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La Feria / Todavía más inocente

La Feria / Todavía más inocente
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Sr. López

 

 

Como bien sabe usted, tía Victoria (del lado materno, tía bisabuela de este su texto servidor), tuvo más colchones que la cadena Sheraton International. Nadie se metía con ella ni con sus afectos, pues era leyenda su buena memoria (sabía todo de toda la familia y Toluca), y daba unas contestadas de soponcio, infarto o estallido de vísceras, porque nunca mentía y decía verdades que nadie se atrevía a decirle ni al padre confesor. Con ella era por las buenas. El caso es que una de sus sobrinas bisnietas (Lulú… la increíble Lulú), había terminado la Prepa y estaba necia en ir a un viaje a Europa con unas de sus compañeras, cosa que en aquella época era como un asalto a las buenas costumbres y la abuela Virgen (la de los siete embarazos), tuvo la ocurrencia de proponer a los papás de Lulú, que tía Victoria las acompañara, pues “…siendo una señora de edad”; pero la tía, ahí presente, la atajó: -¡No digas tonterías, Virgen!, conmigo de chaperona se hacen de mala fama desde antes de salir –le digo, nunca mentía.

 

Del trepidante caso del exgobernador de Veracruz, un tal Javier N, cuyo proceso penal ya inició, publicó la prensa de ayer domingo, una declaración del presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya (próximamente Ricardo N, según sus malquerientes): “No permitiremos que haya simulaciones para proteger tanto a cómplices como a beneficiarios de la corrupción de este icónico priista”. ¡Ándele!

 

O sea, la zorra preocupada por el bienestar de las gallinas. Don Anaya es corto de pelo y parece que también de memoria. Hace poco más o menos dos años, el diario Reforma, publicó unas declaraciones del expresidente nacional del PAN, Manuel Espino, quien refiriéndose a que el PAN promovía una ley anticorrupción, dijo:

 

“A mí me causa hasta vergüenza que ahora el partido del que provengo se esté convirtiendo en un icono de la corrupción que hay en este país. El PAN no solamente se ha convertido en un icono de la corrupción, sino en un representante de la corrupción oficial y no está exento de ello el propio presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya”. Él lo dijo. Él sabrá.

 

Agregó: “Anaya se ha convertido en una tapadera de la corrupción que actualmente existe en el PAN (…) Ya no hay una doble moral en el PAN, hay una triple: cometen actos de corrupción, la disimulan y se oponen a ella al mismo tiempo (…) Es un mal chiste que el PAN proponga la ley (anticorrupción), me parece hasta insultante, porque primero debería de ver la corrupción fehaciente que hay al interior del partido. Con qué cara el Partido Acción Nacional se queja de la corrupción de otros cuando han solapado la suya”. Bueno, eso dijo él. Seguro fue calumnia, ya ve cómo es la gente.

 

Uno no sabe qué tan cierto pueda ser lo que afirmó don Espino, pero sí hay cosas que aparentemente no fueron nunca bien aclaradas, como lo que doña Josefina Vázquez Mota escribió en Facebook el 18 de noviembre de 2013: “Cuando la corrupción y el poder e intereses de ciertos grupos se impusieron a los principios, al interés de miles de ciudadanos y al interés superior que es México, entonces los ‘otros’ encontraron en sus contrapartes el camino para hacer de la política el soborno y la rendición. Dentro de la propia casa del PAN a nivel municipal, estatal, y desde la propia dirigencia (ahí le hablan don Anaya), en diversos momentos, se consintieron atropellos y también se protegieron” (nota de Álvaro Delgado, del Proceso de esa fecha).

 

Y uno sigue sin saber qué tan cierto sea lo que afirman el Espino y la Vázquez, pero también está lo que declaró la ex diputada federal panista María Concepción Ramírez Diez Gutiérrez, quien denunció (según Sanjuana Martínez, en Sinembargo, del 7 de noviembre de 2016), que Ricardo Anaya se robó 20 millones de pesos del grupo parlamentario del PAN en 2015.

 

No. Uno no sabe nada. Pero lo que sí sabe es que el PAN postuló como candidato a gobernador de Veracruz a Miguel Ángel Yunes, personajazo de la nuestra política al uso, afamado expriísta que en vez de currículum tiene prontuario judicial (denunciado en 2013, de parte del mismo don Espino, por enriquecimiento ilícito de más de 3 mil millones de pesos; para no mencionar otras cosas de él y sus hijos; no hay que llevarse).

 

Y este don Yunes, por cierto es el que ya anunció que la PGR aceptó presentarlo como testigo en contra de Javier N. Y está… bueno, siente que flota, ¡es una felicidad! Ayer, informó Notimex sobre sus declaraciones sobre este asunto que tiene a La Patria (la dama de toga blanca), con las piernas apretadas y las manos cerrando el escote:

 

“Aportaré todas las pruebas que tengo en mi poder para contribuir a que se haga justicia y se sancione severamente a quien tanto daño hizo a los veracruzanos, y exigiré que se recuperen los recursos que indebidamente fueron sustraídos del patrimonio público de la entidad (…) tengo toda la información. La he tenido siempre, estoy integrando las carpetas correspondientes y las entregaré a la PGR”.

 

O sea: Yunes es Ministerio Público, Policía y defensor del himen patrio. Siempre tuvo la información… está integrando las carpetas. Qué bien. Lástima que la ley (Código Nacional de Procedimientos Penales; artículo 127), diga que esa es competencia del Ministerio Público (“… conducir la investigación, coordinar a las policías y a los servicios periciales durante la investigación…”); y que el artículo 429 del Código Nacional de Procedimientos Penales, por su lado, diga que solo es procedente la intervención de particulares en asuntos penales “(…) perseguibles por querella, cuya penalidad sea alternativa, distinta a la privativa de la libertad o cuya punibilidad máxima no exceda de tres años de prisión”.

 

¡Recórcholis, don Yunes!, qué lástima que le gane el hígado: va usted a ir a hacer una regazón: sus pruebas serán directa e indirectamente ilícitas, ilícitamente obtenidas, nulas y va a acabar de blindar a don Javier N.

 

Bueno, no importa, al fin y al cabo, según la ley es inocente. Nomás lo va a hacer todavía más inocente.

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