YouTube sobre temas políticos. Menos aún la viralización de mensajes en el WhatsApp, prefabricados o producto de la ignorancia, la manipulación de la información o las falsas noticias que circulan a diario sin nadie que las desmienta o tenga poder de hacerlo.
A lo que no tienen derecho algunas audiencias de corte sectario e intolerante, es a limitar o satanizar cual jurado de la inquisición o Fuenteovejuna, los contenidos que pueden interesar a otras personas que no piensan como ellos.
El derecho a disentir o pensar diferente, lo cual es inherente a toda sociedad que se precie de ser democrática, es lo que está en juego. Los descendientes de La Hidra de Lerna que cual alienígenas se asumen como los rectores de las verdades absolutas, pueden ser cualquier cosa, menos, la esperanza de México.

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