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La Esquina Rota / Tirar la piedra y esconder la mano es de cobardes

La Esquina Rota / Tirar la piedra y esconder la mano es de cobardes
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Francisco Félix Durán

@fcofelixd

La carrera por un hueso en las próximas elecciones comenzó antes de tiempo y hoy, podemos ver una guerra en todos los estratos políticos, pero aquí no estamos para señalar ni defender a nadie sino para hacer un trabajo de análisis y reflexión.

La crítica cuando es constructiva siempre es respetada y cuando es sustentada con pruebas, resulta ser irrefutable; pero qué sucede cuando la crítica se torna personal y mediante señalamientos subjetivos, se juzga lo que está bajo el escrutinio público de la manera más vil y sin sustento alguno, entrometiéndose en la vida privada de un funcionario para incendiar los ánimos de una sociedad “al tentar”. Les diré que es lo qué pasa, estos señalamientos se convierten en críticas de ardor, impotencia y coraje, que bajo la máscara del anonimato son sinónimo de cobardía.

Si usted no sabe aún de qué hablamos, le diré que esta historia ya se halla próxima a ganar un premio “TVNovelas”, gracias a ciertas lonas que amanecieron puestas por toda la ciudad y un villano que se esconde bajo la máscara del anonimato. Se trata de la novela que se ha creado en torno al SMAPA y los actores son los diversos funcionarios de esta institución.

¿Qué clase de persona sin escrúpulos juzga sin pruebas? ¿Qué clase de persona crítica desde las sombras sin dar la cara? ¿Qué clase de persona fomenta la violencia en contra de un individuo a través de las redes sociales sin importarle la familia de los señalados? La respuesta es: un cobarde.

En una sociedad a punto de explotar, solo hace falta una chispa para provocar “al valiente o los valientes”, para que reaccionen de una manera irracional en contra de un ciudadano más; por ello quien genera estas llamas ocultándose en diversas cuentas de Facebook  y pone en riesgo a los implicados, es definitivamente un cobarde. O qué otro adjetivo le darían a una persona que se oculta detrás de lonas exigiendo derechos y señalando delitos, asimismo prejuzgando acciones sin nombre ni apellido.

En resumen, cuando los señalamientos se tornan personales, afectando familias, generando discordias y provocando morbo, es un acto de cobardía. Así que un aplauso para el creador de tan ruin artimaña.

Como sociedad debemos ser analíticos y saber que no todo lo que se publica en redes sociales es cierto, antes de juzgar hay que verificar las fuentes, las pruebas (si es que existen) y si las cuentas tienen un origen serio, para que la “información” no se torne chisme, calumnia o simplemente una crítica mezquina, ruin y de una bajeza moral que se pone de manifiesto desde el momento en que no se tiene valor para dar la cara. Recuerde usted que quien tira la piedra y esconde la mano, es un cobarde.

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