Home Columnas La Estaca

La Estaca

La Estaca
0
0

MARIA DE LOURDES CORZO V.

En la década 60-70s el robachicos era aquel ser mítico con el que nos amenazaban si nos portábamos mal o no queríamos comer.      Los adultos más malosos lo relacionaban con el silbato del platanero o el gritón del gas para asustarnos aún más. El ropavejero era ya la expresión más violenta y terrorífica del roba chicos.

Hoy día los robachicos son una espeluznante realidad que se ha recrudecido en los últimos diez años, dentro de esta  década perdida en el ámbito de la seguridad púbica que ha dejado miles de desaparecidos, de los cuales la mayoría son niños y mujeres. La evidente ausencia del Estado en la protección a la sociedad ante el crimen y los delitos ha derivado en más de 40 mil ausencias injustificadas entre las cuales más de 6 mil son de niños que han sido sustraídos del seno familiar. Lamentablemente la cifra de menores localizados con vida y reintegrados al seno familiar es infinitamente inferior.

La rumorología o creación de alertas de desaparición que son emitidas de manera irresponsable ha generado una crisis de pánico social. Por ejemplo: personas que por su voluntad se van de casa temporal o definitivamente son reportadas como desaparecidas, y  cuando las encuentran o regresan no eliminan la solicitud de búsqueda en redes sociales y medios de comunicación que generaron. Ésta práctica que se ha popularizado eleva los índices de manera ficticia y crea una alarma innecesaria, así como una psicosis colectiva.

La propagación de sospecha en contra de cualquier persona como “robachicos” y la manipulación del pánico y repudio social, generan el linchamiento salvaje ,queriendo combatir un delito con otro más grave que es el homicidio agravado realizado con violencia extrema ó en el menor de los caso el de lesiones que ponen en peligro la vida. La violencia social y el descontento popular aderezados con el azuzamiento de algunos infiltrados o generadores de la furia de la horda, dan como resultado un crimen sangriento  -en algunos casos sin comprobar si en realidad la ahora víctima cometió el robo de infante- dando paso a la barbarie pero jamás a la solución del problema.

La ausencia de aplicación de la ley de manera rápida y expedita, así como la modalidad del nuevo sistema penal acusatorio que genera extensas y profundas lagunas legales, permiten que los “presuntos” salgan libres por falta de pruebas, por una detención que incumplió protocolos o simplemente por corrupción en el manejo de carpetas. Esta es la justificación de quienes promueven los linchamientos,

Cabe ante todo extremar el cuidado de los niños y jóvenes. Ninguna regla ó disciplina es exagerada para proteger la seguridad y la vida de los menores a nuestro cargo. Cabe ser responsables cuando emitimos una alerta de robo o desaparición a sabiendas de que la causa es un problema familiar, de pareja-peleando custodia- o de disciplina lo que genera la ausencia del menor, pues los protocolos de la búsqueda son completamente diferentes.

Caso concreto de lo que aquí menciono es el de los hermanos Castañón López, hijos de un político chiapaneco-quien sería Senador de la República, Noé Castañón Ramírez – cuyo conflicto marital ha trascendido los límites del bienestar de sus tres menores hijos. Hoy La madre Mayté López, lanza la Alerta Amber y menciona textualmente que “considera que la integridad de los menores se encuentra en riesgo toda vez que pueden ser víctimas de la comisión de algún delito”. Un caso que ha movido y tocado diversas instituciones legales pero que ha sido resuelto hasta hoy de manera política y que trastoca el bienestar  físico y mental de los menores, quienes son víctimas de sus padres y su conflicto marital. Lanzar la Alerta Amber en éste caso es una estrategia contra el padre, que al parecer contaba con la guardia y custodia de los niños.

En acciones pertinentes de las escuelas el padre o tutor debe permitir que las autoridades escolares vigilen y controlen la entrada y salida de los alumnos y exigir que solo y solo la persona autorizada previa identificación retire al menor. En la calle llevar al menor de la mano, no dejarlo en el auto o en espera lejos de la vista, mantener distancia corporal con extraños y enseñar a los niños a no “sociabilizar” con desconocidos. Dejar los conflictos maritales al margen de la seguridad y protección  de los menores, ambos padres deben velar por su integridad y procurarles protección.

Recuerde siempre que los niños son vulnerables e indefensos, que son codiciados para cometer crímenes perversos que los enrolan en una espiral de explotación sexual, tráfico de órganos, mercado negro de adopciones, etc. Por los niños está parado el mundo, cuidemos de ellos responsablemente, creo que es el primer paso para disminuir las terribles estadísticas. Son nuestros.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *